El delegado de Sánchez en el País Vasco criticó el endurecimiento de las penas por terrorismo

Denis Itxaso, nuevo delegado del Gobierno en el País Vasco, criticó que el PSOE asumiese la prisión permanente revisable para el terrorismo en el pacto antiyihadista firmado con el PP en 2015.

La medida generó un amplio debate entre los socialistas, e Itxaso fue uno de sus grandes críticos. En una entrada en su blog, recogida entonces por Europa Press, reprochaba a su partido que, si asumía la prisión permanente, estaría renunciando al principio «resocializador y reinsertador que la Constitución confiere a las penas de cárcel».

«Un sistema que el propio PSOE construyó y que ha gozado de un amplio consenso ciudadano desde la Transición», añadía Itxaso, convencido de que «endurecer el Código Penal es una respuesta fácil que los gobiernos sin ideas tienden a adoptar para satisfacer los instintos primarios de una ciudadanía cuya conciencia se ha militarizado a causa del miedo, de la incertidumbre y de la falta de respuestas».

«El ‘ojo por ojo’ de la derecha»

Así, consideraba también que sería «un grave error» que los socialistas «abdicásemos de nuestros valores y de nuestra propia visión sobre la seguridad y la libertad, por más que la amenaza terrorista esté radicalizando a la opinión pública».

Y se preguntaba si la medida serviría para disuadir a los criminales «cuyas lógicas y comportamientos obedecen a coordenadas radicalmente distintas a las occidentales». «¿O es más bien un gesto para calmar a los sectores más levantiscos de la derecha, que propugnan el ‘ojo por ojo’ y una política basada en la venganza?», señalaba.

Según Itxaso, «si el endurecimiento de las penas no va acompañado de otras medidas de mayor calado en el campo educativo, cultural y social, no se estará atacando el problema de fondo». Es «corto de miras pretender resolver un problema del siglo XXI con recetas del XIX», concluía su artículo.

Finalmente, el PSOE suscribió la prisión permanente revisable, aunque no sin evidenciar su discrepancia y comprometiéndose a derogarla, algo que aún no se ha producido. Los socialistas son ahora más partidarios de esperar a que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el recurso de inconstitucionalidad que lleva pendiente desde hace cuatro años y medio. Aunque Podemos también apuesta por la derogación de la medida penal, el acuerdo con el PSOE para la investidura de Sánchez no recoge nada en este sentido.

La pena, según el pacto antiyihadista, se aplicaría en el caso de delitos de terrorismo «con resultado de muerte», y en el texto se explicaba también que el acuerdo no se vería afectado «por los posibles cambios en el sistema de penas que puedan producirse en el futuro en función de las posiciones mantenidas en el curso de la tramitación de la reforma del Código Penal».

Tras firmar el pacto, el propio Sánchez sí destacó que «el PSOE siempre ha antepuesto la necesaria unidad contra el terrorismo ante cualquier consideración partidista».

«De ETA y los GAL»

Itxaso, no obstante, ha expresado siempre su repulsa a la actividad terrorista, especialmente en lo relativo a la banda terrorista ETA. Teniente de diputado general de Guipúzcoa hasta su designación, durante su cargo impulsó algunas iniciativas como la exposición ‘Luces en la Memoria. Arte y conversaciones frente a la barbarie de ETA’, en la que se recordaban los 50 años transcurridos desde el primer asesinato de la banda.

También en su blog plasmó algunas reflexiones sobre la barbarie etarra. En la entrada ‘Celebrar el futuro, aprender del pasado’ recoge su pensamiento sobre la urgencia de «hacer pedagogía democrática» para deslegitimar «el empleo de la violencia».

En el texto apuesta también por esa política de reinserción: «Estamos dispuestos a que, cumplidas las responsabilidades que marca la Ley, los que cometieron hechos terribles puedan reintegrarse en la sociedad, una sociedad en la que podrán convivir en paz y respetando la libertad de sus ciudadanos», escribe en la entrada. Matiza, a continuación que «a lo que no estamos dispuestos es a que traten de reescribir las historia, condicionar nuestro futuro político y el deber ser de nuestro país, y que para ello intenten hacer valer su renuncia a las atrocidades cometidas y traten de convencerse y convencernos de que el asesinato fue necesario  para sentar las bases del futuro hacia el que debemos avanzar».

En otro momento, expone su apuesta para el futuro de la sociedad vasca: «que huya de la imposición» y «en el que valores como el respeto y la libertad, especialmente hacia los que, por cualquier razón, se manifiestan como diferentes, marquen el rumbo». «En ese futuro, contar con las víctimas es esencial. De todas ellas sin excepción, ya sean de ETA, del GAL o de cualquier otra facción violenta», concluye.