Erdogan inicia la reforma constitucional que le puede otorgar un poder casi absoluto hasta 2029

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El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan. (Foto: AFP)

Le ha costado más de un año, meterse en la guerra de Siria, enemistarse con Rusia, reiniciar la ofensiva contra los integrantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), dos elecciones generales, la dimisión forzada de un jefe de Gobierno que empezaba a creer en que era él quien decidía–Ahmet Davutoglu– y un golpe de Estado el pasado verano. Pero finalmente, Recep Tayyip Erdogan se puede salir con la suya y culminar el salto que dio en agosto de 2014, cuando decidió dejar de ser el primer ministro islamista de la Turquía laica para convertirse en su jefe de Estado a título de presidente. Este sábado se ha conocido el proyecto de reforma constitucional del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) por el que la Presidencia pasa a ser ejecutiva y, así Erdogan se convertirá en lo más parecido al califa que siempre quiso ser extendiendo su poder desde que llegó al Gobierno en 2003 hasta incluso el año 2029.

El AKP, que lideraba con mano de hierro Erdogan hasta que tuvo que desligarse de él para ser presidente –aunque no ha dejado de manejar los hilos desde su suntuoso palacio–, ha entregado este sábado al Parlamento su propuesta para la reforma constitucional que concederá al dirigente turco competencias ejecutivas que supondrán un incremento notable de su poder.

El AKP, que tras la repetición de las elecciones legislativas en noviembre de 2015 logró recuperar la mayoría de 316 diputados en el Parlamento, con un total de 550, perdida en cinco meses antes, ha logrado sumar el apoyo del Movimiento Nacionalista (MHP), con 40 escaños, para sacar adelante la modificación de la Carta Magna, que requiere 330 votos, según informa el diario turco Hurriyet.

Una vez superado el filtro parlamentario, «parece que el referéndum podría celebrarse alrededor de marzo o abril, pero también podría dilatarse hasta mayo», ha dicho el ‘número dos’ del Gobierno, Nurettin Canikli en una entrevista concedida a la televisión turca A Haber.

La reforma de la Constitución ideada por el AKP convertirá la Presidencia en un auténtico poder ejecutivo, algo que preocupa a la oposición por la deriva autoritaria del actual jefe de Estado, Recep Tayyip Erdogan.

El acuerdo entre el AKP y el MHP se basa en tres puntos. El primero, y más importante, es que Erdogan no podrá hacer uso de sus nuevos poderes ejecutivos hasta 2019. Además, sus decretos deberán ser transformados en leyes por el Parlamento. Por último, el partido gobernante ha accedido a reducir el quórum para procesar al presidente ante el Consejo Supremo.

El paquete de reformas también va acompañado de una reforma estructural de los sistemas judiciales y de seguridad, incluirá la posibilidad de imputar al presidente por un delito criminal –hasta ahora gozaba de inmunidad ante cualquier acusación, excepto la de traición– y podría permitir que Erdogan gobernara durante un tercer mandato hasta 2029 (el reloj electoral se «resetearía» en 2019, lo que concedería a Erdogan la posiblidad de ostentar dos mandatos adicionales de otros cinco años).

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