Alimentación

Cómo lavar champiñones

lavar champiñones
Pasos para lavar champiñones de manera correcta e higiénica

Los champiñones son un alimento muy saludable que le puede dar un toque muy especial a cualquier plato. Al ser un hongo, hay que tener mucho cuidado y saber lavarlos bien antes de utilizarlos. ¿Quieres saber cómo lavar champiñones de manera correcta? Sigue leyendo y aprende a hacerlo para comerlos de forma saludable e higiénica.

No cabe duda de que los champiñones son uno de los ingredientes más versátiles que podemos encontrar en la cocina. Combinan práctiamente con todos los demás ingredientes, lo que hace que sean perfectos como guarnición de cualquier plato para darle un sabor único y muy especial.

Normalmente vienen acompañados de mucha tierra, por lo que hay que saber limpiarlos para que su consumo sea totalmente higiénico y saludable.

Pasos para lavar champiñones de manera correcta

  1. Lo primero que debes hacer al lavar champiñones es cortar el tronco, ya que es la zona en la que más tierra se acumula. Coge un cuchillo mediano que esté bien afilado y corta el extremo del tronco.
  2. Cuando hayas cortado todos los troncos ya puedes empezar a limpiar los champiñones.
  3. Los champiñones contienen mucha agua, por lo que no es recomendable que los pongas a remojo ya que acumularían mucho más y soltarían mucho líquido al cocinarlos.
  4. Puedes pasarlos por agua o bien, la mejor opción, limpiarlos con un paño. Coge un paño limpio y humedécelo en agua. Escurre para retirar el exceso y frota los champiñones con suavidad para quitar toda la tierra.
  5. Debes frotar los champiñones con movimientos circulares y rápidos, pero con cuidado de no romperlos.
  6. Si quedan restos de tierra, para no ponerlos debajo del grifo y que acumulen más agua, puedes coger un cepillo de dientes, mojarlo y frotar para retirar los restos que hayan quedado.
  7. Este método es para lavar champiñones uno a uno. Si tienes prisa y no puedes perder tanto tiempo, siempre puedes ponerlos en un colador y echarles agua durante unos segundos debajo del grifo.
  8. Después, frota con las manos para quitar la tierra. Recuerda no dejarlos a remojo.
  9. Una vez que ya los has lavado, ya puedes trocearlos, rellenarlos o lo que sea que vas a hacer con ellos.

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