Sánchez no quiere repetir elecciones: ordena contentar a los separatistas para asegurar su investidura

Pedro Sánchez tiene un plan para que esta legislatura sea más estable que la anterior y evitar nuevas elecciones.

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Carlos Cuesta

Pedro Sánchez no quiere repetir elecciones. Con sus 123 diputados, considera que tiene una base suficiente para trazar un Gobierno nacional con apoyos puntuales de Podemos, ERC, PNV, el PRC de Revilla y Compromís y evitar, así, el riesgo de ir a unas nuevas elecciones generales. La orden de Sánchez a partir de ahora es contentar a todas esas formaciones lo suficiente para ir pasando los trámites legislativos sin grandes ambiciones, salvo la de sobrevivir en La Moncloa. Y esa orden incluye contentar especialmente a ERC y PNV.

No es exactamente la misma situación que en la anterior legislatura. Pero, por mucho que se haya dicho lo contrario, lo cierto es que Sánchez ha dado ya orden de contentar a los separatistas en sus respectivos feudos para poder ir pasando los años sin grandes reformas legales, pero con una estructura un poco más estable que la que mantuvo el líder socialista en sus primeros nueve meses de Gobierno.

Sánchez cuenta con un apoyo con vistas de estabilidad: Podemos y sus 42 diputados. La formación de Pablo Iglesias está atrapada en el PSOE. El “Gobierno de cooperación” que anuncian los socialistas significa que la esencia de cada propuesta de los morados será absorbida por los socialistas, de forma que los de Iglesias nunca puedan negarse a respaldar sus iniciativas legales. Porque, en el fondo, no dejan de ser las de los podemitas.

El plan de Sánchez es ir contentando lo suficiente a sus socios para ir pasando los trámites legislativos sin grandes reformas

Con los 42 de los morados, Sánchez suma 165 diputados. Y no es cierto que Iglesias pueda pedir mucho más. El PSOE se ha ensanchado hacia la izquierda y ha hecho cautivo a Podemos. El miedo a un desmoronamiento de Podemos y a un ataque de los Errejón o Espinar hace el resto para que Pablo Iglesias no se atreva a pedir mucho más.

El control presupuestario de Bruselas también ayuda a Sánchez: si las propuestas de Podemos son excesivas y el PSOE las respalda, será la propia autoridad europea la que bloquee un exceso de déficit. Y eso supone que el PSOE quedará bien y será la UE la que proporcione la disculpa para no asumir las exigencias de gasto enloquecidas.

Rompecabezas

A partir de esos 165 escaños, Sánchez sabe que no tendrá grandes problemas para sumar a Compromís (1 escaño) y al partido de Revilla (1 diputado): lo que ellos le han pedido son mejoras de financiación e infraestructuras y eso será llevadero y justificable para Sánchez. Con esos dos partidos llega a los 167 escaños.

A partir de ahí empieza el rompecabezas para Sánchez. Necesita al PNV (con 6 diputados). Con ellos acaba de renovar el acuerdo en el País Vasco para ir de la mano en los municipios en los que se necesitan. El PNV no puede apoyarse más que en el PSE-PSOE en sus cercanas elecciones autonómicas si no quiere derivar más hacia EH Bildu y engordar a su principal contrincante. Y, a su vez, esa necesidad hace que los nacionalistas paguen el favor apoyando en el Congreso a Sánchez. El Estatuto Vasco que ya se tramita hace el resto: se trata de un texto que incluye la autodeterminación vasca pero que se tramita por cauces legales, con lo que puede convertirse en un nuevo Plan Ibarretxe que choque en su momento con el freno del Congreso y la Constitución, algo que Sánchez considera gestionable. Con esos 6 diputados la cifra de control de Sánchez llega ya a 173 diputados.

ERC (con 15 diputados) es el gran reto para el PSOE. Pero el balón de oxígeno lanzado este jueves por Gabriel Rufián a Sánchez -abriéndose a la abstención en la investidura del socialista- deja claro el guión: ERC quiere premios del Gobierno con los que ir demostrando que es más útil en Cataluña que JxCAT. Y los tendrá en forma de dinero, permiso para seguir adoctrinando en los colegios, infraestructuras, poder sin ningún control sobre los medios y Mossos, etc. Pero Sánchez sabe que, más pronto que tarde tendrá que dar otro tipo de premio: el de hacer lo posible para que los presos golpistas salgan de prisión, ya sea por un traspaso pleno de competencias penitenciarias sin cortapisas o por un indulto. Pero hasta que llegue ese momento, el PSOE cuenta con que tiene un Gobierno más o menos tranquilo.

Y hay que tener en cuenta que será complicado que los 4 escaños de EH Bildu se sumen en algo al bloque constitucionalista. Algo que, al margen de lo que pase en la sesión de investidura, puede repetirse con los 7 de JxCAT en innumerables tramitaciones. Todo ello sin contar con que normas como los Presupuestos que presente el PSOE puedan contar con los 2 escaños de CC por medio de incluir más inversiones en Canarias.

Resultado: un esquema que permite la gobernabilidad. Y que, por lo tanto, hace innecesario el riesgo de unas nuevas elecciones.

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