Corbyn acepta el reto de May pero no aclara su posición respecto al Brexit

Corbyn
Jeremy Corbyn durante su desafortunada conferencia (Foto: Reuters)

El líder del Partido Laborista, tradicionalmente el más europeísta de las dos grandes formaciones de gobierno en Reino Unido, ha aceptado el reto de Theresa May y ha anunciado que pedirá a sus parlamentarios que apoyen el adelanto electoral propuesto este martes por la primera ministra conservadora. Pero Corbyn no ha aclarado su posición respecto al Brexit.

El anuncio de May debe ser refrendado por la Cámara de los Comunes, donde los ‘tories’ gozan de una mayoría absoluta muy holgada, de modo que no había riesgo, en todo caso, de que el el llamamiento de May, cuyo liderazgo en el partido es muy fuerte, quedara desacreditada.

«Acojo con satisfacción la decisión de la primera ministra de dar al pueblo británico la oportunidad de votar por un gobierno que pondrá los intereses de la mayoría en primer lugar», ha dicho Corbyn en un comunicado de urgencia que se ha centrado en la política social y ha olvidado el debate europeo. «Los laboristas ofrecerán al país una alternativa eficaz a un Gobierno que no ha sabido reconstruir la economía, ha reducido el nivel de vida y ha dañado los recortes a nuestras escuelas y el sistema Nacional de Salud».

Como colofón, el líder laborista ha comenzado su campaña electoral reforzando su mensaje  de izquierdas: «En las últimas semanas, el laborismo ha establecido políticas que ofrecen una opción clara y creíble para el país. Esperamos mostrar cómo el Partido Laborista defenderá al pueblo de Gran Bretaña».

¿Corbyn es europeísta?

Corbyn, cuya campaña a favor de la permanencia de Reino Unido en la Unión fue muy timorata ante el referéndum del pasado 23 de junio, es un líder extremadamente contestado por la cúpula de su partido y ha sufrido varias intentonas de ser removido de su puesto, la última el pasado verano. Ed Miliband, su antecesor al frente del laborismo británico, lo ha criticado en numerosas ocasiones con firmeza y le ha afeado su poco compromiso con los «valores históricos» del partido, con referencias explícitas a su poco entusiasmo europeísta.

Es cierto que en Reino Unido ningún líder político pretende revisar la decisión tomada en el referéndum de hace un año, lo que dificulta centrar una campaña en un mensaje europeísta. Pero muchos analistas han criticado a Corbyn no haber sabido —o querido— sacar rédito del caos político y económico que se ha abierto en Reino Unido como consecuencia de la consulta popular sobre la permanencia en la UE por parte del ex primer ministro David Cameron.

Y es que, de hecho, los laboristas están en horas bajas no sólo por la falta de unidad, sino por su práctica desaparición en el que fue históricamente su mayor caladero de votos, Escocia. En las últimas elecciones generales, en el país del norte de Reino Unido, los escaños que siempre habían sido laboristas se tornaron nacionalistas, con el Scottish National Party (SNP). La formación de Nicola Sturgeon logró 56 de los 59 escaños en juego asumiendo el papel de defensor de los trabajadores escoceses, con un discurso que amalgamaba con inteligencia el independentismo y las posiciones de izquierdas.

Hoy, Sturgeon ha lanzado una propuesta al parlamento escocés para solicitar a Londres la celebración de un nuevo referéndum por la independencia de su país de Reino Unido. Es otra consecuencia del Brexit, ya que en el referéndum del pasado 23 de junio los escoceses optaron en su gran mayoría por permanecer en el club europeo con una clara mayoría del 62%.

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