Malinche

el musical de Nacho Cano que celebra el origen del mestizaje

Sencillamente,
es impresionante.

Así es Malinche, el musical de Nacho Cano en Madrid. Un espectáculo cargado de pasiones, amistad, amor, historia, lealtad, emoción y mucha, mucha, mucha música que te hace saltar de la butaca.

Melodías en las que desde los primeros acordes eres capaz de reconocer la mano inconfundible de Nacho Cano.

También esconde amor, un gran romance entre la –hasta ahora desconocida– indígena Malinche y el conquistador Hernán Cortés. Una bellísima y apasionada historia de amor que une a dos personas con un hijo, fruto del mestizaje, y, además, hermana para la eternidad a dos continentes a través de México y España.

Y es que, aunque hoy estemos separados, aunque seamos dos países distanciados por el inmenso océano Atlántico “siempre estaremos unidos por lazos indisolubles. España y México, siglos atrás estuvieron arropados en sus propias historias, y en el año 1521 se dio la conjunción de ellas cuando las tropas de Hernán Cortés vieron por primera vez Tecnochtitlan y Tlatelolco”, como recordaba en su discurso Eduardo Matos Moctezuma al recoger el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022.

Una conjunción que se siente en Malinche cuando se cuenta el nacimiento de un mestizaje fruto del amor y, desde luego, también del enfrentamiento entre pueblos, dos conceptos siempre inherentes a la Historia. Es, por tanto, y a todas luces, una oda al origen de una nueva raza contado a través de una impactante producción musical, una escenografía por momentos inverosímil, onírica y viva, y más de 70 actores en el escenario dándolo todo para el disfrute del público.

Escenografía
salvaje y libre

Al llegar a IFEMA, el espacio madrileño que acoge Malinche, y a través de Malinche El Templo Canalla y Los Jardines de México, un espacio de música y gastronomía con más de 1.500 metros cuadrados que atrapa, accedes al amplio teatro con alta expectación, con los ojos bien abiertos y sin saber muy bien qué es lo que verás o sentirás. Cuando bajan las luces y aprecias la belleza salvaje y libre de la primera escena, que no podemos revelar por ser imposible de describir, ya percibes que estás ante un espectáculo especial, sin paragón, de esos que siempre recordaremos como uno de los musicales más importantes de los últimos cien años.

Hernán Cortés llega en barco en el siglo XVI a la mexicana Tenochtitlan, con armas desconocidas y con el nombre del cristianismo sellado con la efigie de Carlos I de España, nieto de Isabel ‘la Reina Católica’, esa gran mecenas de la aventura mesoamericana que, sin ella saberlo, daba fin al Imperio Azteca y brindaba el primer impulso al mestizaje y la diversidad que tanto se celebran en Malinche.

Ahí, en un escenario de ensueño, uno de los más grandes de España y Europa al contar con una boca de –nada más y nada menos– de 26 metros de longitud, tiene lugar este maravilloso relato histórico donde tienen presencia lo salvaje y lo racional, lo antiguo y lo vanguardista, lo que éramos y lo que somos a través de coreografías precisas y gran variedad musical que va desde rap, rock, sonidos indígenas hasta claqué y flamenco.

La música se adueña de nuestras almas

Con este espectáculo la música se adueña de nuestras almas, el baile nos deja sin aliento.

Emociona el zapateo de los bailarines con ritmos flamencos que nos trasporta a la grandeza de nuestro autóctono arte ancestral, también nacido de la fusión con la música árabe, tantos años presente en Al Andalus.

Y es que todo ese arte y ritmo mágico también llegó allí, a México, para unirse a los pasos tribales del Imperio Azteca, una sociedad marcada por el oro, el brillo del sol y una religión politeísta, aún creyente de la fuerza de los sacrificios humanos en honor a los dioses de la que nació la Nueva España, un nuevo mundo.

Un musical
que parecía imposible

Malinche es una experiencia increíble, un espectáculo que sólo ha podido salir de una mente genial, especial.

No sólo porque condensar la gran hazaña de España en América y el nacimiento de una nueva raza es algo complicadísimo, sino porque, además, ponerlo en escena con tanta pasión e imaginación parecía imposible… Imposible hasta que sales con el corazón brillando y la sonrisa en la cara tras disfrutar de Malinche, una obra original con 100% de música inédita de Nacho Cano adaptada al más puro estilo de Broadway.

Descubre "MALINCHE EL TEMPLO CANALLA

abierto 2 horas antes de la función.

Un proyecto de OKDIARIO para el Musical Malinche