El Vaticano expresa su «vergüenza y tristeza» ante los casos de abuso sexual de Pensilvania

Papa Francisco
El Papa Francisco, en una imagen tomada en la Plaza del Vaticano. (AFP)

El Vaticano ha expresado este jueves su «vergüenza y tristeza» ante los casos de abuso sexual por parte de más de 300 sacerdotes católicos a 1.000 menores en siete décadas, mientras los obispos estadounidenses han pedido una investigación sobre el terreno.

El Vaticano se ha comprometido a responsabilizar a los sacerdotes y obispos que permitieron que los abusos sexuales siguieran llevándose a acabo. El portavoz del Vaticano, Greg Burke, ha señalado que los funcionarios de la Iglesia deben cumplir con todas las leyes sobre la denuncia de sospechas de abuso a las autoridades.

Un tribunal supremo del estado norteamericano de Pensilvania publicó este martes un informe sobre una investigación de dos años sobre abusos sexuales por parte de al menos 301 clérigos desde hace 70 años.

El informe es el «más amplio y exhaustivo sobre el abuso sexual infantil dentro de la Iglesia Católica jamás producido en Estados Unidos», según aseguró el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), el cardenal Daniel N. DiNardo, anunció este jueves que va a invitar al Vaticano a realizar una Visita Apostólica para que investigue el escándalo por presunto encubrimiento de casos de abusos sexuales por parte del arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick.

El Papa Francisco aceptó la renuncia de McCarrick en julio después de que funcionarios de la Iglesia estadounidense aseguraran que las acusaciones de que abusó sexualmente de un niño de 16 años hace alrededor de 50 años eran creíbles y estaban fundamentadas.

«El objetivo principal en todo esto es una protección más fuerte contra los depredadores en la Iglesia y cualquiera que los oculte, protecciones que mantendrán a los obispos bajo los más altos estándares de transparencia y responsabilidad», ha declarado DiNardo en un comunicado.

Los obispos han afirmado que crearán una nueva forma de denunciar las acusaciones de abuso sexual por parte de miembro del clero y que serían investigados sin la interferencia de los obispos que supervisan a los sacerdotes acusados de abuso sexual. Además involucrarían a más miembros de la Iglesia que no fueran clérigos pero que tuvieran experiencia en la aplicación de la ley o la psicología.

Nick Ingala, portavoz de Voice of the Faithful, un grupo formado para promover las voces de los feligreses después de que surgiera el escándalo de abusos, ha señalado que era alentador que los obispos desearan establecer un proceso de revisión independiente, pero considera que podría no tener éxito.

«No sé cómo van a solucionar eso», ha recalcado Ingala. «Siembre dudo en dar el 100 por 100 de credibilidad a cualquier plan que los obispos presenten basándome en las experiencias del pasado», ha aseverado.

EL informe de Pensilvania es el último después de un escándalo que estalló en el escenario mundial en 2002, cuando el diario ‘Boston Globe’ informó de que, durante décadas, los sacerdotes habían agredido sexualmente a menores mientras que los líderes de la Iglesia ocultaban sus crímenes.

Informes similares se han publicado en Europa, Australia y Chile, lo que ha hecho que se llevaran a cabo investigaciones y han llevado al debilitamiento de la autoridad moral del liderazgo de la Iglesia Católica, que cuenta con unos 1.200 millones de miembros en todo el mundo.

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