Aunque a nuestro país han llegado sin hacer mucho ruido, los espacios coworking se han ido extendiendo durante los últimos años para decir adiós a la soledad. Estos espacios permiten a profesionales, emprendedores y autónomos de diferentes sectores trabajar bajo un mismo techo.

La clave para entender su funcionamiento es que todos ellos pueden trabajar desde sus casas de forma individual, pero de esta manera se integran en un ambiente de trabajo productivo. Los coworkers comparten mucho más que cuatro paredes: las oficinas compartidas aportan un gran número de beneficios.

En primer lugar, les ayuda a reducir notablemente el coste de sus facturas al compartir gastos, y acaba con la frustración de no encontrar un local que se ajuste a sus necesidades. De esta forma, los ‘habitantes’ de este espacio no se preocupan por los gastos en infraestructuras y los costes operativos. Adiós, recibos; bienvenida, tranquilidad.

Para hacernos una idea, por ejemplo, el coste medio de una de estas oficinas ronda los 200 euros al mes en Madrid, según la guía elaborada por Cink Emprende. En la capital de España y en Barcelona han experimentado un crecimiento de hasta un 40% en el último año con respecto a 2017, según la consultora JLL.

Los espacios del coworking vienen de la mano del networking, lo que : permite a diferentes empresas establecer una red de trabajo y de contactos. Los trabajadores comparten proyectos, ideas e ilusiones para ofrecer o prestar servicios a otros coworkers. Esto, además tiene un valor añadido: la motivación diaria de aprender cada día algo nuevo y romper con la rutina del trabajo.

Más allá de los vínculos profesionales, están los personales. Las oficinas compartidas crean una especie de ‘comunidad’, con grupos de personas muy diferentes y diversas. De esta forma, se incentiva el ocio y la formación entre los trabajadores, potenciando la profesionalización de los empleados.

Los espacios colaborativos suelen contar con cursos de formación y aprendizaje. La mayoría de espacios coworking tiene salas para celebrar eventos privados, mesas redondas, debates y talleres para potenciar la creatividad y otras skills de todos los trabajadores que lo conforman.

A su vez, esto repercute directamente en aportar ideas frescas e innovadoras entre todos. La comunidad que se forma permite que profesionales de diferentes ámbitos aporten sus opiniones y conocimiento.

La flexibilidad también es otra de las características implícitas en los espacios de coworking: al fijar un lugar de trabajo y establecer un horario, se mejora la conciliación de la vida personal y laboral. De hecho, la mayoría de espacios permiten un acceso las 24 horas del día los siete días de la semana, una gran ventaja para trabajadores autónomos o personas que trabajen los fines de semana y festivos.

Un espacio adaptado a ti

Pese a que todos los espacios coworking fomentan la colaboración entre profesionales, empresas y autónomos que lo integran, su auge ha propiciado que en los últimos años se hayan personalizado, dando lugar a espacios que se adaptan a su comunidad.

De esta forma, en el abanico coworking encontramos desde centros especializados en innovación tecnológica hasta con un marcado espíritu sostenible, pasando por incubadoras de proyectos emergentes o abiertos al exterior gracias a la continua celebración de eventos

Las empresas apuestan por el coworking

Las primeras oficinas compartidas comenzaron a registrarse en las principales ciudades españolas, Madrid y Barcelona, hace aproximadamente 13 años. Ahora, muchas compañías en España están apostando por este tipo de espacios: Banco Santander, Colonial o Merlin Properties son algunos ejemplos.

En esta línea, la entidad financiera ha subido ha lanzado su apuesta por el coworking en la capital española, abriendo su primer work café en la Plaza de los Sagrados Corazones. Se trata de un espacio colaborativo abierto para todos, en el que los clientes pueden trabajar cómodamente, conectarse a internet, asistir a eventos y por supuesto, realizar cualquier gestión financiera.

Estos tipos de espacios son mucho más cercanos y posibilitan un trato más personal con los clientes del banco.

Work Café en Chile

Santander importa a España el modelo Work Café que ya triunfa en Chile desde hace años. La entidad financiera cuenta con 24 oficinas con este concepto en el país y sigue apostando por ellas, ya que han demostrado ser un 20% más productivas que las tradicionales.

Este nuevo concepto de Work Café responde a la apuesta del Santander por la innovación y el compromiso con el progreso de las personas y empresas, ofreciendo un nuevo modelo para que el cliente elija cómo, dónde y cuándo quiere relacionarse con el banco.

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