Trump desvió 258.000 dólares de su fundación caritativa en parar demandas o comprar sus retratos

Es la pescadilla que se muerde la cola de los desfalcos y los libros de cuentas. Entre tachones y páginas de balance barajadas que mezclan fundaciones caritativas, empresas de quita y pon, inmobiliarias con enormes ingresos pero sin capital social y otras con un inmovilizado infinito y ningún negocio a la vista, Donald Trump ha edificado un emporio económico del que se desconocen sus verdaderos cimientos, pero que por ahora le está sirviendo para financiar su imparable tren de vida y su carrera a la Casa Blanca. Pero ahora, a pesar de que las mentiras en finanzas nunca lo son del todo pues las verdades jamás lo fueron, hay un asunto que le puede costar la candidatura: el Washington Post  ha publicado que el candidato del Partido Republicano desvió 258.000 dólares de su fundación caritativa para detener algunas demandas y comprarse cuadros de sus propios retratos.

En Estados Unidos la caridad es sagrada y la verdad es sacrosanta, faltar a ambas a la vez y no tener una buena justificación puede ser un aldabonazo demasiado sonoro en el concierto de campanazos escandalosos del ruidoso candidato republicano a la Presidencia del país.

Donald Trump pasó más de un cuarto de millón de dólares de su fundación de caridad para pagar las demandas que involucraban con fines de lucro del multimillonario, según los testimonios y documentos legales que reproduce el citado periódico. Así, Trump podría haber violado las leyes contra la «auto-negociación», que prohíben el uso del dinero recaudado para la caridad en su beneficio propio o de sus negocios.

En uno de los casos, el Club Mar-a-Lago, propiedad de Trump enfrentó una multa en el condado de Palm Beach en 2007 por valor de 120.000 dólares a cuenta de una disputa sobre el tamaño del asta de una bandera.

En un arreglo extrajudicial, la administración del condado acordó dejar sin efecto esas multas si el club de Trump hacía una donación de 100.000 dólares a una organización benéfica específica para los veteranos de guerra. Pero el dinero no salió de las cuentas del club. En su lugar, Trump envió un cheque de la Fundación J. Trump Donald, una organización benéfica financiada casi en su totalidad por el dinero de otras personas, según los registros de impuestos.

En otro caso, documentos de la corte dicen que uno de los campos de golf de Trump en Nueva York acordó resolver otra demanda haciendo una donación de caridad elegida por el demandante. Según los registros de impuestos, la donación fue de 158.000 dólares. Y la hizo la Fundación, no se apuntó en los libros de balances del campo de golf.

Hay más gastos en cantidades más pequeñas que involucran a Trump en desvíos de dinero como 5.000 dólares de la Fundación para comprar anuncios que promocionan su cadena de hoteles o 10.000 dólares gastados por la misma entidad en un retrato de sí mismo.

Varios años antes, Trump ya había utilizado 20.000 de la Fundación Trump para comprar un retrato diferente, de dos metros de altura.

Si el Servicio de Impuestos Internos constatara que Trump violó las reglas de auto-negociación, la agencia podría exigirle que pagara impuestos de penalización o que reembolsara a la Fundación todo el dinero que gastó en su nombre. Trump también se enfrenta a escrutinio por parte de la oficina del fiscal general de Nueva York, que está examinando si la misma Fundación de caridad rompió las leyes estatales.

«Yo represento a 700 entidades sin ánimo de lucro al año, y nunca he encontrado nada tan descarado», ha dicho Jeffrey Tenenbaum, asesor legal de organizaciones benéficas en el bufete de abogados Venable en Washington. Después de el citado diario estadounidense le describiera los detalles de estos regalos de la fundación Trump, Tenenbaum describió las prácticas como «muy chocantes».

El Washington Post envió una carta con preguntas específicas sobre el caso a la campaña Trump, pero no ha recibido respuesta. También la oficina del fiscal general de Nueva York se ha negado a comentar los hechos cuando se le ha preguntado si su investigación cubriría estos nuevos casos de posible auto-negociación.

Trump fundó su entidad para la caridad en 1987 y, durante años, él fue su único donante. Pero en 2006, el hoy candidato del Partido Republicano regaló casi todo el dinero que había donado a la fundación, dejándola con sólo 4.238 dólares al cierre del año, según los registros de impuestos.

A continuación, la Fundación Trump se transformó en algo pocas veces visto en el mundo de la filantropía: una fundación con el nombre de una persona que no proporciona ni un dólar de donación a sus fondos. Trump dio relativamente pequeñas donaciones en 2007 y 2008, y después: nada. los registros de impuestos de la fundación no muestran donaciones de Trump desde 2009.