Díaz Ayuso: “Esperanza Aguirre supo lanzar un mensaje que ilusionaba y debe volver esa etapa”

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Carlos Cuesta

Isabel Díaz Ayuso es la futura presidenta de la Comunidad de Madrid tras ser la del PP la lista más votada del centroderecha en las pasadas elecciones en esta región. Pocos dieron a la popular por favorita, pero lo cierto es que lo que empezó como una apuesta personal de Pablo Casado, se ha convertido en el principal cortafuegos al avance del PSOE y Pedro Sánchez. Díaz Ayuso no hace un discurso vacío en su entrevista con OKDIARIO, la primera concedida a un periódico tras las elecciones del 26-M: reivindica las «bajadas de impuestos, la gestión económica del PP, la libertad educativa, la defensa de la vida». Pero también el «discurso político y no volver nunca a los complejos, a dejar banderas que cogen otros». Ayuso no reniega de su pasado. Al revés, recuerda que «la política es más que gestionar. Es tener un proyecto que ilusiona». Y señala que personas como Esperanza Aguirre demostraron que eso era posible y funcionaba.

PREGUNTA: Este PP ya está asentado tras tres exámenes muy duros -andaluzas, generales y las últimas elecciones-. Este PP, nuevo o PP clásico que vuelve ahora, ¿hace autocrítica de algo?, ¿el 155, subidas de impuestos de Montoro…?

RESPUESTA: Nosotros a veces hemos dejado muchas banderas, hemos visto que teníamos pérdida de electorado y no sabíamos frenarlo. Yo apelo al bipartidismo: el PP fue ese gran partido de mayorías que supo ser la casa común de muchas sensibilidades. La Constitución no te puede gustar al 100%, te gusta al 70% porque es una cesión entre sensibilidades diferentes. Lo mismo ocurre en el PP. Había diferencias entre conservadores, liberales, demócrata cristianos, reformistas… pero el 70% nos unía, aunque hubiera corrientes distintas. Esos debates dentro de los partidos, en foros, en sus congresos… me parece que es mucho mejor que en los parlamentos. Cuando se dan ahí se enquistan las posiciones y fragmenta todavía más.

Si el centroderecha fuera otra vez un partido unido, con esos debates internos donde los afiliados, simpatizantes y votantes participan con nuevos sistemas y con diálogo directo con la sociedad… Ahora lo que vamos a ver son grupos parlamentarios que pareciéndose, tocándose en muchas cuestiones, se van a pelear. Esto va a más y más fragmentación, legislaturas cada vez más breves y más inestabilidad. Hay que recuperar el diálogo con todos aquellos que han votado al PP y se han sentido orgullosos de banderas que hemos abandonado: las artes, el medio ambiente, la cultura, la vida universitaria.

P: Hubo una época, la de Aguirre, en la que se creía en el discurso político además de en la gestión. Creo que ha sido muy injustamente tratada, no solamente desarrollaba un proyecto de gestión, sino también uno de lanzamiento de mensaje. Ha habido casos de corrupción que, por supuesto, están siendo juzgados, pero yo creo en la presunción de inocencia y a ella no se le ha probado nada… ¿Tiene que volver esa época con un PP de gestión y también de mensaje y proyecto ilusionante?

R: Sí, claro. Ha llegado el momento de no solo gestionar, que eso lo hacemos como nadie, pero también debemos ser un partido de ilusión. Lo noto en la gente joven, que necesita referencias. En el momento que pronuncias discursos contundentes, sólidos, armados, se sienten representados y se animan. Cuando la gente sabe qué estas pensando, dónde te encuentras y qué puede esperar de ti, también. Hay que dar certidumbres.

Si yo me considero liberal y defiendo una serie de valores, cada negociación, presión, situación adversa, como presidenta, la gente sabrá que puede esperar de mí. Si te agarras a los valores y los defiendes, nunca te vas a equivocar. Podrás tener momentos más complicados. Saber gobernar es saber decir muchas veces que no, lidiar con situaciones complicadas… y si empiezas con veleidades, pedir perdón a los lados, a acomplejarte, a no defender las cosas, a cambiar de opinión y no tener criterio es todavía peor. El complejo es ocultar tu criterio, pero hay veces que no se tiene ni el criterio. Al final intentando contentar a todo el mundo, no lo haces a nadie, al final la gente pierde esas referencias, se van desencantando, se van alejando y estás en otro nivel. Los partidos van a cambiar mucho. Vamos a una participación muy diferente, la gente va a participar un poco y sentirá que aporta, que es escuchada y que su opinión ha servido para algo.

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