Cuando queremos conocer una región a fondo, siempre optamos por disfrutar de la gastronomía que nos ofrecen nuestros anfitriones. Los productos locales y sus recetas tradicionales tienen la capacidad de acercarnos a la verdad de los territorios, por ello, desde la Comarca de Las Vegas y Alcarria de la Comunidad de Madrid celebramos su riqueza gastronómica y los productos agro de kilómetro cero, mostrando que cada municipio de la zona sureste madrileña tiene un carácter y un sabor propio.
La Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña no es la más conocida de la región, es cierto, pero cuenta con muchísimos atractivos para invitar a todo el mundo a vivir experiencias fascinantes alrededor del mundo agro de Madrid. Aquí se producen aceites, quesos, dulces y vinos de altísima calidad, capaces de conquistar a cualquier amante de la buena mesa.
Y es que, como señala Soraya Belinchón, técnico de Turismo del Centro de Innovación Turística de la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña, la gastronomía de la zona «es mucho más que una experiencia culinaria, es una forma de vivir y una conexión muy directa con la tierra, el paisaje, las estaciones y, también, con las personas que lo cultivan y lo transforman».
Entre la diversidad de productos que forman parte de la gastronomía de la comarca destaca el vino con Denominación de Origen (D.O.) Vinos de Madrid, el aceite de oliva virgen extra de nuestras 11 almazaras con D.O. protegido, los quesos artesanos, los caracoles de Tajuña, las legumbres y verduras de huerta, los dulces artesanales de obrador tradicional o los embutidos de producción local. «Todo ello es el reflejo de una cultura que conserva la esencia del medio rural madrileño y uno de los reclamos turísticos de nuestra zona«, comenta la técnico.
Además, son el resultado del esfuerzo diario de quienes trabajan la tierra en Las Vegas y Alcarria Madrileña, un aspecto que merece un reconocimiento, pues su labor no solo llena nuestra despensa, sino también nuestra memoria, ya que la gastronomía tiene el poder de evocar recuerdos felices.
«Los foodies tienen que venir a Las Vegas y Alcarria de Madrid porque todo el mundo cuando descubre la comarca se queda sorprendido. No solo por su paisaje, sino por la delicia que ponemos en los platos», añade Soraya, que muestra un entusiasmo infinito cuando habla de la zona madrileña en la que vive.
Para seguir reconociendo el buen hacer de los productores y empresarios agro de la comarca, hasta el 22 de junio se va a celebrar por primera vez Saborea Las Vegas y Alcarria Madrileña, unas jornadas gastronómicas centradas en el producto de proximidad y con tradición de esta zona madrileña. «Con esta iniciativa aportamos sabor y también contribuimos a la sostenibilidad y a la economía circular, fomentamos el desarrollo rural, apoyamos a los productores locales y posicionamos el territorio como un destino gastronómico de referencia.” explica Belinchón.
A través de estas jornadas, los visitantes van a poder participar en diferentes rutas gastronómicas por diferentes restaurantes, con menús elaborados con producto local, así como visitar bodegas, almazaras, obradores y tiendas. Además, un GastroShow Bus Km0 recorrerá los municipios ofreciendo degustaciones, catas y otras actividades.
En la zona, además, existen varios productos enmarcados dentro del proyecto Fincas Visitables, que busca acercar al gran público el trabajo agroalimentario y promover la venta directa. «Son huertas que reciben visitantes. Pueden pasar el día allí viendo cómo siembran, cómo trabajan y cómo recogen la cosecha; disfrutando de un buenísimo almuerzo y haciendo una compra con productos de cercanía.
Este es el caso de Te Traigo la Huerta, un proyecto en manos de Patricia y Carlos en Fuentidueña del Tajo a través del cual cultivan verduras y hortalizas locales y tradicionales, siguiendo prácticas regenerativas y agroecológicas en la vega del río Tajo.
Llevan una década trabajando, y en este momento están cultivando más de cien árboles frutales, de sombra, almendros o parras, además de todas sus verduras, como melones mochuelos, tomates, calabazas, cebolletas, espinacas, habas, rábanos, ajos, pepinos, alcachofas, calabacines etc., que pueden llegar a tu casa en sólo 48 horas.
La huerta la podemos conocer de primera mano, los impulsores de Te Traigo la Huerta hacen visitas explicando cómo desarrollan sus cultivos y las técnicas que usan para cuidar del medio ambiente y la biodiversidad, mostrando a los visitantes que otra agricultura y otra forma de consumo es posible en la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña.
Un planazo para vivir en familia, a través del cual podemos invitar a los niños a conocer cómo nacen las hortalizas y las verduras que toman en casa, mientras toman consciencia de la importancia del cuidado del entorno.
Al final de la visita a la finca de Fuentidueña del Tajo, quienes quieran pueden hacer la compra allí mismo, eligiendo las mejores verduras y hortalizas y con la garantía de estar llevando los mejores productos a nuestra despensa.
Es una huerta que lleva décadas trabajando la tierra de la comarca, mostrando que el saber hacer más tradicional siempre está vivo y latiendo. Usan productos completamente orgánicos, riegan con agua de cualidades excepcionales y hacen un seguimiento biológico de todos sus cultivos. En la Huerta de Carabaña encontramos decenas de variedades de tomates, verduras y frutas llenas de sabor.
Pero es que, además, tienen también viñedos donde cultivan tempranillo, merlot, shiraz y cabernet sauvignon dando luz a vinos propios, como el Valdepotros. Mientras que 180 hectáreas de olivar dan un fantástico aceite de oliva virgen extra lleno de cariño, listo para consumir.
Huerta de Carabaña nos muestra que en la comarca hay proyectos muy completos alrededor de la gastronomía y la agroalimentación, y en este escenario las bodegas tienen también un gran protagonismo. Debemos tener en cuenta que en esta zona se elabora más del 50% del vino total producido bajo la Denominación de Origen Vinos de Madrid y que hay múltiples bodegas que ofrecen experiencias únicas de enoturismo.
Los vinos de esta bodega familiar son muy celebrados por los amantes del vino ecológico y por los expertos en las catas profesionales.
Las visitas a Licinia Wines comienzan en los espectaculares viñedos, a solo unos cuatro kilómetros de la bodega. Los guías brindan una breve charla a los visitantes sobre el clima y la producción de la uva y sus variedades para finalizar conociendo los orígenes del proyecto, catando los vinos acompañados con el mejor maridaje: viandas ibéricas.
En Chinchón, a pocos kilómetros, podemos disfrutar de la moderna Bodega Val Azul Wine & Venue. En las entrañas de sus viñedos encontramos variedades de uva galas, como cabernet sauvignon, merlot y syrah, con las que hacen un vino que envejece en roble francés.
La bodega ofrece a sus visitantes experiencias de enoturismo únicas para vivir jornadas diferentes y, para ello, tienen la Wine Tour 360º. Una actividad que es mucho más que una cata, ya que consiste en una visita a la finca donde podemos vivir todo el periplo de la uva: de la siembra a la copa. Allí, podréis pasear por los viñedos ecológicos, para más tarde llegar hasta la bodega y conocer, de la mano de expertos, el tratamiento del mosto, la vinificación y el envejecimiento. Tras los anterior, se hace una cata de la D.O. Vinos de Madrid con un picoteo divertido. La duración es de más o menos dos horas.
La bodega se puede visitar y, de paso, comprar sus vinos; así que os vamos a proponer hacer una cata guiada por enólogos que no vais a poder olvidar. En este planazo, además de conocer la bodega, también podemos acceder en un edificio histórico y singular del S. XV, conocido como La Casa Grande, así como a su curioso Museo del Vino con muestra de tinajas antiguas, instrumentos y aperos de recogida y transporte de uva, moledoras, prensas y fotografías antiguas.
Tienen tintos, blancos y rosados, todos ellos de la D.O. Vinos de Madrid, teniendo en cuenta que esta bodega es una de las fundadoras de esta denominación.
Nos adentramos ahora en Colmenar de Oreja, un bello y coqueto municipio madrileño que conquista corazones. Es un sitio encantador por tener una de las plazas mayores más bonitas de la región, gracias a su arquitectura castellana porticada; por su casco antiguo, el cual conserva su arquitectura tradicional y monumentos, siendo declarado Bien de Interés Cultural; y, sin duda, por su gastronomía y sus vinos D.O. Vinos de Madrid.
Podemos tomar platos como patatas chulas o pisto vaquero, acompañados de vinos procedentes de las Bodegas Peral. Allí, en sus instalaciones centenarias, encontramos vinos de alta calidad de los viñedos de Madrid, entre los que podemos citar caldos elaborados por la técnica de la sobremadre, la cual implica fermentar el vino con las partes sólidas de la uva durante varios meses, aportando complejidad y carácter. En total, produce alrededor de 95.000 botellas anuales, incluyendo vinos blancos, tintos, crianzas y espumosos, utilizando variedades como malvar, tempranillo y cabernet.
Desde Bodegas Peral hacen visitas de enoturismo hechas por profesionales del mundo del vino, quienes hacen pasar un rato ameno y agradable, a la vez que aprendemos de los procesos de producción. Además, son unas bodegas muy especiales por su antigüedad y por su fisionomía, ya que a lo largo de la actividad vamos a poder visitar las cuevas que datan de 1882 llenas de tinajas de barro antiguas que resultan una visión espectacular.
En la misma línea, debemos hacer una parada en la Bodega Pedro García, fundada en 1931. Tiene solera e historia, con vinos que salen de las más de 50 hectáreas de viñedos propios, cultivados con amor y con variedades de uva como malvar, airén, moscatel, merlot, tempranillo, cabernet sauvignon y syrah. Forma parte de los D. O. Vinos de Madrid desde 1985, casi cuatro décadas remando a favor de una denominación que cada día cuenta con más seguidores.
Llama la atención por sus vinos, pero también por su emplazamiento. La bodega está instalada en un antiguo convento franciscano, donde se esconden unas impresionantes cuevas centenarias que merece la pena conocer. Para ello, y para dar a conocer sus vinos y su historia, desde la Bodega Pedro García organizan degustaciones y experiencias enoturísticas para compartir con amigos. Cada una de las visitas dura alrededor de 45 – 60 minutos, si optamos por la visita estándar o la gourmet, respectivamente. Entre sus vinos destacados se encuentran el Pedro García Selección Especial y el espumoso Brut Nature.
Como apunte, cabe destacar que todos los segundos jueves de cada mes, hasta bien entrado el otoño –hasta el 13 de noviembre–, podemos disfrutar de la Ruta del Vino de Renfe Cercanías, que sale de Atocha, pasa por Aranjuez y desde allí hasta Colmenar de Oreja, para conocer con visitas guiadas y catas las citadas bodegas del municipio madrileño.
La experiencia cuesta 35 euros por persona y se compra de manera online. ¡No pierdas la oportunidad de disfrutar de los vinos colmenaretes, una de las delicias de la Comunidad de Madrid!
Y para terminar con el mundo del vino en la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña, y adentrarnos más tarde en las almazaras, nos acercamos hasta la Bodega del Nero, en Chinchón, que no solo de ajos vive el municipio.
Situada en el corazón de este municipio, encontramos una bodega que está regentada por la quinta generación de bodegueros dentro de la misma familia. Viven el mundo del vino con pasión, algo que transmiten en sus visitas por las instalaciones y en la cata final, donde se prueban dos vinos de la casa con un queso de Chinchón.
Cada bocado a uno de estos quesos es un estallido de sabor, se nota y se percibe el buen hacer de unos artesanos que llevan toda la vida en esto. Los productos de La Rosa Amarilla se compran en la finca La Jara Baja, donde se elaboran, y también on line. Tienen queso curado y semicurado, y otras variedades más innovadoras como el queso aliñado con pimentón de La Vera.
En la localidad de Ciempozuelos, el queso también es protagonista. Por eso, os invitamos a visitar Marqués de Mendiola, donde podemos conocer los pastos de su finca y probar uno de los mejores quesos de oveja curado de la región, elaborado con leche cruda, que procede de su propio ganado, de más de 1.000 madres con una alimentación completamente natural.
Sus productos tienen todo el sabor de la artesanía, y unas manos expertas, lo que brinda un queso excelente e intenso que marida bien en cualquier aperitivo y con cualquier vino de Madrid. Tiene una maduración de seis a ocho meses y se vende por piezas de diferentes pesos envasados al vacío que podemos tener en casa para las mejores ocasiones.
No podemos olvidar, para terminar con los extraordinarios quesos de Madrid nuestra visita a la fábrica artesana ARCAM en el pueblo de Campo Real, a solo 40 kilómetros de Madrid y donde, además, podemos encontrar interesantes espacios dedicados a la alfarería, principal industria local desde hace siglos.
Pero, hablemos de los quesos artesanos hechos con leche de oveja, cabra y vaca, aunque algunos de ellos hechos con ingredientes tan innovadores como el jamón, la trufa, la cerveza o las aceitunas. Por supuesto, los paladares que adoren el sabor tradicional, tienen quesos curados y semicurados buenísimos. Quienes prueban los quesos de ARCAM dicen que cuando los tomas subes de Campo Real al mismísimo cielo.
En esta comarca también las almazaras han despertado el interés de muchas personas que, llevadas por la curiosidad y las ganas de conocer cómo se hace el tratamiento de la aceituna, han decidido descubrir el mundo del aceite en primera persona.
La zona de Las Vegas y Alcarria Madrileña siempre ha tenido la agricultura como una forma de vida, siendo los olivares los grandes protagonistas. Por ello, hay diferentes proyectos aceiteros, como es el caso de La Aceitera de la Abuela, en Titulcia, un pequeño pueblo con mucho encanto.
Allí la aceituna cornicabra se trata con una combinación perfecta entre el respeto a la tradición y la tecnología más avanzada para conseguir el mejor aceite de oliva virgen extra ecológico. Un producto del que están orgullosos y que tratan de dar a conocer a todo el mundo, para lo que organizan un tour por la historia y el entorno de su almazara, donde se conoce todo el proceso de producción hasta terminar con una cata de sus AOVEs.
Por su parte, Oleum Laguna, la almazara ubicada en Villaconejos –municipio muy famoso por sus melones– ofrece una visita guiada por su finca de olivos ecológicos, de los que nacen unos AOVEs premiados y sin parangón. Al final del paseo, se hace una cata con pan de pueblo, tomates de la zona y un zumo de naranja. Un plan ideal para grandes y pequeños que están super invitados a hacer la degustación.
Por último, hacemos una parada en la Almazara de Brea, en Brea de Tajo, actualmente convertida en un Museo Oléico y de Costumbres donde poder conocer toda la historia alrededor del trabajo en los olivares. Este sitio es hoy un punto de encuentro para los amantes del campo, así como de todas aquellas personas con curiosidad y ávidas de aprender cómo se trabajaba antes y cómo se hacía la producción de aceite de oliva.
El museo se puede recorrer de la mano de guías especializados que os explicarán paso a paso todo lo que allí hay expuesto, como carros de tracción animal, aperos, muelas de moler, prensa, batidoras, etc. Objetos, en definitiva, llenos de historias que conocer y compartir.
Cree también que las visitas presenciales son «una forma de vender de forma directa, de poner en valor su trabajo y de tener ingresos extra enseñando todo lo que saben hacer. Muchos agricultores, viendo la aceptación de las visitas, han adaptado sus espacios a nuevas experiencias».
Por ello, insiste, «no debemos salir de allí sin nuestra cesta de la compra llena. Así que no puede faltar ni el aceite ecológico virgen extra, ni una botella de vino, ni unas palmeritas de Morata, ni los tomates de Carabaña o las lechugas de verde intenso».
En la Comarca Las Vegas y Alcarria Madrileña vamos a descubrir un Madrid sorprendente, ese Madrid que no esperamos y que, a tan solo una hora del centro de la capital, ofrece lo mejor de su esencia rural y gastronómica.
Más información en Turismo de Madrid.
Texto
María Villardón
Diseño