El PP contará con 7.300 apoderados el 4M para vigilar el proceso electoral, un 46% más que en 2019

El Partido Popular contará con un total de 7.304 apoderados e interventores en l0s colegios electorales de la Comunidad de Madrid el próximo 4 de mayo, según han informado a OKDIARIO fuentes de la formación de Isabel Díaz Ayuso.

Se trata de una cifra récord que supone un 46% más de apoderados e interventores ‘populares’ que los que participaron en los comicios de mayo de 2019. Un incremento producido por el ‘boom’ que ha supuesto la candidatura de Isabel Díaz Ayuso, que ha pasado de ser prácticamente una desconocida en 2019 a proclamarse vencedora en todas las encuestas que se han publicado sobre el resultado del 4M.

De acuerdo con el último sondeo antes de la cita con las urnas, el de Hamalgama Métrica para este periódico, el PP va a doblar el resultado que obtuvo en 2019 al pasar de 30 a 61 escaños, lo que le garantizaría la gobernabilidad si Vox le prestara el apoyo de los 13 diputados que logrará el 4M según la encuesta.

La movilización que ha despertado la candidata entre sus simpatizantes ha provocado que el PP haya conseguido reclutar a una amplísima representación cuya misión durante la jornada electoral será vigilar que tanto las votaciones como el posterior escrutinio se desarrollan con normalidad.

En ese escrutinio se incluye el voto por correo, en el punto de mira después del escándalo de la aparición de tickets con «voto emitidos» de usuarios que no habían votado por correo, y que ni siquiera estaban censados en Madrid.

El recuento del voto por correo

Normalmente, el voto por correo se contabiliza al mismo tiempo que el presencial después de que los funcionarios de Correos hayan hecho llegar a lo largo de la jornada electoral estos votos a las mesas correspondientes.

Antes de mezclarlos en las urnas, los miembros de las mesas comprueban que los sobres de Correos contengan tanto el certificado de inscripción en el censo como que el votante esté inscrito en el mismo.

Una vez depositados los votos en las urnas, se anota a los electores en la lista numerada de votantes y, tras este primer recuento, las papeletas se destruyen en presencia de los concurrentes, excepto aquellas que hubieran sido consideradas nulas o las que hubieran sido objeto de alguna reclamación, las cuales se unen al acta y se archivan con ella para su análisis en el segundo escrutinio.

Sin embargo, en esta ocasión tras el escándalo de esos supuestos votos falsos por correo, Vox ha pedido a la Junta Electoral la conservación del voto por correo para un segundo recuento, el conocido como «escrutinio general» que se realiza días después de la jornada electoral.

Apoderados e interventores

Tanto apoderados como interventores forman parte de forma voluntaria de las mesas electorales. Además de los ciudadanos que, por sorteo, ocupan los puestos de presidente y vocales de mesa, los partidos políticos tienen derecho a mandar a estos representantes que tienen como objetivo, cada uno con unas funciones específicas, vigilar que el proceso democrático de la votación y posterior escrutinio se desarrolle con normalidad.

La principal diferencia entre interventores y apoderados es que los primeros tienen una mesa electoral asignada, es decir, desempeñan sus funciones únicamente ante la mesa en la que están acreditados, mientras que los apoderados pueden acceder libremente a todos los colegios electorales y a cualquier mesa.

Los interventores votan en la mesa ante la que están acreditados, en cuyas deliberaciones pueden participar con voz, pero sin voto y ante la cual pueden formular reclamaciones y protestas y pedir certificaciones.

Por su parte, los apoderados votan, como el resto de ciudadanos o electores, en la mesa que les corresponda según su censo. A diferencia de los interventores, los apoderados pueden actuar en cualquier mesa de cualquier local electoral. Pueden examinar el desarrollo de la votación y del escrutinio, formular reclamaciones y protestas y pedir certificaciones. Además, si no hay interventores de la candidatura que representan pueden actuar como tales ante la mesa, con voz pero sin voto y sin firmar las actas.