Los peshmerga kurdos califican de «declaración de guerra» la ofensiva de Bagdad en Kirkuk

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Tropas de combatientes peshmerga kurdos en Irak.

Las fuerzas militares del Kurdistán iraquí, los peshmerga, han considerado una «flagrante declaración de guerra» las operaciones lanzadas por el Gobierno central del país árabe en Kirkuk, un territorio en disputa donde el primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ha ordenado este lunes elevar la bandera nacional.

El Ejecutivo central ha dicho que sus tropas han logrado tomar el aeropuerto de Kirkuk y otras posiciones —entre ellas la compañía de petróleo del Norte de Irak— que hasta este lunes habían estado controladas por fuerzas kurdas iraquíes. La ofensiva militar, iniciada el domingo, es la mayor lanzada hasta la fecha desde que el Gobierno Regional del Kurdistán celebrase el 25 de septiembre un referéndum independentista.

Para los peshmerga, la ofensiva es una «represalia» y una «venganza» frente a la «libertad» reclamada por el pueblo kurdo. «Este ataque es una flagrante declaración de guerra contra la nación del Kurdistán», ha proclamado este cuerpo de seguridad en un comunicado, según la agencia de noticias local Rudaw.

«Llamamos a todos los verdaderos peshmerga […] a hacer todo lo posible para resistir y derrotar a los atacantes. La primera persona responsable de llevar esta guerra al pueblo del Kurdistán es el Gobierno de Al Abadi, que debería pagar un alto precio por esta injusticia», han advertido.

Asimismo, han criticado que las fuerzas de Bagdad utilicen en estos avances armas supuestamente facilitadas por Estados Unidos «en el marco de la guerra contra Estado Islámico» y han señalado que los peshmerga que «también luchan» contra este grupo terrorista, no disponen de los mismos equipos.

Al Abadi ha ordenado a las fuerzas de seguridad que impongan la seguridad en Kirkuk «en cooperación con la población de la ciudad y con los peshmerga». «Pedimos a las fuerzas peshmerga que sirvan bajo la autoridad federal como parte de las Fuerzas Armadas iraquíes», ha asegurado el primer ministro, en una declaración leída en televisión.

Horas después, Al Abadi ha ido un paso más allá y en calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ha ordenado a su Ejército que alce la bandera iraquí en las zonas en disputa, un simbólico gesto con el que quiere volver a situar Kirkuk bajo la órbita de Bagdad.

La coalición antiterrorista que considera Estado Islámico (ISIS) ha instado a las partes a rebajar la tensión tras lo que considera un «malentendido». «Creemos que los choques de esta mañana no son deliberados y que los dos elementos intentaron ponerse en contacto en condiciones de mala visibilidad», ha dicho en una nota.

La Embajada estadounidense también ha reclamado «calma» y ha pedido a los dos bandos que se centren en la lucha contra Estado Islámico, «el verdadero enemigo de Irak».

Petróleo

En juego están no sólo intereses políticos, sino también económicos, ya que la parte septentrional de Irak es una ciudad rica en recursos minerales y, en particular, en petróleo. Las últimas escaramuzas se han traducido en un aumento del precio del crudo a nivel mundial.

Las autoridades kurdas habrían reducido la producción de dos grandes yacimientos, los de Bai Hasán y Avana, por motivos de seguridad, lo que implica un descenso de 350.000 barriles diarios según fuentes del sector citadas por la agencia Reuters.

Un portavoz del Ministerio del Petróleo ha atribuido este cese de las operaciones a la evacuación «deliberada» de las fuerzas peshmerga», aunque ha prometido que el Gobierno central «no permitirá que se cierre la producción». Espera que la situación queda resuelta «en un corto periodo de tiempo».

Por su parte, el Gobierno kurdo ha salido al paso de los «rumores irresponsables» y ha asegurado que el flujo petrolero se mantiene y no hay previsión de cambios en el futuro cercano, según Rudaw.

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