El verano es un momento del año complicado para las familias que tienen hijos pequeños y adolescentes, ya que muchas de ellas no tienen lugares adecuados donde dejar a los chicos cuando salen cada día a trabajar. Una situación que, además, se agrava cuando hablamos de familias que están en situaciones de exclusión social y vulnerabilidad, ya que no suelen tener ni recursos económicos ni tampoco una red familiar a la que confiar su cuidado.
Lo que debería ser una época de diversión y disfrute, teniendo tres meses sin clases, se convierte en un problema de conciliación para muchísimas familias de toda España. Miles de niños y adolescentes se enfrentan a días sin aulas y, además, sin alternativas de actividades de ocio y tiempo libre saludables, por lo que muchos de ellos se quedan solos en casa sin más compañía que las pantallas: smartphones, ordenadores, tablets, etc.
Para que los niños y adolescentes no se queden desamparados en los meses de verano, para que tengan un refugio donde ser cuidados y hacer actividades con impacto positivo en ellos, haciendo que sus veranos también sean inolvidables, como el de otros miles de niños, es esencial que se conformen espacios donde estas familias que viven situaciones de vulnerabilidad puedan apoyarse y tener la opción de dejar a sus hijos con todas las garantías educacionales y de cuidados, independientemente de su procedencia, situación personal o nivel de renta.
En brindar estos espacios lleva trabajando la Fundación ”la Caixa” desde 2007, a través de su programa CaixaProinfancia, una iniciativa que busca ofrecer una vida mejor a niños y adolescentes que viven en entornos desfavorecidos, a través de un modelo de acción social y educativa que ayuda a impulsar su integración social, y la de sus familias.
Para dar solución a la problemática, organiza desde hace años decenas de actividades y campamentos de verano dirigidas a la infancia y la adolescencia en situación de vulnerabilidad social. En concreto, este 2025, alrededor de 30.000 niños y adolescentes de toda España participan en campamentos, colonias, colonias urbanas y centros abiertos gratuitos.
Asimismo, se han destinado 10 millones de euros a esta iniciativa estival, la cual tiene un impacto tremendamente positivo sobre los niños y adolescentes, así como sobre sus familias, que saben dónde y cómo se quedan sus hijos durante las vacaciones escolares. De hecho, la mayor partida del Plan Estratégico 2025-2030 de la Fundación, dotado de una inversión de más de 4.000 millones de euros, está destinada a la acción social, con especial énfasis en la lucha contra la pobreza infantil a través de CaixaProinfancia.
Las actividades de verano de las asociaciones vinculadas al programa CaixaProinfancia fomentan el desarrollo personal a través de la convivencia, el juego y el aprendizaje. Es un tiempo de calidad donde no están solos y donde, además, desarrollan competencias que permiten mejorar sus procesos de integración social y autonomía, mejorando sus lazos emocionales con otras personas de su edad y conformado una red de apoyo humano sin parangón.
Son espacios de crecimiento personal y social porque las actividades organizadas contribuyen al desarrollo de competencias clave en la infancia y la adolescencia, especialmente en ámbitos como la autonomía, la convivencia y la autoestima.
De acuerdo con la coordinadora del proyecto CaixaProinfancia de la Asociación Columbares, que está día a día con los niños y adolescentes en las escuelas, «son espacios diferentes al resto del curso y una herramienta clave de inclusión social, un espacio seguro y estructurado, donde poder desarrollar aspectos tan importantes como la empatía y la cooperación».
Fomentan también habilidades fundamentales en cinco grandes áreas: social, cognitiva, emocional, moral y de desarrollo personal. A través del juego, la vida en grupo, el contacto con la naturaleza y una programación educativa estructurada, se generan aprendizajes significativos que los participantes integran de manera natural.
Además, como cada año, el programa CaixaProinfancia de la Fundación ”la Caixa” pone a disposición de las entidades sociales una colección de juegos elaborados con el asesoramiento de especialistas en actividades con valores. Este verano 2025, la propuesta incluye cinco retos inspirados en las fases naturales de un cultivo con el objetivo de recordar a los niños la importancia de alimentarse bien y moverse para sentirse mejor y recargar energía.
Cano, por último, defiende el poder de la colaboración y el trabajo en red para proporcionar atención a los menores en situación de vulnerabilidad: «Es un acto de justicia social, es invertir en un futuro colectivo y en la igualdad de oportunidades, y en este sentido, las instituciones públicas, ONG y la implicación comunitaria configuran un sistema de protección que refuerza el capital humano, construye sociedades más igualitarias y resilientes».
El programa CaixaProinfancia tiene como finalidad romper el círculo de la pobreza heredada, ese círculo que traslada la vulnerabilidad económica de padres a hijos y que es tan complicado de cortar, debido sobre todo a la desigualdad de oportunidades educativas, sociales y económicas.
Lo cierto es que todo el mundo no parte del mismo sitio, por ello, la pobreza infantil se cronifica en la edad adulta por la falta de oportunidades educativas y sociales, que se traduce en empleos de baja cualificación y remuneración, impactando en el nivel de ingresos de las familias.
Es complicado tener la fórmula perfecta para que esta pobreza no pase de mano en mano entre los miembros de una misma familia, pero está claro que uno de los pilares más importantes para impulsar la justicia social y la inclusión de todas las personas en el engranaje colectivo es la educación, la herramienta más poderosa que debemos poner al alcance de todos los ciudadanos desde la infancia, siendo la llave maestra de un mejor futuro.
Es por todo ello que las actividades de verano son tan importantes para los niños y los adolescentes, al ser espacios de aprendizaje que calan en sus recuerdos y en formación como personas. Unas acciones de CaixaProinfancia que, además, tienen una continuidad durante el resto del año educativo, a través de actividades de refuerzo escolar, atención psicoterapéutica, talleres familiares y ayudas para alimentación, higiene infantil, gafas, audífonos y equipamiento escolar.
Sólo en 2024, CaixaProinfancia de la Fundación ”la Caixa” atendió a cerca de 66.000 niños y adolescentes y a 41.000 familias en 148 municipios de toda España. Desde su creación, el programa ha acompañado ya a más de 392.000 niños y adolescentes y a 227.000 familias.
Actualmente, cerca de 500 entidades sociales colaboran en su implementación y su seguimiento, adaptando las intervenciones a las necesidades de cada territorio y de cada familia.
Texto
María Villardón
Diseño
OKDIARIO