Un acercamiento entre Irán y Arabia Saudí por la peregrinación a La Meca da esperanzas a la región

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Vista general de la Gran Mezquita de La Meca rodeada de grúas. (Getty)

Enfrentados en la guerra de Siria, donde apoyan a diferentes facciones, peleando casi directamente en Yemen, y enemistados unos y aliados los otros de Estados Unidos, Irán y Siria tratan de liderar el islam de Oriente Próximo y, con ello, la política de la región. Ahora, un pequeño acercamiento puede abrir una esperanza para que la tensión entre ambas potencias se relaje, y es que Teherán ha propuesto a Riad un arreglo para que los peregrinos iraníes puedan viajar a La Meca en la celebración de Haj, una posibilidad prohibida desde 2015.

La convulsión en Oriente Próximo es una máxima desde hace décadas. Cuando la descolonización posterior a las guerras mundiales dibujó el mapa de la región se fraguaron dos grandes bloques, basados en las sectas religiosas islámicas chií o suní, lideradas por Irán y Arabia saudí respectivamente. La revolución iraní de 1979 no hizo sino exacerbar el enfrentamiento, con una monarquía Al Saud que mantenía a Riad cerca de EEUU y los ayatolás de Teherán calificando de «gran Satán» a cualquier inquilino de la Casa Blanca.

El ministro de Cultura y Orientación Islámica de Irán, Reza Salehi Amiri, ha anunciado este miércoles que el Gobierno ha enviado una delegación a Arabia Saudí para discutir la posible reanudación de las celebraciones conjuntas del Haj, la peregrinación anual a La Meca.

Amiri ha explicado al término de la reunión gubernamental de este miércoles que la República Islámica está dispuesta a permitir a los iraníes que acudan este año a la ciudad sagrada si Arabia Saudí acepta ciertas «condiciones».

El régimen de los ayatolás, ha indicado, ya ha enviado una carta a las autoridades saudíes con las condiciones para permitir a los iraníes ir a la Gran Mezquita de La Meca, que incluyen garantías de seguridad e indemnizaciones a las víctimas de accidentes como los de los últimos años.

Si Arabia Saudí no acepta las condiciones iraníes, «será el único responsable» de que el mundo musulmán no pueda concurrir junto a La Meca otro año más, ha subrayado Amiri, en declaraciones recogidas por la televisión pública Press TV.

Irán decidió dejar de enviar peregrinos al Haj después de dos accidentes mortales ocurridos durante la marcha hacia La Meca que se cobraron la vida de más de 470 iraníes en 2015.

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Peregrinos musulmanes en Mina, cerca de La Meca. (Foto: Getty)

En septiembre de ese año una grúa se cayó sobre la Gran Mezquita matando a más de 100 peregrinos, incluidos 11 iraníes. Semanas después, una estampida humana en la ciudad saudí de Mina, cercana a La Meca, acabó con la vida de miles de personas, entre ellos 465 iraníes.

La tensión entre Irán y Arabia Saudí, archienemigos regionales, se disparó al máximo en enero de 2016, cuando Riad ejecutó a un importante clérigo chií. Decenas de manifestantes iraníes asaltaron la Embajada saudí en Teherán.

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