Sánchez irrita a Podemos: ha prometido carta blanca a Escrivá para endurecer el cobro de las pensiones

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Carlos Cuesta

Primer gran choque entre PSOE y Podemos. Si tragar con el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general es un sapo que se ha tenido que comer Pablo Iglesias, la reforma de las pensiones que defiende el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, es una charca entera llena de ranas de imposible digestión para la formación morada. Escrivá cuenta con el respaldo personal de Pedro Sánchez y pretende alargar la vida laboral efectiva hasta los 67 años y ampliar la base de cálculo de las pensiones hasta los 35 años. Ambas medidas suponen una reducción real de las prestaciones totales que percibirán los futuros pensionistas. Y Podemos pide exactamente lo contrario.

El nuevo ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, nunca ha ocultado sus deseos. Y tampoco lo hizo en sus contactos con el presidente del Gobierno. Es más, aceptó el cargo tras recibir el respaldo del presidente a sus reformas diseñadas, precisamente, para dar sostenibilidad al sistema de pensiones y evitar una quiebra.

Escrivá dejó claros sus propósitos defendido ya desde la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), organización fiscalizadora de las cuentas públicas creada en la etapa de Gobierno del PP, que se amplíe la edad efectiva de la jubilación a los 67 años -actualmente en 62,7- y se eleve de 25 a 35 años el periodo de cálculo de las pensiones.

Jubilación a los 67 años

El nuevo ministro de la Seguridad Social se ha mostrado favorable a ir más allá incluso de la reforma de las pensiones aprobada por el PP en 2013, de forma que la edad efectiva de jubilación pase de los 62,7 años actuales a los 67 -de forma que se elimine la brecha entre la edad de jubilación y la edad real a la que se jubila los trabajadores- , ya que, con esa medida, se puede corregir “más de la mitad del problema de gasto”.

Además, el nuevo ministro del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez también ha sido partidario de continuar avanzando en el periodo de cálculo de las pensiones hasta que se tenga en cuenta toda la vida laboral, frente a los últimos 25 años que fijó la reforma de 2011. Y es que esta medida, de nuevo, permitiría subsanar una “parte importante” del problema. Pese a esos deseos, por el momento, ha propuesto ampliar la base de cálculo hasta los 35 años.

Pero todo este plan, que cuenta con el respaldo al menos inicial del Gobierno para que se pueda estudiar la reforma, choca con el eje central del discurso de Podemos.

Choque con Podemos

Los hombres de Pablo Iglesias han pedido todo lo contrario: “Incrementar las pensiones mínimas y las no contributivas. Al establecer un Ingreso Básico Garantizado de, al menos, 600 euros por persona sola, se habrán elevado de un plumazo más de 200 euros las pensiones no contributivas”, justifican. Defienden subir “las pensiones de viudedad y elevar las pensiones mínimas a partir de un suelo de 750 euros”.

También exigen que “las personas que lleguen a la edad de jubilación puedan elegir libremente los años de cómputo para el cálculo de sus pensiones”. Además quieren que “las personas que hayan cotizado al menos 35 años puedan jubilarse anticipadamente sin penalización en sus pensiones”, aplicando, además, “la medida también de forma retroactiva”.

Y, por si fuera poco, pretenden “compensar las lagunas de cotización a empleadas del hogar, autónomos y trabajadores agrarios” y regular la “jubilación anticipada (antes de los 65) sin penalización en sectores especialmente duros: camareras de piso, extinción de incendios, ayuda a domicilio, buceo, rederas, trabajo en astilleros y en la estiba, trabajos industriales penosos y de transporte en carretera, entre otros”. Todo un choque frontal que ya ha despertado al ira en las filas de Podemos. Y el enfado máximo en su líder, Pablo Iglesias.

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