Trump exige «un examen de drogas» para Clinton antes del próximo debate

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Donald Trump, en un mitin en Carolina del Norte. (TW)

Dijo esta semana que, definitivamente, se había «quitado las cadenas» que le unían al Partido Republicano. Todo después de que los máximos dirigentes de esta formación le dieran la espalda tras el escandaloso vídeo filtrado hace una semana en el que se le podía ver presumiendo, en 2005, de que «una estrella» como él puede «hacer con las mujeres lo que quiera, incluso agarrarlas del coño»… Y a fe que ha roto las cadenas. Este mismo sábado, Donald Trump se ha desmarcado con una serie de exabruptos en su mejor tradición: ha acusado a los medios de «corruptos» y, sobretodo, ha exigido «un examen de drogas» para Hillary Clinton antes del próximo y definitivo debate.

El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y delfín del partido, Paul Ryan, anunció públicamente  este lunes que no apoyará al candidato de su partido a la Casa Blanca y que centrará a la formación en mantener el control de las dos cámaras del Congreso. El gobernador de Utah, Gary Herbert, dijo públicamente: «No votaré a Clinton, pero tampoco a Trump, no lo merece». Y el magnate de la construcción, ex estrella de la televisión y máximo exponente del populismo llevado a la política ha salido al ataque con todo.

Donald Trump ha afirmado que los «corruptos» medios de comunicación intentan manipular las elecciones en favor de su rival demócrata, Hillary Clinton, a la que acusó de estar dopada en su último debate y exigió que se someta a un examen de drogas. «Hillary es candidata a presidenta en lo que parece ser una elección amañada», ha proclamado Trump en un mitin en el estado de New Hampshire, en el noreste de Estados Unidos.

«La elección está amañada por medios corruptos que presentan acusaciones totalmente falsas y completas mentiras con el fin de que sea elegida presidenta», ha abundado el republicano.

La campaña electoral de Trump se encuentra sumida en el caos tras la difusión del citado vídeo a la que se han sumado acusaciones de abuso sexual en su contra. El multimillonario se presenta como una víctima de una «campaña de desprestigio» y ha optado por intensificar los ataques contra su contrincante, a pocas semanas de celebrarse las elecciones.

Trump también fustigó a su rival el sábado en Twitter: «Hillary Clinton debería haber sido procesada y encarcelada. En vez de eso, es candidata presidencial en lo que parece ser una elección amañada».

Trump además ha afirmado ante los asistentes al mitin de New Hampshire que Clinton había tomado medicamentos para mejorar su rendimiento durante su último debate televisado, el 9 de octubre. «No sé qué le pasa. Al inicio de su último debate, estaba toda estimulada. Al final, […] casi no pudo llegar a su coche», ha dicho. «A los atletas les hacen tomar un examen de drogas. Creo que deberíamos hacer una prueba de drogas antes del debate. ¿Por qué no hacemos eso?», propuso Trump.

El equipo de campaña de Clinton reaccionó a estas declaraciones denunciando «intentos vergonzosos que intentan desacreditar una elección a unas semanas de que se celebre». El director de la campaña de la candidata demócrata, Robby Mook, ha afirmado: «La participación en la vida democrática y, concretamente, en las elecciones, debería ser incentivada en lugar de debilitada o desacreditada porque un candidato tiene miedo de perder».

Si pierde, ¿admitirá Trump su derrota?

La virulencia de las acusaciones de Trump hacia Clinton han despertado preocupación sobre lo que podrá ocurrir si el magnate inmobiliario pierde las elecciones, sobre cómo reaccionarán sus seguidores y si Trump será capaz de reconocer una derrota.

El mismo presidente Barack Obama se hizo eco de esta preocupación el viernes durante un mitin a favor de Clinton. «Ahora está sugiriendo que si las elecciones no le son favorables, no tiene que ver con todas las cosas que dijo, sino porque están amañadas y son un fraude», dijo Obama.

Obama advirtió que «la democracia misma está en juego» en las elecciones del 8 de noviembre, en señal de la preocupación creciente de la Casa Blanca por el millonario de bienes raíces.

Dardos contra Slim

Este viernes Trump culpó al magnate mexicano Carlos Slim de un complot mediático para torpedear su campaña, al tiempo que se apilaban acusaciones de mujeres contra el aspirante republicano.

En un mitin en Carolina del Norte (sureste) Trump recordó que Slim es el primer accionista individual del grupo New York Times, cuyo diario insignia publicó el miércoles relatos de dos mujeres que acusaron a Trump de manosearlas y besarlas, años atrás. «El principal accionista del (New York) Times es Carlos Slim, y como saben Carlos Slim viene de México. Él ha dado millones de dólares a los Clinton», dijo Trump en el mitin.

«Vamos a dejar que corporaciones extranjeras y sus presidentes decidan el resultado [de la elección]. No podemos hacer eso. No podemos dejar que esto pase», señaló.

Los señalamientos contra Slim colocan nuevamente a México en la campaña de Trump, que anunció su candidatura hace un año acusando de «violadores» a los millones de inmigrantes mexicanos indocumentados, a quienes prometió expulsar si llegaba a ser presidente. Desde la publicación en el Times, otras mujeres se han unido al pelotón de acusación, incluyendo dos el viernes.

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