Trump insiste en su primera versión sobre el crimen racista de Charlottesville: «Fue culpa de ambas partes»

El presidente estadounidense Donald Trump ha respondido acaloradamente el martes a preguntas sobre su reacción a los hechos de violencia registrados en una marcha supremacista en Charlottesville, que terminó con una mujer muerta y decenas de heridos, diciendo que «hubo culpa de ambas partes».

«Hay dos partes en una historia», ha dicho Trump a los periodistas en la Torre Trump de Nueva York, donde presentaba medidas para mejorar las infraestructuras del país.

Cuando se le ha preguntado por qué esperó hasta el lunes para condenar explícitamente a los grupos de odio presentes el sábado en Charlottesville, Trump ha respondido que quería ser cuidadoso para no dar una «rápida declaración» sin contar con todos los hechos.

El «esclavista George Washington»

Trump ha tratado de defender su postura recordando que el primer presidente de EEUU y padre fundador del país, George Washington era un esclavista: «Perdone, yo he visto las mismas imágenes que usted», le ha espetado el presidente a una periodista. «Ahí había gente protestando y queriendo tirar una estatua y renombrarla, la de Robert E. Lee», un general del bando confederado.

La periodista le ha contestado que Lee era un esclavista, y ha sido ahí donde Trump se ha sentido en su salsa: «George Washington tenía esclavos. Los tenía, ¿verdad? ¿Y vamos a quitarle su estatus a George Washington? ¿Vamos ahora a tirar sus estatuas?».

Sin dejarle contestar a la periodista, que trataba de volver a centrar el tema, Trump ha continuado: «¿Qué me dice de Thomas Jefferson? ¿Qué piensa usted de él? ¿Le gusta? Bien, perfecto. ¿Vamos a quitar sus estatuas? Porque era un gran esclavista…»

Y de nuevo, el presidente, cada vez más envalentonado, se ha enfrentado al conjunto de los reporteros que le trataban de preguntar en su comparecencia en la Torre Trump: «Así que, ¿saben una cosa? Está bien. Ustedes quieren cambiar la Historia y la cultura. Pero había gente… y no estoy hablando de los neonazis ni de los supremacistas blancos, porque esos deben ser condenados absolutamente… había buena gente que han sido tratados de una manera totalmente injusta por la prensa».

Como si no bastara con insistir en que entre el grupo de «neonazis y nacionalistas blancos» había manifestantes de buen corazón, Trump ha rematado insistiendo en su teoría de que entre los que protestaban contra la marcha supremacista «había gente problemática, que iban vestidos de negro, con cascos y bates de béisbol… ¡Había mucha mala gente en el otro grupo!»

Un regreso al primer discurso

En realidad, Trump sólo ha vuelto a su versión inicial de condena de los hechos de Charlottesville. En un primer momento, el presidente no condenó inmediatamente la protesta de supremacistas blancos que terminó en un baño de sangre en la ciudad de Virginia, el sábado. Eso sí, finalmente, y bajo una fuerte presión tanto de demócratas como de republicanos, este lunes denunció el racismo y catalogó a los neo-nazis e integrantes del KKK de “criminales”.

El mandatario ha calificado al simpatizante nazi acusado de embestir a la multitud con su vehículo, matando a una mujer, como una «desgracia para sí mismo, su familia y su país».

Trump también ha defendido a su controvertido jefe de estrategia, Steve Bannon, de extrema derecha, diciendo: «Me gusta Bannon. Es mi amigo, es un buen hombre, no es racista».

En Nueva York, Trump había sido recibido este lunes por varios centenares de manifestantes que se concentraron frente a la Torre Trump para denunciar la primera visita del presidente a su apartamento tríplex de Manhattan desde su investidura.

En medio de un tráfico caótico debido al cierre de varias calles del centro de Manhattan y con decenas de policías en alerta, los manifestantes se agolparon en el entorno al grito de “¡Trump el racista debe irse!” o “¡no a Trump, no al KKK, no a un Estados Unidos fascista!”.