Podemos defiende un Estatuto vasco como el del PNV: «Navarra, Iparralde y derecho a decidir»

Podemos
Nagua Alba, Pablo Iglesias y Pili Zabala, en un axcto electoral en Baracaldo. (EFE)

Como el día del circo de Cambo (Francia), cuando fueron de la mano para rendirse al supuesto final de ETA, PNV y Podemos han coincidido hasta en el día, este martes, para proponer un nuevo Estatuto para el País Vasco que reconozca el «derecho a decidir» y el «carácter nacional» de la región.

Así, la marca del partido de Pablo Iglesias en la comunidad autónoma vasca, Elkarrekin Podemos, defiende que en el preámbulo del nuevo Estatuto se reconozca su «carácter nacional» y el «ejercicio de libre decisión» de los vascos, desde «el respeto a los cauces legales previstos estatutaria y constitucionalmente».

Además, aboga por un acuerdo «plural y transversal» que plantee la participación de la Comunidad Autónoma Vasca en ámbitos de decisión «con el resto de pueblos del Estado, haciéndose corresponsable de aquellas cuestiones y decisiones que afectan a todos».

El texto, al que ha tenido acceso Europa Press, plantea que Euskadi es «una comunidad con carácter nacional, formada por ciudadanos plurales en identidades, culturas, lenguas, ideologías, etc», con «vocación de seguir siendo plural». Además, asegura que es «una tradición y un derecho a gobernarse por sí misma».

En este sentido, Podemos también da el paso —lo mismo que el PNV— de incluir a navarra y el país vasco francés en el nuevo Estatuto. señala que los vascos tienen «una cultura propia», con el vascuence como «máxima expresión» de lengua propia, «de los dos idiomas de que gozamos en nuestra tierra, un patrimonio valioso compartido por toda la sociedad sin excepción». «Somos una sociedad que tiene estrechos vínculos históricos, sociales, culturales y económicos con otros territorios como Iparralde y Nafarroa, en una realidad que se ha denominado Euskal Herria», subraya.

A su juicio, la sociedad en Euskadi «tiene un proyecto compartido basado en valores como la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad y la democracia», que «se concretan en torno a tres ejes: pacto de convivencia, pacto social, pacto de igualdad entre mujeres y hombres».

«Décadas de violencia específica»

Elkarrekin Podemos recuerda que «la sociedad vasca ha vivido décadas de violencia específica de motivación política que ha socavado» las bases de su convivencia democrática. «Esta violencia buscó dañar nuestra pluralidad, pero afortunadamente no lo logró, y su fracaso es un aprendizaje colectivo compartido por la sociedad vasca», asevera.

Por ello, considera que «la convivencia del futuro debe estar basada en una radical defensa de los derechos humanos, y en la extensión y profundización de una cultura de paz que deslegitime el uso de la violencia como mejor garantía de no repetición».

«La sociedad vasca es plural en culturas, procedencias, lenguas, proyectos y opciones personales, y tiene el compromiso de ponerla en valor, preservarla y gestionarla de una forma armoniosa y democrática», añade.

En esta línea, apunta que «la sociedad vasca tiene un compromiso en favor de la paz y de los derechos humanos como objetivo y base de relación con otras sociedades y pueblos del mundo».

«Acuerdos transversales»

El grupo de izquierdas afirma que «una sociedad como la vasca, plural y diversa en esencia, necesita de acuerdos plurales, transversales y lo más amplios posibles». «Varias generaciones de vascos que tenemos diferentes ideologías y diferentes sentimientos subjetivos de identidad nacional somos capaces de ponernos de acuerdo», subraya.

Por ello, defiende que el acuerdo político que alumbre el nuevo Estatuto sea «el más amplio, plural y transversal que jamás haya conocido la sociedad vasca moderna». «Este acuerdo es posible porque todos nos reconocemos como iguales en nuestra pluralidad», señala.

Y finalmente, lo mismo que los nacionalistas, el nuevo Estatuto debe tener en cuenta para Podemos el «derecho a decidir». Así, se debe sustentar «en la voluntad libre y democráticamente expresada por la ciudadanía vasca, tanto directamente (en referéndum) como a través de sus legítimos representantes (acuerdo en el Parlamento)». «Este Estatuto es un ejercicio de la capacidad de decisión de la ciudadanía vasca que de forma mayoritaria y en este momento histórico decide alcanzar un acuerdo plural, amplio y transversal», manifiesta.

El documento plantea que «este ejercicio libre de decisión se concreta en un nuevo Estatuto desde el respeto a los cauces legales previstos estatutaria y constitucionalmente».

Relación con el resto del Estado

En cuanto a la relación de Euskadi con los pueblos, comunidades y ciudadanía del resto del Estado, manifiesta que la actual organización del estatal «a nivel territorial es de facto asimétrica, al existir diferentes tipos de comunidades autónomas». Por ello, afirma que «la forma de insertarse de Euskadi en el Estado sigue respondiendo a esa lógica política».

En base «a lo ya estipulado en las disposiciones adicionales primera de la Constitución y única del Estatuto de Gernika», propone que Euskadi se configure «como una comunidad con carácter nacional dentro del Estado, sin que esto suponga renuncia alguna a la posibilidad de actualizar este vínculo, así como otros derechos, partiendo de la voluntad de la ciudadanía vasca y de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico».

En esta línea, recuerda que se trata de «una comunidad con carácter nacional que goza de instrumentos financieros propios como el Concierto Económico, de carácter permanente y paccionado», que tiene «reconocido un elenco de competencias amplio y que se ejercen, no sólo con carácter exclusivo, sino a través de fórmulas bilaterales de gobernanza, y cogestión en algún caso», que las instituciones del Estado deben asegurar su «pleno respeto».

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