Rusia advierte de que el mundo ha entrado en una nueva guerra fría

Medvedev
Dimitri Medvedev este sábado en Munich (Foto: AFP).

El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, hizo este sábado un sombrío balance de las relaciones entre su país y Occidente, minadas por los conflictos en Ucrania y Siria, y afirmó que han entrado en una nueva Guerra Fría.

«Se pueden decir las cosas más claramente: hemos caído en un nuevo período de Guerra Fría», declaró Medvedev en la Conferencia de Seguridad de Múnich (Alemania), que se celebra cada año.

«Lo que queda es una política inamistosa y cerrada, según nosotros, de la OTAN con respecto a Rusia», afirmó el primer ministro ruso. «¿Necesitamos de verdad un tercer seísmo mundial para comprender que lo que hace falta es cooperación, en lugar de confrontación?», se preguntó.

Rusia y Occidente mantienen posiciones encontradas en el conflicto sirio, donde Moscú apoya abiertamente al régimen de Damasco, denostado por los segundos. Las mismas potencias occidentales acusan a Moscú de apoyar a los rebeldes separatistas prorrusos del este de Ucrania en su lucha contra el poder prooccidental de Kiev.

En su intervención, Medvedev criticó en particular la política de la Unión Europea consistente en reforzar sus relaciones con varias ex repúblicas soviéticas, lo que según él ha creado «no un cinturón de amigos, sino un cinturón de exclusión».

«Crear confianza es difícil»

La asociación estratégica de la UE con Ucrania originó el conflicto abierto en este país en 2014, que vivió una rápida escalada con la incorporación de Crimea a Rusia, las sanciones occidentales contra Moscú y el congelamiento de numerosos espacios de diálogo.

Medvedev señaló que «crear confianza es difícil», mientras que el canciller Serguei Lavrov reclamó «un regreso a la cultura del diálogo», y denunció «la moda de la rusofobia en ciertas capitales».

Por su lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la alianza no quiere «una nueva guerra fría», aunque su respuesta «debe ser firme» ante «una Rusia más afirmada, que desestabiliza el orden regional europeo».

El miércoles, los 28 países miembros de la OTAN decidieron reforzar la «presencia avanzada» de la alianza en Europa del Este, con equipamientos pesados y tropas.

En un tono más incisivo, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, lanzó toda una salva de reproches a Rusia desde la tribuna en Múnich.

En ese sentido, descartó un levantamiento de las sanciones a Rusia al hilo de la crisis ucraniana, cuando ciertos países europeos, como Francia, desearían que se levanten este verano.

«La elección para Rusia es sencilla: aplicar plenamente los acuerdos de Minsk (sobre Ucrania) o seguir enfrentando dañinas sanciones económicas», explicó.

En respuesta, Lavrov acusó a Kiev de «encontrar excusas todo el tiempo para escapar a sus compromisos», como la concesión de una mayor autonomía a las regiones orientales rusófonas.

¿Cooperación en Siria?

Sobre el conflicto sirio, Medvedev insistió en el compromiso de su país por que se cumpla la tregua anunciada para la semana próxima tras un acuerdo con Washington y otras potencias. «Es difícil, pero no hay alternativa», aseguró.

Lavrov y Medvedev estiman esencial establecer contactos militares con los norteamericanos para hacer funcionar el cese de hostilidades. «Si no hay contacto diario entre los militares (…) no podremos aplicar nada», advirtió el ministro de Exteriores.

Estados Unidos, al frente de una coalición que ataca por aire a los yihadistas en Irak y Siria desde 2014, acusa a Moscú de estar bombardeando mucho más a grupos rebeldes «moderados» que a los yihadistas del Estado Islámico.

 

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