El ELN prevé ocupar los territorios abandonados por las FARC y el negocio de la coca en Colombia

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Terroristas del ELN de Colombia durante unas maniobras. (Getty)

Los peores temores para los demócratas en Colombia parecen confirmarse. El acuerdo alcanzado por el Gobierno de Juan Manuel Santos con las autodenominadas Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC) era tan laxo en materia de Justicia que los opositores a este pacto ya advirtieron durante su negociación y en la campaña del plebiscito que lo acabó rechazando —si bien luego se remozó el texto y se sacó en votación parlamentaria— que «animará a otros delincuentes a seguir con sus andanzas». Y así parece, pues este jueves el negociador del llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN), Eduardo Martínez, ha admitido que «es posible» que la guerrilla ocupe los territorios abandonados por las FARC, a pesar del diálogo de paz en marcha.

Los combatientes de las FARC, la primera narcoguerrilla de Colombia, han completado esta semana el traslado desde sus escondites en la selva hasta las 26 zonas veredales donde, conforme al acuerdo de paz firmado el año pasado con el Gobierno, deberán concentrarse para pasar a la vida civil.

Las autoridades colombianas temen que el ELN, el segundo grupo terrorista con más de 50 años de vida en el país, se apodere de las antiguas posiciones de las FARC, así como de sus negocios, incluido el narcotráfico, lo cual contribuiría a fortalecer al grupo armado en pleno diálogo de paz.

Álvaro Uribe, líder del opositor Centro Democrático (CD) ha venido advirtiendo de que «esta paz es una trampa» y de que «tras las ventajas que han logrado los terroristas de las FARC, los del ELN no querrán menos». Y a fe que esta posibilidad anticipada por el representante de este grupo armado en el diálogo con Santos significaría un fortalecimiento de su posición negociadora.

Interrogado sobre esta cuestión, Martínez ha contestado que «en un escenario todo es posible», también «copar territorio». «Es probable que toque hacerlo porque las comunidades nos lo exigen», ha dicho en declaraciones a Blu Radio. El negociador de paz ha aprovechado además para indicar que el ELN no prevé abordar el narcotráfico en las conversaciones de paz con el Gobierno porque, según ha afirmado, la guerrilla dirigida por Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’, no está vinculado a este negocio.

Una negociación basada en la de las FARC

Y es que también ha dejado claro que su intención es basar el regateo con el Gobierno Santos en el texto que ha otorgado a las FARC la representatividad política, la impunidad y una financiación millonaria para la próxima década. «Es probable que se recojan ideas de los compañeros de las FARC, pero algunas cosas no las contemplamos, como el narcotráfico porque nunca hemos estado vinculados […] Siempre hemos hecho un deslinde frente a eso», ha sostenido.

Sin embargo, ha admitido el cobro de gramaje, es decir, una especie de impuesto para quienes mercadean con la cocaína en los territorios controlados por el ELN. «En donde nosotros tenemos presencia sí se efectúa», ha confesado.

Las delegaciones del Gobierno y el ELN instalaron el martes en Quito la mesa de conversaciones y este miércoles comenzarán las negociaciones sustantivas para firmar una paz que, sumada a la que ya se ha pactado con las FARC, supondría una suerte de fin del conflicto con las guerrillas en Colombia.

El Gobierno y el ELN anunciaron el 31 de marzo el inicio de la «fase pública» de las negociaciones tras dos años de «contactos exploratorios». El diálogo debía haber comenzado en mayo, pero se ha retrasado una y otra vez por la negativa de la guerrilla a liberar a los secuestrados.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha insistido una vez más al ELN en que «termine la injustificable práctica del secuestro». «Es con gestos de paz» como «se logra confianza en la mesa», ha subrayado el líder conservador.

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