Alemania pone el Tratado de Schengen en juego

Alemania-Schengen
Control de pasaportes en Alemania en 2007, el último día de control con Polonia (Foto: Getty)
Rafael Gallego

El Tratado de Schengen ha sido una de las más efectivas herramientas para vehicular de forma verdadera una unión europea durante las últimas décadas, pero ahora podría estar en juego debido al flujo de refugiados provenientes del Este y la poca capacidad europea para orquestar una respuesta efectiva a la crisis.

Alemania sigue llevando la iniciativa a la hora de administrar sus intereses con respecto a la llegada de refugiados y ahora ha sido el primer estado en revocar el Tratado de Schengen en sus fronteras con Austria, el principal lugar por el que acceden estos refugiados. Después de mostrarse proclives a acoger un número importante de refugiados, Alemania está cambiando el paso asumiendo que, afirmó el alcalde de la bávara Munich, cercana a esa frontera, “la ciudad está completa, nuestra capacidad está exhausta”.

Este lunes se reunieron en Bruselas los ministros de Interior de los países de la Unión y Alemania trató de jugar fuerte, amenazando con un final total del Tratado, además de la suspensión de los trenes internacionales entre Munich y Salzburgo. El objetivo alemán es alcanzar un sistema de cuotas a lo largo de Europa, pero por el momento este parece lejano a nivel efectivo. Lejos de surtir efecto esta amenaza, lo que está ocurriendo es que otros países como Austria, Holanda o Eslovaquia están anunciando también sus propios controles fronterizos.

De momento, el único mandatario europeo que sí ha mostrado abiertamente su satisfacción por esta medida germana es el presidente de Hungría Viktor Orbán, siempre en el lado más a la derecha del espectro democrático en Europa: “Así se protegerán los valores alemanes y europeos”.

Otros cierres de Schengen

Francia intenta asumir el rol de estado facilitador para llegar a un acuerdo. Defendiendo la necesidad de que el tratado de Schengen siga vigente, ha intentado trasladar a varios refugiados, no sin demasiado éxito pues estos prefieren no salir de Alemania una vez allí. Pero la misma Francia que ahora defiende la solidez de Schengen sí cerró sus fronteras en junio a varios inmigrantes, principalmente africanos, procedentes de Italia.

Otras revocaciones puntuales de Schengen en el pasado incluyeron el cierre de las fronteras francesas tras los ataques terroristas en 2005 en Londres, y son habituales en grandes acontecimientos deportivos como el Mundial de fútbol de 2006 en Alemania.

Según las reglas de Schengen, cualquier frontera debe ser abierta en diez días, pero los controles pueden ser renovados durante periodos de 20 días hasta un máximo de dos meses. Según una regulación del año 2013, estos controles deberían ser “una excepción y sólo durar un corto periodo de tiempo”.

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