Adel Kermiche, terrorista de Normandía, llevaba brazalete electrónico tras salir de prisión en marzo

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Adel Keremiche, según una fotografía publicada por 'Le Parisien', uno de los terroristas de Normandía.

La Fiscalía francesa ha identificado a uno de los dos terroristas de la parroquia de Saint Etienne du Rouvray, en Normandía. Se trata de Adel Kermiche, un joven de 19 años, recién salido de prisión por sus contactos con el yihadismo y que portaba un brazalete electrónico para estar localizable.

La gestión del Estado de excepción en Francia está siendo muy cuestionada por la oposición el Gobierno de François Hollande y Manuel Valls, no tanto por la cantidad de ataques acumulada en las últimas semanas, como por que las medidas de seguridad implementadas no están siendo eficaces y en cada escenario de atentados se hallan fallos flagrantes. En esta ocasión, uno de los dos atacantes no sólo estaba fichado como yihadista, sino que había estado en la cárcel hasta el pasado mes de marzo y estaba localizado en todo momento.

Por su parte, el periodista de la CNN Christiane Amanpour, citando a una fuente de inteligencia francesa ha informado de que el yihadista abatido por los policías que acudieron al lugar de los hechos este martes por la mañana, conocía Maxime Hauchard, identificado como uno de los ejecutores del autodenominado Estado Islámico en Siria.

Según el diario Tribune de Genève, Kermiche fue detenido en Ginebra en mayo de 2015 y extraditado a Francia. «A. K. había intentado por dos veces viajar a Siria, primero vía Munich, sin éxito, y a continuación, con escala en Ginebra», según ha informado este medio suizo esta tarde.

Este ciudadano francés, de 19 años, fue «recluido unos días en la prisión de Champ-Dollon,» en Suiza y «acusado de conspiración para preparar actos de terrorismo,» antes ser entregado a las autoridades francesas. Después fue encarcelado durante un año en Francia, pero fue salió en  libertad liberado de prisión en marzo de 2016, aunque tenía que llevar un brazalete electrónico para estar localizable, lo que podría explicar la celeridad con la que actuaron los agentes tras la toma de rehenes en la pequeña parroquia. La Fiscalía recurrió la puesta en libertad de Kermiche, pero fue en vano.

El canal iTele informó asimismo este mediodía de que un joven «había sido detenido en Turquía en mayo del año 2015 y encarcelado en Francia», que según esta cadena sería el mismo Kermiche.

Según Tribune, «A. K.», fichado como ‘S’, «comenzó a ser radicalizado por internet después del atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, en enero 2015» y trató por dos veces de llegar a Siria. Las autoridades repararon pro primera vez en él en marzo de ese mismo año, cuando «trataba de introducir a un menor de Saint-Étienne-du-Rouvray en las filas del ISIS». El joven, supuestamente,  quiso viajar a Siria pocas fechas después «a través de Bulgaria y Turquía», pero fue detenido en Múnich y, a continuación, «puesto bajo control judicial en casa de sus padres».

El 11 de mayo de 2015, cuando Kermiche ya era mayor de edad, volvió a intetarlo, esta vez vía el aeropuerto de Ginebra. Fue a su llegada a Turquía cuanod fue interceptado y expulsado a Suiza, que lo extraditó a Francia. Según el Tribune de Genève, que investigó su perfil en 2015, entonces se dictó una orden de detención internacional contra él y una alerta en el espacio Schengen. En este segundo intento Kermiche viajaba junto a un menor, identificado como «A. B.», de 16 años, quien sí logró llegar a Siria.

El ataque a ‘Charlie Hebdo’ como inspiración

Adel Kermiche se inspiró en el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo para su radicalización. Este ataque «actuó como un detonador», según su madre, quien fue entrevistada en mayo de 2015 por el citado diario suizo. La transformación fue rápida y radical. Kermiche era descrito como un «niño feliz, bueno, que amaba la música y salir con amigas», pero según su madre la luz se le apagó de pronto, excepto para ir regularmente a la mezquita.

Sólo estudiaba lecciones de moral religiosa en la mesa de su habitación, y anuló las conversaciones normales. En menos de tres meses, «me dijo que no podía practicar su religión en silencio en Francia. Me hablaba con palabras que no eran las suyas. Estaba hechizado, como en una secta». Sus parientes, padres y hermanos trataron de razonar con él.

La prensa suiza, interesada por el caso del joven radicalizado, hizo varios artículos sobre el caso. Jean-Paul Rouiller, director del Centro de Ginebra para el Análisis de Terrorismo, hizo un perfil sobre Kermiche, al que describió como un adolescente sin «anclaje religioso profundo», cuyo «fracaso escolar» lo llevó a «cambiar» con una rapidez asombrosa. «Él pasaba mucho tiempo en Facebook. Mediante el análisis de sus posiciones, vemos el cambio. Él no lo ocultó. Hay evidencias de que sabía que iba a luchar y de que tenía una visión idealizada del combate yihadista», dijo entonces este experto en terrorismo.

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