OKDIARIO entrevista al alcalde del Valle del Jordán

Elhayani a OKDIARIO: «Hamás boicotea los productos israelíes porque los palestinos prefieren el trabajo al terrorismo»

Elhayani, alcalde del Valle del Jordán, asegura que la autoridad palestina alimenta un conflicto en Gaza que se aleja de la realidad cotidiana de cooperación entre israelíes y palestinos

Más de 60.000 palestinos trabajan actualmente en las granjas, plantaciones y fábricas que desarrollan su actividad en el Valle del Jordán pese al boicot internacional de los grupos BDS

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OKDIARIO entrevista a David Elhayani, alcalde del Valle del Jordán, en Israel

En las últimas horas el mundo se ha asomado al enfrentamiento más grave entre Israel y los grupos palestinos que controlan la franja de Gaza desde 2014, fecha en la que se produjo una breve pero intensa ofensiva.

La escalada violenta se desató el pasado domingo cuando las fuerzas especiales israelíes se desplegaban para abatir a uno de los mandos de Hamás, operativo militar que provocaba el lanzamiento de más de 400 misiles en 3 días desde Gaza a Israel. Hoy se alcanzaba un alto al fuego tras la dimisión del hasta ahora ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, como consecuencia del precio impuesto por Hamás. El conflicto estalla tras meses de calma tensa en el enclave situado entre Israel, Egipto y el Mediterráneo.

La realidad es muy diferente en el día a día para los israelíes y palestinos que coexisten fuera de la franja de Gaza y Cisjordania. OKDIARIO ha visitado las regiones de Samaria, Judea, el Valle del Jordán y los Altos del Golán para conocer la actividad productiva y empresarial que se desarrolla en los territorios judíos.

Proyectos de agricultura intensiva -basados en el cultivo de hortalizas y la producción vitivinícola, entre otros- donde los palestinos se incorporan al mercado laboral cooperando de manera estable y profesionalizada con los israelíes instalados en dichas zonas.

Más de 9.500 palestinos, unas 6.000 familias, viven actualmente en el Valle del Jordán distribuidos en un total de 20 asentamientos donde sus hijos se encuentran escolarizados. Hombres y mujeres trabajan en las pequeñas industrias locales y están perfectamente integrados en la dinámica de un área próspera donde cooperan con los 5.600 israelíes residentes en las diferentes comunidades, 3 de ellas kibutzs.

Los datos son irrefutables: 2.300 hectáreas de dátiles, 400 hectáreas de pimientos, otras 500 de uvas de mesa y 250 más de hierbas aromáticas, frutas y hortalizas que consumen un total de 20 millones de metros cúbicos de agua al día. El sistema de riego recurre a acuíferos de las inmediaciones del mar de Galilea que inundan el cauce del río Jordán y son canalizados a las plantaciones a través de una sofisticada red de conductos -que optimizan un bien escasísimo en la zona- fruto de una cuidada y eficiente ingeniería agrónoma. 

El resultado de la apuesta se exporta al extranjero. Productos de altísima calidad que tras el boicot encubierto a los mismos en Europa -bajo la premisa del etiquetado en origen provocada por las presiones de grupos activistas pro palestinos como los BDS- se han visto obligados a buscar alternativas de distribución en otros mercados, como el ruso y los asiáticos. 

OKDIARIO ha entrevistado a David Elhayani, alcalde del Valle del Jordán, para ahondar en el nuevo terrorismo que utiliza como herramienta el ‘boicot’ comercial -promovido por las autoridades palestinas- y sus nefastas para los propios palestinos, más allá de las intenciones reales de quienes las diseñan para perjudicar los intereses del Estado de Israel.

PREGUNTA: ¿Cuanta gente trabaja actualmente en la industria, granjas y plantaciones locales?

RESPUESTA: Un total de 6.000 familias se han instalado de forma permanente en el Valle del Jordán. Cifra que se duplica en las épocas de la recogida y recolección. Los palestinos que viven en esta zona buscan estabilidad para sus vidas y un futuro para sus hijos que acuden a los colegios con los nuestros. Las familias palestinas tienen las mismas expectativas que cualquiera de nosotros. Les interesa contar un medio de vida digno y un sueldo fijo cada mes que les permita prosperar y eso es lo que se encuentran quienes trabajan en esta zona. 

P: La mayoría son empleados palestinos ¿Cuál es la realidad palestino israelí más allá del conflicto político creado?

R: La gente corriente quiere vivir bien. Ser feliz. Levantarse por la mañana para ir al trabajo. Tener una buena casa, un buen coche, poder viajar… En el Valle del Jordán no hay conflicto. En este área trabajamos juntos por intereses comunes. Nos vemos todas los días en el campo y las plantaciones, nos conocemos, nuestros respectivos hijos crecen juntos y van a las mismas escuelas e incluso conservan la amistad en la etapa universitaria, ellos vienen a nuestras bodas y nosotros vamos a las suyas.

Si les preguntas directamente a los palestinos instalados en el Valle del Jordán te contestarán que la autoridad palestina es corrupta y por eso no le interesa que las cosas mejoren. Los palestinos de a pie se dan cuenta cada vez más de cómo funcionan las cosas y que bajo el mando del miedo y el terror no avanzan. Sus líderes políticos viven del conflicto y lo alimentan. Y por eso llaman ahora al boicot de nuestros productos. Porque proporcionan a los palestinos una forma de vida alejada de la violencia. 

P: Entonces, ¿los palestinos quieren la paz?

R: Los palestinos quieren la paz. Quieren ser libres. Y ser libres significa poder elegir qué es lo que quieren. Bajo la autoridad palestina no tienen trabajos ni un medio de vida garantizado. Si les preguntas a la mayoría de los palestinos que viven aquí te dirán que quieren ser israelíes porque ello significa poder viajar a Tel Aviv, al extranjero, cosa que ahora no pueden hacer.

No podría decirte si en un mismo Estado o en dos o cómo podría llegarse a la solución política de un problema político pero lo que sí es cierto es que la «causa» palestina que nos presenta a Israel como Goliat -el enemigo fuerte a destruir- no es la de la gente palestina sino la de sus líderes. Es un relato parcial de los hechos que llega a Europa y a la comunidad internacional a través de los medios de comunicación pero no es la realidad. Por eso siempre invito a quienes quieran conocer de primera mano cómo son las cosas que vengan a visitar Israel y no den crédito a las «fakenews».

P: ¿Es ese el motivo por el que la autoridad palestina y grupos terroristas como Hamás impulsan las campañas de boicot a los productos israelíes en Europa? Porque los palestinos prefieren trabajar antes que ser terroristas…

R: Mientras los palestinos trabajan no están matando. Mientras los palestinos puedan ganarse la vida de una forma que les permita mejorar, superarse y avanzar no querrán cobrar por dedicarse al terrorismo. Eso es lo que preocupa a los líderes de Hamás, por ejemplo, que tratan de evitar que proyectos de cooperación empresarial como el que sacamos adelante en el Valle del Jordán entre israelíes y palestinos tenga éxito.

Por eso nacen los movimientos BDS que insisten en el anti semitismo encubierto en un nuevo anti sionismo que busca perjudicar a Israel y aislarlo impidiendo que venda sus productos al extranjero. En Europa del Este lo han conseguido pero hemos buscado puntos de venta alternativos y ahora exportamos toda la producción a Rusia. No se dan cuenta quienes apuestan por estas medidas y quienes participan de ellas que en realidad están perjudicando a los palestinos que perderán sus trabajos si la actividad se paraliza.

P: La mayoría de los empleados en las fábricas, además, son mujeres…

R: Sí, la mayoría de empleadas en nuestras fábricas son mujeres. Buenas trabajadoras que gracias al trabajo pueden colaborar en la manutención de sus familias y que en muchas ocasiones ganan incluso salarios mayores que sus maridos, porque son responsables y minuciosas.

Esto les permite no sólo realizarse como personas sino avanzar en la conquista de la igualdad de la mujer en una sociedad que no se lo permite con facilidad.

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