El Gobierno incluirá la subida de impuestos a las rentas más altas en los próximos Presupuestos

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Carlos Cuesta

El Gobierno sí tirará de subidas de impuestos en las próximas cuentas. Según la última versión del informe previo a los Presupuestos confirmado por OKDIARIO directamente de Moncloa “habrá subidas y alguna bajada de impuestos”. Evidentemente, y ante la fuerte caída de la recaudación que sufre España y los postulados de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, las subidas serán superiores a las bajadas. Es más, las subidas se centrarán en las rentas medias altas y altas, y las bajadas en sectores menos favorecidos que en estos momentos realizan un pago fiscal muy reducido. Por el momento, el Gobierno prefiere retrasar la subida del IVA que le reclama Bruselas y apostar por otros tributos directos con el fin de dirigirlos hacia los colectivos donde tiene menos votantes.

El 3 de septiembre la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se mostraba segura de que «la legislatura durará cuatro años» y de que la reforma fiscal que tenían preparada, un eufemismo de la subida de impuestos, podrá retrasarse ya que hay tiempo de sobra: «Si justo en el año 2021 es cuando hay que ponerla en marcha, ó en 2022, ó en 2023» podrá implementarse, aseguró.

Pero lo cierto es que las cuentas no salen de ninguna de las maneras y eso supone que también en estos Presupuestos habrá ya subidas fiscales. Los colectivos con ingresos superiores a la media y ahorros igualmente incluidos en la mitad superior serán una vez más los principales paganos. Aunque no supondrá que algunos de los menos favorecidos no reciban también algún golpe fiscal.

Eso sí, por el momento, la gran medida solicitada por Bruselas -elevar productos del tipo reducido del IVA (10%) al tipo general del 21%- no es del agrado del Gobierno. Y, por lo tanto, si no hay una mayor presión de Bruselas, se dejará por ahora sin incluir en los Presupuestos.

Reforma fiscal

A comienzos de septiembre, y tras la reunión entre el presidente Pedro Sánchez y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, la ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo Montero señaló que «el compromiso del Gobierno es abordar la reforma fiscal» contemplada en el acuerdo de gobernabilidad entre PSOE y Unidas Podemos, pero que, tras la pandemia de Covid-19, «lo inteligente es adaptar esa agenda fiscal al momento».

«Desarrollaremos a lo largo de la legislatura la agenda fiscal acordada, pero hablamos del Presupuesto de 2021. La legislatura dura cuatro años. Tenemos que ser capaces de adaptar esa fiscalidad también a la capacidad de acompañar el momento económico», subrayó la titular de Hacienda. Pero la lamentable situación económica con una caída del PIB interanual del -22,1% ha llevado a tener que adelantar esa agenda.

Para justificar su subida de impuestos, el Gobierno ya admitió hace meses que haría una revisión de la fiscalidad «en un sentido progresivo y redistributivo». Es decir, que castigaría, de nuevo, a aquellos que superan la media en sueldos, ahorro o patrimonio. Todo un incentivo para que el talento abandone España y las empresas de alto valor añadido, por ejemplo, las tecnológicas, busquen destinos menos agresivos.

Es más, tras defender Montero en las últimas semanas una adaptación de los cambios fiscales acordados en el pacto de coalición, el vicepresidente Pablo Iglesias no tardó en asegurar que las próximas cuentas sí incluirán una revisión de la fiscalidad «en un sentido progresivo y redistributivo». Su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, rechazó una rebaja de lo contemplado en el acuerdo y defendió ir más allá incluso, ante la necesidad de contar con más recursos.

La necesidad del PSOE del apoyo de Podemos parece que ha vuelto a triunfar en La Moncloa y, por lo tanto, los españoles de rentas medias altas y altas volverán a sufrir un nuevo castigo fiscal.

El acuerdo entre Podemos y el PSOE para la formación de Gobierno no dejaba gran lugar a dudas. Tal y como publicó OKDIARIO desde el primer día, Sánchez e Pablo Iglesias, líderes de las dos principales formaciones implicadas en el pacto (no son las únicas, ya que también están las fuerzas nacionalistas e independentistas), pactaron los principales puntos fiscales desde los primeros días y junto al propio reparto de los ministerios y los sillones que ocupan ahora cada uno de los integrantes de este Gobierno de coalición.

Las iniciativas que se acordaron iban desde la derogación de la reforma laboral, hasta el famoso incremento de la presión fiscal a las rentas medias altas y altas, que, supuestamente, proporcionaría un mayor incremento en la recaudación fiscal. Tampoco se dejó atrás a los autónomos o las pymes, así como las subidas en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o las pensiones. Una serie de propuestas todas en línea con el dogma socialcomunista.

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