Marruecos condena los incidentes que amenazan la estabilidad el estrecho de Ormuz

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Petrolero emiratí (Foto: AFP)
  • Henar Hernández | atalayar.com

El ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, ha reiterado que el país africano “ha condenado en varias ocasiones el activismo y las acciones que amenazan la estabilidad y la seguridad en esta región”, al mismo tiempo que ha manifestado “su solidaridad con los países árabes del Golfo”, porque ha considerado que “su seguridad y la quietud de sus ciudadanos se ha visto amenazada”.

Asimismo, ha reconocido que “se trata de una zona de presión en la que existen varias tensiones”, por lo que es necesario que prevalezca “el sentido de la responsabilidad”.

Por ello, ha lanzado un llamamiento para “respetar la libertad de navegación marítima en el estrecho de Ormuz”, así como “el derecho internacional y las normas” relativas a esta materia, pues ha recordado que “no deben ser objeto de ninguna limitación o interferencia”. En esta línea, ha asegurado que “Marruecos, como todos los países, está preocupado por la escalada y la tensión en el estrecho en las últimas semanas”, ya que el Reino, además de ser un miembro más de la comunidad internacional, es un “país con vínculos especiales con la región del Golfo”.

Estas declaraciones, que han sido recogidas por la agencia de prensa marroquí MAP, se han producido al término del encuentro en Rabat que ha mantenido Bourita con su homólogo guineano, Mamadi Touré, con quien se ha reunido para reforzar la cooperación bilateral y para realizar un seguimiento de los más de 30 acuerdos bilaterales firmados entre los dos países.

Cabe recordar que el estrecho de Ormuz se ha convertido en un polvorín tras los acontecimientos que han sacudido su estabilidad desde el pasado mes de mayo, cuando tuvo lugar el primer incidente que sacó a relucir la tensión entre Estados Unidos y sus aliados occidentales y árabes con Irán: el sabotaje de dos petroleros saudíes en aguas de Emiratos Unidos el pasado 12 de mayo. Tras ello, se produjo un ataque a dos petroleros en el golfo de Omán, en las aguas conexas a Ormuz, el 13 de junio; tuvo lugar el intento de bloqueo de un petrolero británico por tres embarcaciones iraníes el 12 de julio; acaeció la desaparición de un petrolero de bandera panameña el 17 de julio; y, finalmente, el más reciente: la retención de un buque británico por las autoridades iraníes, el ‘Stena Impero’, al que acusan de “contrabando de carburante”, desde este 19 de julio.

Este martes, el ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, anunciaba su plan de establecer una ‘Armada Europea’ para garantizar la seguridad del estrecho de Ormuz. Por parte de Estados Unidos, también están organizando un programa orientado a este objetivo, el plan ‘Centinela’, que buscará el apoyo árabe y, en concreto, de los países del Golfo. Ante estas iniciativas occidentales, el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Abbas Araqchi, ha respondido: “Irán utilizará sus mejores esfuerzos para asegurar la región, en particular el estrecho de Ormuz, y no permitirá ninguna perturbación en el transporte marítimo en esta área sensible”.

Las relaciones entre Marruecos y el Golfo

Hasta ahora, Marruecos no se había pronunciado sobre esta cuestión, manteniéndose en un segundo plano y adoptando una aparente postura prudente. El momento escogido para las aseveraciones de Bourita ponen de manifiesto que los vínculos que unen al Reino con las monarquías del Golfo se encuentran en horas bajas, por diversas diferencias sobre algunas materias: el boicot económico a Qatar, la guerra de Yemen o la situación en el Sáhara Occidental, si bien sobre esta última cuestión, Emiratos Árabes Unidos ha mostrado su apoyo a la integridad territorial de Marruecos. El debilitamiento de los lazos entre el Reino y los países del Golfo ha quedado evidenciado, por ejemplo, en que Marruecos no expresó ninguna postura de solidaridad con Arabia Saudí tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi o cuando el país de Salman bin Adluzaziz votó en contra de la candidatura de la nación africana para albergar la Copa Mundial de Fútbol de 2026, al tiempo que viraba sus apoyos hacia Estados Unidos, Canadá y México.

Este enfriamiento se ha intensificado más recientemente al conocerse los últimos planes de Riad sobre la región del norte de África, ya que se estaría buscando el refuerzo de las relaciones de la monarquía del Golfo con Mauritania, país fronterizo con el Reino. El diario Morocco World News apunta a que tanto Arabia Saudí como EAU estarían planificando la financiación de la mejora del puerto de Nouadhibou, competidor directo del puerto marroquí de Tanger Med, que aspira a dominar el Mediterráneo. Además, estaría previsto un desembolso millonario para incrementar la presencia militar del Golfo en territorio mauritano.

Por ello, desde Middle East Monitor apuntan a que, aunque el Golfo y Marruecos “han compartido históricamente relaciones ‘privilegiadas’ y comparten muchos acuerdos de cooperación militar, económica y de seguridad”, “es difícil creer en cualquier caso que las relaciones entre los países volverán a ser lo que solían ser en el pasado”.

En este contexto, se han producido intentos de suavizar las relaciones. Así, en marzo, el rey Salman bin Abdelaziz de Arabia Saudí telefoneó al rey Mohammed VI de Marruecos para subsanar las diferencias diplomáticas existentes. En suma, con las declaraciones de Bourita sobre el estrecho de Ormuz, los tres países podrían estar acercando de nuevo las posturas, manteniendo un frente común contra las injerencias iraníes que han contribuido a desestabilizar la región, suponiendo una amenaza para el comercio petrolero mundial.

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