Natación

Cómo nadar a crol

Nadar al estilo crol es una forma de cuidarnos y de disfrutar del agua. Atrévete a descubrir una técnica única para mantenernos en forma y conseguir aumentar la coordinación de nuestro cuerpo.

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Por qué es importante la técnica en la natación

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Piden precaución si se nada en aguas abiertas.

La natación es uno de los ejercicios más recomendables que existen, sea para niños o para adultos. Ahora bien, si estás dando tus primeras brazadas, que no pasos, es posible que te preguntes acerca de la técnica correcta en cada uno de los estilos y, sobre todo, cómo nadar a crol.

Esto se debe a que el estilo crol es una de las formas más veloces que tenemos de desplazarnos por el agua, gracias a que se involucran tanto piernas como brazos, y eso le transforma en el primero de los estilos que se enseñan, uno básico, pero que aún así requiere del desarrollo de cierta coordinación para que el resultado sea efectivo, y el movimiento perfecto.

La técnica de nadar a crol

Lo primero que debes considerar antes de ponerte a nadar a crol, es que debes ir en línea recta. Parecería un consejo inútil, pero lo cierto es que tomando como referencia las líneas de la piscina, o cualquier otro objeto que se establezca en línea recta, evitarás caer en desvíos que te distraigan.

Considerando eso, tienes que colocarte lo más horizontal posible, con la cabeza alineada al cuerpo. Busca una postura horizontal, que produzca la mínima resistencia al avance, sin intentar sobresalir del agua, lo que no tiene sentido. Por último, mira hacia abajo, y no hacia adelante.

Es fundamental, de igual modo, que todo el tiempo estés controlando la respiración, soltando el aire dentro del agua y recuperándolo cuando eleves la cabeza por encima de la superficie, si bien eso no es lo único ya que, en la medida de lo posible, debes intentar respirar por ambos lados, alternando.

Las extremidades son fundamentales en este estilo, y debes ayudarte de ellas para poder avanzar. Tienes que mover tanto brazos como piernas, desde las caderas y no sólo desde los tobillos.

En el caso de los brazos, hay dos fases bien diferenciadas que son la acuática o de propulsión, además de la aérea, siendo clave que estires el brazo al 100% cuando entres al agua.

También tienes que ir girando el cuerpo en lugar de nadar plano, dejándote caer hacia los lados, activando todos los músculos de la espalda y los hombros, y ganándole fuerza a la brazada.

Beneficios de nadar a crol

Sólo cuando todos los movimientos sean ideales, lograrás mejorar tu respiración, aumentar resistencia y fuerza muscular, aliviar el estrés y la ansiedad y regular tu ritmo cardíaco.

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