Huelga de taxis

Taxis vs VTC, ¿y si lo solucionamos de una vez?

Huelga de taxis
Concentración de taxistas en huelga en Barcelona.

En primer lugar esto no es una huelga. Los taxistas con licencias son autónomos, algunos de ellos con varias y más de la mitad con empleados a su cargo, por lo tanto y a pesar que el derecho a huelga lo tienen reconocido por la Constitución Española, no está reconocido en el Estatuto de los trabajadores autónomos (Ley 20/2007 de 11 de julio) y por ello se asemeja más a un cierre patronal que a una huelga.

Es un sector oligopolista donde un titular de una licencia con dos asalariados suele embolsarse netos mensualmente unos 2.530 euros de media y si trabaja él y solo tiene un asalariado entonces la cifra asciende a los 3.395 euros mensuales mientras que los asalariados sin licencia suelen cobrar netos 1.205 euros entre el 35% de la facturación más las propinas menos combustible que lo pagan ellos.

Con estas cifras encima de la mesa quizás se entienda mejor el porqué del cabreo de los taxistas. Ni más ni menos que se les está haciendo una importante raja al cántaro sin ir a la fuente. Se está rompiendo un negocio redondo y protegido. Redondo porque la licencia es el mejor plan de pensiones que tienen a los 70 años debido precisamente a su protección, ya que al ser catalogado como servicio público está regulada su competencia. Barcelona por ejemplo no ha emitido ninguna licencia desde 1980 hasta 2016. Esto hace que las transferencias de licencias alcancen precios de 140.000 euros tanto en Barcelona como en Madrid mientras que en los últimos años se han estado emitiendo licencias VTC a 5.000€ que pasaban inmediatamente al mercado de segunda mano por 50.000€. Y como es obvio con el correspondiente trajín de dinero en efectivo de por medio.

Este es realmente el único motivo que lleva a los taxistas a incomodar a todos los ciudadanos con una huelga salvaje en las dos capitales más grandes de España. La propia revolución que se llevó por delante los videoclubs, las máquinas de escribir o de fotografiar es la que está rajando el cántaro de un sector público que debe aceptarlo y modernizarse.

Hasta ahora, te daban un crédito a 30 años en el banco con la pignoración de la propia licencia y simplemente alquilándola o contratando a un asalariado y tú pues se pagaba sola. Sin embargo, si ahora no se mantiene el status quo del gremio tenemos un problema grave. Es evidente que al que se ha comprado una licencia y se ha gastado 150.000 euros le fastidie que su inversión no sea tan rentable como esperaba, pero cada uno es responsable de sus propias inversiones y si no que se lo digan a los inversores en Afinsa y Forum Filatélico.

Y que no se me mal interprete porque taxistas honrados y trabajadores los hay a patadas, sacando adelante a su familia con mucho sudor y horas a palas, pero hay que amoldarse a lo que viene por el camino fruto de la evolución social, económica y tecnológica. De hecho, en breve tendremos coches autónomos que nos lleven del aeropuerto al centro de la ciudad, ¿y que habrá que montarla otra vez?

Y ojo, que aquí hay para todos. Malos unos y malos los otros. Porque al calor de las licencias VTC se ha creado un negocio que para nada desmerece al de los taxistas. El ejemplo más brutal el del conocido como el rey de la VTC, con ni más ni menos que 483 licencias de las casi 7.000 que hay en España conseguidas a través de 145 empresas. O el del ex presidente del gremio de los taxistas que supo cambiar de banco a tiempo y ha recogido 9 millones de euros de empresas de capital riesgo y está a la espera de 1.000 licencias VTC aunque solo cuenta con 46 actualmente a través de una empresa con otro socio. De hecho, la propia Cabify tiene 276 licencias que te vende si lo único que tienes es un coche y 50.000 euros gastadores además de darles el 20% de la facturación claro está. No entiendo cómo se ha podido permitir esta acumulación de licencias.

Buscando soluciones

Vamos a pensar en el famoso ratio 1:30, es decir, una licencia VTC por cada 30 de taxis en España. Miremos primero a otros países:

Francia tiene 60.000 licencias de taxi y 26.000 de VTC, lo que hace un ratio de 1:2, mismo ratio que Bélgica mientras que nuestros otros vecinos, Portugal, tienen 13.000 frente a 3.000, es decir, ratio 1:4. Así que con el ratio actual cercano a 1:10 tampoco es tan catastrófico, ¿verdad? Y no entro en Inglaterra con 80.000 licencias de taxi frente a las 210.000 de VTC, es decir, allí hay un taxi por cada 2,6 VTCs. O en Italia un taxi por cada 2 VTCs.

Está muy claro hacia dónde corre Europa. ¿Por qué aquí queremos mantener ese oligopolio del transporte público personal?

En Madrid y Barcelona se hacen 551 millones de desplazamientos privados por año con un coste medio de 13,3€ contando todos los gastos hasta el de amortización del vehículo. Por su parte, en transporte público personal, es decir, no colectivo (autobús, tren y metro) se realizan 41 millones de desplazamientos con un coste medio en taxi de 14€ mientras que el del VTC es 11,5€. Es normal por lo tanto que el sector VTC vaya a mejor. Se ahorra dinero y lo más importante, los 5,5 minutos de media para encontrar un aparcamiento. Esta es la tendencia en Europa y aquí también se está pidiendo a gritos.

La solución no pasa por poner en la calle una licencia de VTC por cada 30 taxis sino poner precisamente 30 taxis por cada licencia VTC que hay hoy en la calle. Es decir, sacar 140.000 licencias de taxi inmediatamente.

Madrid tiene un 33% de los ciudadanos moviéndose en transporte privado, Barcelona el 25,4%. Con este número de vehículos en las calles junto con el abaratamiento esperado del precio medio del servicio por la oferta existente de un 22% en Madrid hasta los 10,9€ para los taxis y de los 7,9€ para los VTCs, se crearía una transferencia muy importante de ciudadanos que dejarían sus vehículos en casa. Esto se traduce inmediatamente en menor contaminación por el uso intensivo del híbrido y gas entre los taxis y VTCs, mayor productividad al no tener que perder tiempo buscando aparcar el vehículo privado y mayor ingreso al Estado por IVA.

Está claro que al colectivo de las licencias VTC no tendríamos que convencerlos. Me aplaudirían con las orejas si pudieran. Pero ¿cómo convencemos a los taxistas endeudados o con sus licencias sin amortizar?

Aun dando por hecho que ninguna de las 70.000 licencias de taxi en España está amortizada, la solución para por otorgar una licencia nueva gratuitamente a cada poseedor actual de licencia, como si de una aplicación de capital de una empresa cotizada se tratase con el regalo del derecho de suscripción preferente.

De esta manera, quien haya pagado 150.000 euros por una licencia recientemente, ahora tiene dos licencias a un coste medio de 75.000€ y otra fuente de ingresos neta que complementaría supuestamente una “dudosa” menor explotación del negocio puesto que desde primero de carrera sabemos que a mayor competencia, menores precios pero esos menores precios atraen a nuevos compradores y éstos en forma de usuarios de transporte personal son inagotables porque además del conjunto de ciudadanos que se desplazan en vehículo privado hay un porcentaje superior al 50% de la población tanto en Madrid como en Barcelona que se mueven en transporte público colectivo y de esa tarta la porción de trasvase al transporte público personal sería importante por razones de abaratamiento del servicio y sobre todo de reducción del tiempo del trayecto además de la comodidad.

Realmente no veo otra manera capaz de contentar a todas las partes teniendo en cuenta que el usuario también es parte importante del sistema por no decir que es el juez.

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