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Los niños atrapados en una cueva en Tailandia tardarán cuatro meses en ser rescatados

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Los niños atrapados en una cueva en Tailandia tardarán cuatro meses en ser rescatados.

Tras diez días de angustia, los 12 niños de un equipo de fútbol tailandés y su entrenador, están con vida pero atrapados en el interior de una cueva en la que aún podrían permanecer unos cuatro meses.

Lo que parecía impensable, ha sucedido. Y es que los trece estén magullados y con miedo, pero sanos y salvos tras días sin comer y perdidos en la oscuridad de una gruta, aferrados al saliente de una roca desde donde permanecen secos.

Las imágenes de los menores han recorrido todo el mundo. La expectación es máxima sobre cómo resolver una operación de rescate que se antoja, no sólo difícil, sino muy delicada y peligrosa.

El complejo de cuevas Tham Luang en Chiang Rai, en el norte del país, se inunda regularmente durante la temporada de lluvias, que dura hasta septiembre u octubre.

Los miembros del equipo, doce niños de entre 11 y 16 años, y su entrenador, un joven de 25, quedaron atrapados en la cueva precisamente debido a las inundaciones registradas en la zona a causa de las lluvias torrenciales.

El problema es que más de cuatro kilómetros de galerías hasta donde se encuentran los pequeños están inundadas, el acceso es muy complicado y la visibilidad cero en medio de aguas fangosas.

De hecho, un buzo experimentado tardaría unas seis horas en hacer el recorrido por la galería principal. Los expertos ya han explicado a las familias que los niños deberán aprender técnicas de buceo para poder salir al exterior.

El Ejército de Tailandia ha indicado que podrían pasar meses dentro de la gruta si no aprenden a bucear para salir. Si esperan a que las aguas se retiren por su cuenta, podría llevar meses. De ahí que estén tratando de sacar el agua con potentes bombas y que se planteen enseñarles a bucear.

Los equipos de rescate, que se encuentran trazando un plan para sacar al grupo de la cueva, han entregado alimentos, agua y material sanitario a los miembros del equipo, según ha informado la cadena de noticias BBC.

«Pero incluso cuando recuperen su fuerza, llevarlos de regreso a través de kilómetros de túneles parcialmente inundados será un desafío desalentador. Y la temporada de lluvias acaba de comenzar aquí, los niveles de agua aumentarán», según ha explicado el corresponsal de la cadena británica en la zona.

Los trece desaparecidos fueron hallados con vida después de que los buzos lograran reducir la entrada de agua en la cueva. Todos ellos se encuentran a unos 4 kilómetros de la entrada.

Un grupo de médicos pretende llegar hasta donde están los niños para evaluar su capacidad para bucear, a partir de este martes o dentro de unos días, dependiendo de sus fuerzas.

Bombeando agua

Mientras, los socorristas siguen bombeando el máximo de agua de la cueva para facilitar su salida.

Además, se están haciendo intentos para instalar líneas eléctricas y telefónicas dentro de la cueva para permitir que los niños hablen con sus padres.

Nopparat Kantawong, el entrenador principal del club de fútbol de los menores, afirmó tras saberse que están vivos, estar convencido de que el hecho de que los niños practicaran un deporte de equipo jugó un papel esencial en su supervivencia. «Estoy tan feliz. Les enseñamos a quererse los unos a los otros, como un equipo», ha declarado a la televisión nacional.

A eso se añade el hecho de que «el fútbol es un deporte de luchadores», recalcó el entrenador, que estaba en la salida de la cueva, como muchos familiares.

El hallazgo de los niños supuso una gran alegría para los tailandeses, tras varios días de difíciles búsquedas a causa de las lluvias torrenciales. La televisión sigue en directo la operación.

El gobernador local, Narongsak Osathananakorn, había indicado con anterioridad que por el momento no podían ser rescatados. Los buzos británicos John Volanthen y Rick Stanton, que colaboraban con los equipos tailandeses, han sido los primeros en llegar al lugar en el que se encontraban los menores, que estaban subidos a una roca de grandes dimensiones.

Los equipos médicos han atendido al grupo, según ha explicado Narongsak, que ha indicado que los menores únicamente presentan pequeñas heridas.

«Solemos clasificar su condición médica como roja, amarilla o verde. Ayer, de forma no oficial, los clasificamos a casi todos como verdes», ha manifestado el gobernador local.

Generalmente, los visitantes sólo pueden aventurarse unos 700 metros en el interior de la cueva. Las autoridades estiman que el grupo habría avanzado más allá de lo permitido.

Se cree que ingresaron a la cueva cuando estaba seca y las fuertes lluvias repentinas bloquearon la salida.

Los expertos apuntan a que los niños pudieron moverse a través de las partes de la cueva en condiciones secas, pero las aguas que corren obstruyeron los estrechos pasillos con barro y escombros, bloqueando la visibilidad y el acceso.

En 2014, un hombre en Alemania fue rescatado con éxito de una cueva después de 11 días de espera. En 2010 en Chile, 33 mineros fueron localizados vivos después de 17 días y a 720 kilómetros de profundidad. En esta ocasión tardaron 70 días en poder ser evacuados.

El problema que se presenta en la cueva de Tailandia es que a la inundación de las grutas de salida se suma la escasez de aire y el hecho de que los atrapados sean niños.

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