Sánchez bloqueó cualquier posibilidad de investidura tras blindar el pacto con Bildu en Navarra

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Carlos Cuesta

Pedro Sánchez ha mandado España a elecciones tras decidir que el pacto de gobernación en Navarra con los separatistas de Geroa Bai y los proetarras de Bildu no se rompía bajo ningún concepto. Sánchez descartó ceder ante la petición de Ciudadanos en esa materia y señaló que no estaba dispuesto a hacer caer a la presidenta socialista de la Comunidad Foral, María Chivite, y a dejar gobernar a la lista constitucionalista Navarra Suma.

El presidente en funciones y candidato socialista a la investidura no quiso dejar caer a la presidenta del PSN pese a la propuesta de Albert Rivera, líder de Ciudadanos. Sánchez dejó claro que mantendría su alianza con los separatistas y proetarras navarros aunque ello supusiera condenar a España  a unas nuevas elecciones generales.

Rivera había planteado a Pedro Sánchez varias condiciones para abstenerse y permitir su investidura presidencial. Una de ellas afectaba a la aplicación de la Constitución Española en Cataluña y la imposición de un 155 ante un previsible desacato del Gobierno autonómico catalán tras publicarse la sentencia del juicio del 1 de Octubre.

Bajada de impuestos

La segunda de las condiciones del líder de Ciudadanos afectaba a las subidas de impuestos anunciadas por los socialistas. La formación naranja las rechaza de plano y pide que se paralicen.

Sobre esas dos condiciones el Partido Socialista aseguró no tener problema en negociar con Albert Rivera y garantizar que la Constitución Española se aplicará en Cataluña de forma plena y que las subidas de impuestos no afectarán a la clase media.

Pero el meollo de la cuestión se encontraba en la tercera condición solicitada por Ciudadanos. Esa exigencia reclamaba la ruptura del pacto con Bildu en Navarra, algo que tenía que suponer obligatoriamente dejar caer a la presidenta socialista de Navarra María Chivite.

Y en ese punto el partido de Pedro Sánchez fue y es inflexible. No reconoce tener ningún acuerdo con la formación proetarra pese a que la abstención de Bildu es decisiva para mantener a la socialista Chivite en la Presidencia navarra. Y en consecuencia no acepta ninguna exigencia de romper la gobernabilidad actual de Navarra porque ni tan siquiera asume que exista ese pacto con los proetarras.

El resultado es que Pedro Sánchez no acepta la condición navarra y por lo tanto España se ve abocada a unas nuevas elecciones generales.

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