Entrevista al diputado en la Asamblea Nacional de Venezuela y portavoz del Frente Amplio

Lester Toledo: «Venezuela es un Estado criminal, los delincuentes son los que gobiernan»

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Lo primero que hace Lester Toledo (Maracaibo, Venezuela, 1983) es agradecer «esta oportunidad de hablar en nombre de 30 millones de venezolanos que no tienen una voz afuera». El diputado de la Asamblea Nacional que el dictador Nicolás Maduro ha declarado en desacato, perseguido por el régimen acusado de delitos de terrorismo, escapado a última hora cuando la policía política entraba en su casa antes de pasar 90 días escondido en un conducto de aire acondicionado —con sus casi dos metros de estatura— y de casa en casa hasta poder salir del país, denuncia «que una de las libertades que poco a poco han ido cercenando es la libertad de expresión. Y entrevistas como ésta, por menos de eso hay gente presa en Venezuela».

Ahora representa al Frente Amplio Venezuela Libre, una más de las iniciativas para unir a la oposición democrática contra la tiranía, quizá la definitiva «porque esta vez parte de la sociedad civil». Este sábado, Madrid será escenario de una marcha convocada en 100 ciudades alrededor del mundo contra la dictadura, contra la «farsa electoral el 20 de mayo» y por la libertad de los presos políticos.

PREGUNTA.– Después de tantas divisiones en la oposición democrática venezolana, ¿qué es el Frente Amplio?

RESPUESTA.– El Frente Amplio surge de la terrible crisis humanitaria que vive nuestro país. La dictadura de Maduro ha cerrado el Parlamento y ha implantado una especie de narcosoviet que está sobre todas las instituciones que llamaron Asamblea Nacional Constituyente. Y esto generó una crisis política y social descomunal. Pero hoy, las instituciones internacionales más serias del mundo han reconocido que esto pasó ya a ser una crisis humanitaria. Hay un 81% de escasez de medicamentos, tenemos un 77% de los venezolanos que manifiesta que no hace tres comidas diarias, cada día mueren en Venezuela seis niños producto de la desnutrición. Y la crisis humanitaria está generando un éxodo terrible. Sólo por la frontera de Colombia salen a diario entre 25.000 y 30.000, a buscar las cosas que no encuentran en Venezuela… Y eso ha generado que ONGs, abogados gratuitos de presos políticos, rectores de las universidades, estudiantes, sacerdotes que hablan en sus sermones de la crisis… se hayan unido. Y los políticos nos hemos puesto a un lado. Estamos todos juntos, incluso representantes del chavismo democrático —así se han llamado— que son dirigentes que creyeron en Chávez y en Maduro, que militan en el PSUV, pero que creen con nosotros que Maduro tiene que salir ya y tiene que haber un cambio del sistema. Y así tienes todos los frentes de lucha unidos en esto que han llamado Frente Amplio Venezuela Libre, porque ésta es la causa.

P.– ¿Y ahora?

R.– Se ha convocado este sábado, 17 de marzo, una manifestación mundial, en más de 100 ciudades de todo el planeta, para rechazar la dictadura de Maduro, las elecciones fraudulentas que pretenden hacer el día 20 de mayo, para exigir elecciones libres en Venezuela. Estamos muy ilusionados. Y aquí en Madrid creo que va a haber una representación muy importante de la diáspora venezolana.

P.– ¿Esto significa la unión una vez más, y por fin, de toda la oposición democrática? Y me refiero a los partidos políticos.

R.– Sí. Los partidos políticos que conforman la MUD son más de 45. Los cuatro más importantes, como usted bien dice, ha habido épocas en las que no hemos estado de acuerdo. Un ejemplo fue el ejercicio perfecto que utilizó el régimen para tratar de dividirnos, el intento de negociación política que se dio en República Dominicana: unos partidos decidieron llegar hasta el final, con buena fe, y otros como el mío —yo soy de la dirección nacional de Voluntad Popular, liderado por Leopoldo López—, nos dimos cuenta de que era una farsa y decidimos no ir más… en momentos como ese nos dividieron.

P.– Con esta unidad social y política en su contra, ¿qué es lo que sostiene a Maduro en el poder?

R.– Mira, muchas cosas. Es un gobernante que está matando literalmente a su pueblo. Sólo en las protestas pacíficas durante cuatro meses el año pasado asesinaron a más de 140 jóvenes. Pero también han asesinado a más de 6.000 personas de manera extraoficial, a través de una misión que llamaron OLP, Operación Liberación y Protección, que son ejecuciones extrajudiciales. Van a los barrios de Caracas y otros sitios y disparan primero y preguntan después. Pero es que además, solamente el último año hubo 30.000 muertes violentas, y los que están muriendo a diario por la desnutrición o por falta de medicamentos… es una tragedia.

P.– Entonces, si lo está haciendo tan mal, ¿cómo se mantiene?

R.– Porque no estamos hablando de un tema político. Hay gobiernos criticados porque no logran controlar al narcotráfico, al terrorismo, a la delincuencia. En el caso de Venezuela no es un Gobierno luchando contra los criminales, no. Es un Estado criminal. Los delincuentes son los que gobiernan. Tareck el Aissami, vicepresidente de la nación, tiene sanciones en EEUU por vínculos con Hizbollah, el terrorismo chií libanés; el ministro de Interior y Justicia, Héctor Reverol, y los ministros más importantes del gabinete de Nicolás Maduro, tienen orden de captura de la DEA, por narcotráfico. Tienen vínculos con los paramilitares y el ELN en la frontera de Colombia. Y tienen unos cuerpos parapoliciales al margen de la ley, que los llamaron ‘Colectivos’… A éstos se les entregó una moto y un arma, y cuando la oposición está luchando por alguna reivindicación, o los viejitos salen a pelear por las pensiones, los envían para disparar y golpear, para decir afuera es que esto es pueblo contra pueblo: «Hay un pueblo opositor y un pueblo chavista que está defendiendo la revolución». Y no es verdad, son grupos que armó el Gobierno.

P.– Entonces, es el miedo el que sostiene a Maduro…

R.– Nicolás Maduro los paga para que vayan, maten y generen terror. Maduro se sostiene porque tiene la droga, porque tiene los carteles, porque tiene vínculos conterrorismo, porque ha pasado de menos de 20 generales a más de 500… y si ves las noticias en Venezuela las últimas dos semanas, los chavistas, que hasta hace nada eran funcionarios importantes, por manifestar una voz disidente ya los están persiguiendo. Hay ministros del PSUV que han renunciado y están hoy en la clandestinidad, fuera de Venezuela o presos; la fiscal general Luisa Ortega Díaz, que ahora es una criminal cuando hace dos días era la mano derecha de ellos; Miguel Rodríguez Torres, que era ministro de Interior y Justicia, hace tres días dio una declaración de que estaba a favor del Frente Amplio, y hace dos días fueron y lo detuvieron, y está en este momento en una cárcel militar…

P.– Pero nadie se levanta en armas, la lucha sigue siendo democrática y pacífica…

R.– Mire, las protestas en las calles han bajado por el miedo. Hay que reconocerlo. Póngase en el papel de cualquier padre venezolano, que ya tiene sus problemas cotidianos, que son suficientes: sin luz, sin agua potable, sin medicinas… pero además de eso tiene un hijo de 17 años que sale todos los días a las protestas y lamentablemente le matan a su mejor amigo, o a su vecino, o al compañero de clase. Te lo vas pensar dos veces para dejarlo salir a la calle. ¿Qué paso? Que selectivamente el Gobierno lo midió. Fueron 130 días de protestas y 140 muertos. ¡Uno diario! Todos los días mataban uno. Era un mensaje a los protestantes… Hubo una represión brutal, estamos hablando de más de 15.000 heridos atendidos oficialmente, ha habido más de 1.000 presos políticos en los últimos dos años… en este momento hay 270, pero ha habido más de 1.000 en algún momento. Y entonces, como usted decía, ¿cuál es la alternativa? Nosotros hemos de reconocer que en la lucha de calle contra el Gobierno, solos no podemos. Por eso gritamos cada día con más fuerza a la comunidad internacional que mire allá. Y que, si bien han hecho cosas, queda mucho por hacer.

P.– ¿Cómo qué?

R.– Nosotros no podemos solos, es un Estado desarmado frente a un Estado criminal. Hay que cercar internacionalmente al Gobierno. Si todos reconocen que es una dictadura, pero ese Gobierno sigue colocando el petróleo y recibiendo dólares todos los días a cambio, si sigue habiendo una silla que dice Venezuela y es reconocido en todas las cumbres internacionales…

P.– ¿Y las sanciones?

R.– Hemos avanzado un poquito con las sanciones, pero nosotros creemos que tienen que ampliarse. Nosotros presentamos acá en Europa una lista de 70 funcionarios que tienen vinculación directa con la violación de derechos humanos, con asesinatos y hechos de corrupción. A la señora Mogherini, al presidente del Parlamento Europeo, el señor Tajani, a los distintos grupos parlamentarios en Bruselas, que me reuní con todos el año pasado. De estos 70 han sancionado a siete, que es el 10%. Y sólo a título individual, nosotros creemos que hay que extenderlo a sus familiares y testaferros. Porque tú no eres tan tonto, si has robado 2.000 o 3.000 millones de euros, de tenerlo a tu nombre en una cuenta.

Lester Toledo
Lester Toledo, portavoz del Frente Amplio Venezuela Libre, durante la entrevista con OKDIARIO. (Foto: OKD)

P.– El Gobierno de España ha liderado el reconocimiento de que es la oposición la democrática y el Gobierno el tiránico, pero las sanciones del Parlamento Europeo han sido decepcionantes…

R.– Mire, cuando nosotros hablemos de España siempre lo vamos a hacer desde el agradecimiento. Yo recuerdo las primeras giras internacionales que le tocó salir a Lilian Tintori porque su esposo estaba preso, yo la acompañé en muchas de ellas… y nos vimos con cancilleres en el café de la esquina, o en la puerta de atrás. El primer gobernante que recibió a Lilian fue el presidente Mariano Rajoy. Luego ya vinieron Trump, todos los latinoamericanos, casi todos los europeos… Pero el primero que se tomó esa foto fue Rajoy, que entendió muy bien el caso de Leopoldo. Ahora bien, ¿están en deuda, hay cuentas pendientes? Sí.

P.– Dígame tres reivindicaciones que se pueden hacer desde España

R.– Lo primero, seguir ampliando las sanciones. Aquí hay que ser muy duro, no con Venezuela, porque son sanciones individuales. Porque si tú estás en contra de los corruptos y sancionaste a cuatro o cinco pero sabes que hay 100, ¡anda a por todos! Bloquea las cuentas de todos, bloquea los pasaportes de todos. En eso ha sido mucho más firme el Gobierno estadounidense, pero esos han traído esos activos para acá, y tienen Europa como un plan B. Este jueves Luis Almagro, presidente de la OEA, dijo que la mejor medida diplomática que un país puede adoptar para ayudar a Venezuela es sancionar a sus corruptos. ¿Deuda número dos? Hay que ser muy claro con el no reconocimiento al resultado del 20 de mayo. Si la UE ha dicho que no reconoce a la ANC, que no reconoce la convocatoria a la farsa electoral del 20 de mayo… no pueden reconocer el resultado. Y lo tercero es la solidaridad en materia migratoria. En tres años, hay 20.000 solicitudes de asilo político.

P.– Aquí en España.

R.– Sí, y de estas 20.000 sólo han recibido alguna respuesta, positiva o negativa, menos de 100. Entre las cláusulas del ACNUR están la legalidad, residencia, derecho al empleo, derecho a la educación de los hijos y no retorno. Tú no puedes regresar a un venezolano que lo están persiguiendo, es ponerle la guillotina, es un acto criminal.

P.– ¿Tiene cifras de a cuánta gente le ha pasado esto?

R.– No. No te puedo decir si son 10 o 20. Pero en Colombia, que es incomparable porque es un país vecino, en los últimos meses ha regularizado a más de 500.000 venezolanos; en Brasil, hace unos meses, 55.000; en países como Argentina o Chile, todo el tema del visado y el derecho al estudio está resuelto en cuestión de meses; en España es un drama. Desde el momento que tú llegas hasta que tienes posibilidad legal de trabajar es imposible que transcurra menos de un año. Y está muy mal, en mi criterio, que de 20.000 personas tú tengas a 19.900 a las que no les hayas dado respuesta.

P.– Esa falta de acción efectiva, ¿puede tener que ver con intereses de empresas españolas que invirtieron y, dada la inseguridad jurídica de su país, nuestro Gobierno se ande con pies de plomo?

R.– No lo sé. Yo soy una persona responsable y eso entra ya en el terreno de la especulación. En todo caso, en el balance, el Gobierno de España sí se la ha jugado en la defensa de los venezolanos. Porque fíjate dónde está el embajador de España en Venezuela… lo expulsaron. A ver, quizá la diplomacia va a un ritmo y las declaraciones políticas a otro. Puede que estén subiendo en ascensor las declaraciones y por escalera las acciones… No lo sé, tengo que ser respetuoso, pero siempre voy a decir que claro que se puede hacer más.

P.– Cada vez se habla menos de los presos políticos en su país…

R.– Mire, yo estoy ejerciendo un poco de portavoz del Frente. Pero en lo personal y particular lo que a mí más me mueve de toda la causa es la liberación de los presos políticos porque tengo un compromiso afectivo con ellos. Es decir, si hoy hay 270 yo era el 271. Entonces yo me siento en la responsabilidad política de que si yo cuando me fueron a agarrar, por segundos logré huir de la policía mientras estaban en mi casa buscándome con la ayuda de mucha gente y me pude librar de aquello, pues mi lucha es por los que no tuvieron esos cinco minutos y están sufriendo hace tres, cuatro o más años en las cárceles. Yo no voy a descansar, es lo que prometí hace año y medio cuando salí y no he parado un solo día. Yo no voy a descansar hasta ver al último de mis hermanos presos políticos en libertad. Ésa es la causa que a mí en lo personal más me mueve, pero evidentemente, primero está el país. Porque la lucha del Frente Amplio va mucho más allá de la salida de Nicolás Maduro del poder. Se trata de democratizar el país. Supongamos que Maduro renuncia, que es lo que responsablemente debería hacer después del desastre que tiene, o que los militares dan un golpe de Estado, que nadie quiere eso porque somos demócratas, o incluso las mentes más radicales se atreven a soñar con una intervención militar [extranjera]…

P.– De estas tres opciones que me da usted…

R.– Yo lo que veo más cerca es la renuncia…

P.– Renuncia, golpe militar, o intervención extranjera, ¿cuál es la mejor opción?

R.– Yo creo que puede haber una renuncia. Es la menos traumática, la mejor y creo que la más probable. Date cuenta de que después del 20 de mayo en Venezuela empieza otro juego, totalmente distinto, que es el que yo llamo el juego de la ilegitimidad. O sea, hoy Maduro tiene ilegitimidad de desempeño, no ha podido solventar las carencias mínimas básicas de la población. Pero no necesariamente tiene ilegitimidad de origen, porque él, entre comillas, fue a una elección y la ganó, fue a una asamblea Nacional y se juramentó, y tiene sus seis años de periodo constitucional. No te gusta su desempeño, vale, pero es reconocido como presidente. Pero eso lo va a perder el 20 de mayo, porque todo el mundo sabe que es un proceso ‘yo contra yo’, donde no va ningún opositor. Todo el mundo sabe que los principales líderes para que hubiera una competencia real están presos o inhabilitados… Vamos pasar a ser una especie de Estado forajido, que no tiene Legislativo porque el Gobierno lo cerró, y ahora no tendrá Poder Ejecutivo. Entonces, eso para los compromisos de la nación, para cualquier transacción internacional, o para cualquier acto que requiera la legitimidad del Gobierno, no va a ser posible. Yo creo que puede tener una presión que obligue a la renuncia de Maduro y una transición democrática hacia unas elecciones libres. Ese es nuestro escenario ideal.

P.– El futuro. Llegan esas elecciones, sale una Asamblea con diferentes partidos… ¿cómo se sale de esto? Porque el país parece hundido en todos los aspectos, necesitarán ayuda.

R.– Hay unos acuerdos mínimos entre todas las personas que tienen un liderazgo nacional y que están en los partidos de la Unidad. Uno es un plan de emergencia. Los primeros 100 días, gane quien gane la Presidencia, hay que poner el foco en los social. Es decir, los recursos que hay que levantar —y hay economistas muy importantes vinculados a partidos que están diseñando un plan de rescate, como Ricardo Hausmann, que bien un grupo de trabajo en Harvard dedicado 100% a esto—. La idea es saber cuantos son los millones de dólares que tenemos que pedirle al Fondo Monetario Internacional y cuál es el foco de la inversión de esos recursos: salud, alimentación, infraestructuras y educación. Tenemos que levantar un país que está en ruinas. Luego tenemos un acuerdo de pactos de gobernabilidad, por ejemplo que esta primera Presidencia no tenga la posibilidad de reelegirse, que sea un presidente de transición que ponga orden los primeros 100 días, que haga un gobierno de unidad nacional y que no se reelija, para que puedan venir un segundo periodo donde haya una competencia política sana.

P.– Entonces, hay un plan…

R.– Lo importante es que ya se está pensando en eso, se está construyendo lo que llamamos un ‘plan país’, y las mentes venezolanas más brillantes que están por todo el mundo están haciendo un esfuerzo en unirse y en trabajar. Así como yo este sábado me reúno con muchos paisanos en una marcha que tiene contenido político, también se están reuniendo economistas, arquitectos, expertos a analizar el ‘plan país’. Se han reunido aquí, se reúnen en Boston, en Nueva York, en Bogotá, haciendo encuentros para construir el plan postransición. Ya estamos en eso, en la Venezuela posterior a este desastre.

P.– Va a ser duro.

R.– Sí, va a ser duro. Pero bueno, los venezolanos somos personas de retos.

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