Corea del Norte aprueba ampliar y mejorar su arsenal nuclear

Corea del norte
Protestas contra el armamento nuclear de Corea del Norte bajo el pretexto de la autodefensa. (Foto: Getty)
Iñigo Artola
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En el congreso del partido único en Corea del Norte, teóricamente el máximo órgano con poder de decisión de Corea del Norte, miles de delegados aceptaron el domingo impulsar la «fuerza nuclear de autodefensa» tanto en cantidad como en calidad. A la vez que ratificaban el principio político según el cual este arsenal nuclear solo se utilizará en caso de que su soberanía se vea amenazada por una amenaza nuclear.

Los delegados se pronunciaron también a favor de trabajar por la reunificación de la península de Corea, dividida en dos Estados. «Pero si las autoridades surcoreanas optan por una guerra (…) Nos implicaremos en una guerra justa para eliminar sin piedad las fuerzas opuestas a la reunificación», dice el documento difundido con las conclusiones del congreso.

El partido único reiteró también que el programa de armamento nuclear continuaría mientras «los imperialistas persistan en su amenaza nuclear», un argumento utilizado desde hace mucho tiempo por Pyongyang en referencia, especialmente, a Estados Unidos.

Durante el discurso maratoniano de tres horas ante el congreso el sábado, Kim Jong-un dijo que Pyongyang quería mejorar sus relaciones con los anteriormente países «hostiles» y proponer conversaciones militares con Corea del Sur para rebajar la tensión en su fortificada frontera común.

Seúl rechazó estas propuestas, incluyendo la votación para trabajar por la desnuclearización mundial, calificándolas de «acto de propaganda».

«No hay sinceridad ninguna cuando se habla de la necesidad de conversaciones militares, mientras (Corea del Norte) se autoproclama un estado con armas nucleares y lanza provocaciones nucleares y balísticas», dijo el portavoz del ministerio de Defensa surcoreano, Moon Sang-gyun.

Moon dijo que la asamblea política norcoreana sólo servía para reafirmar la voluntad de Pyongyang de desarrollar su arsenal nuclear y añadió que Seúl continuaría frenando esas ambiciones con presiones y sanciones.

El único aliado importante de Pyongyang, China, también restó importancia a las promesas de Kim. Según el periódico oficial chino Global Times, su «actitud no ha cambiado y tampoco se ha resuelto su mayor contradicción con el mundo exterior». Y continuaba el periódico: «Mientras Pyongyang se resista a renunciar a sus armas nucleares, la normalización de las relaciones con el mundo exterior será muy poco probable».

China fue la gran ausente de la asamblea política, reflejo quizá de un alejamiento con el régimen del joven líder norcoreano.

 

Ensayos nucleares previos a un congreso político

La comunidad internacional impuso una serie sanciones a Pyongyang tras su primer ensayo de una bomba atómica en 2006. Desde entonces, ha efectuado tres pruebas más y numerosos disparos de misiles. El ensayo más reciente tuvo lugar en enero y Pyongyang lo presentó como una prueba con una bomba de hidrógeno, aunque los expertos lo ponen en duda ya que la energía liberada fue demasiado débil.

Kim Jong-un aún no había nacido cuando tuvo lugar el último congreso, en 1980, y que consagró a su padre Kim Jong-il como heredero de este régimen dinástico fundado por su abuelo Kim Il-sung hace casi 70 años.

La asamblea política, iniciada el viernes, está considerada como la consagración del liderazgo del líder norcoreano de 33 años y la confirmación de su estrategia del «byungjin», un desarrollo en paralelo de la economía y de los programas nucleares.

La parte de política nuclear de esta estrategia dominó el período previo al congreso, marcado por el cuarto ensayo nuclear y el lanzamiento de un cohete de largo alcance.

 

Detenido por practicar periodismo «no objetivo»

Por otro lado, un periodista de la cadena británica BBC fue detenido el viernes y será expulsado de Corea del Norte debido a su trabajo previo al congreso. El periodista Rupert Wingfield-Hayes, corresponsal del medio británico en Tokio, fue detenido el viernes junto a dos empleados de la BBC e interrogado durante ocho horas, denunció la cadena en su sitio internet. Wingfield-Hayes llegó al país el pasado 29 de abril acompañando a un grupo de premios Nobel.

La agencia Xinhua (China Nueva), que tiene oficinas en Pyongyang, la capital norcoreana, informó que las autoridades indicaron que el periodista detenido «atacó el sistema de la República Popular Democrática de Corea».

El periodista de la BBC detenido en Corea del Norte Rupert Wingfield-Hayes. (Foto: BBC)
El periodista de la BBC detenido en Corea del Norte Rupert Wingfield-Hayes. (Foto: BBC)

El periodista practicó un «periodismo no objetivo», declaró un integrante de la Comisión Nacional para la Paz de Corea del Norte en una conferencia de prensa realizada el lunes, indicó Xinhua.

La detención se produjo cuando el periodista y su equipo se disponían a tomar el vuelo de vuelta a Pekín. Al percatarse del arresto el equipo decidió no embarcar y quedarse en tierra para no dejarlo solo. Después de ser trasladado al Hotel Pothonggang e interrogado durante ocho horas fue puesto en libertad la mañana del sábado, no sin antes verse obligado a firmar una declaración de disculpa por sus informaciones.

 

El periodista y su equipo han permanecido con un equipo de su misma cadena hasta que el lunes por la mañana han abandonado el país. Por la seguridad de sus empleados, la BBC no ha querido informar de estos hechos hasta que los implicados abandonaran Corea del Norte.

Durante su estancia acompañando a los premios Nobel, los guías norcoreanos (funcionarios del régimen dictatorial de Kim Jong-un) ya le advirtieron sobre sus comentarios y grabaciones, como se ve en alguno de sus vídeos sobre el país. Unas restricciones habituales que sufre la prensa cuando visita un país como este. Cuyos esfuerzos por mostrar una imagen idílica del país se vuelven desmesurados y empujan a un control excesivo de los periodistas y todo lo que ellos pregunten u oigan. Parece ser que a las autoridades norcoreanas les molestó especialmente que Wingfield-Hayes llamara «opulento» al joven caudillo Kim Jong-un. Tras esta expulsión, el reportero de la BBC no podrá regresar nunca más a Corea del Norte.

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