El Instituto Carlos III admite «preocupación» por que una variante escape a los anticuerpos

El centro de investigación del Gobierno cree que esa variante podría condicionar casos de reinfección o pérdida de la eficacia de la vacuna

variante covid Pedro Sánchez
Carlos Cuesta

Pese a los mensajes de control y tranquilidad con los que Salvador Illa se ha despedido del Ministerio de Sanidad camino de las elecciones catalanas, lo cierto es que los informes que el Gobierno está recibiendo de su principal centro investigador -el Instituto de Salud Carlos III- no inspiran confianza en cuanto al futuro del Covid. Todo lo contrario: revelan la preocupación por la aparición de una variante que escape a los anticuerpos.

Uno de los últimos informes elaborados por este organismo es el titulado ‘Integración de la secuenciación genómica en la vigilancia del SARS-CoV-2’, fechado el pasado 22 de enero de 2020.

En ese informe, el instituto señala que «la biología del virus SARS-CoV-2, al igual que el resto de los virus, lleva implícita cambios constantes en su genoma a través de mutaciones, por lo que la aparición de variantes es un hecho esperado y no es en sí mismo un motivo de preocupación». Pese a ello, el estudio explica que «la adaptación evolutiva y la diversificación de SARS-CoV-2 se ha ido observando a nivel global a lo largo de la pandemia»; que «la mayoría» de las mutaciones que surgen «no proporcionan una ventaja selectiva al virus, ni tampoco cambios fenotípicos que impliquen alteraciones en el comportamiento o patrón de infección»; pero que «sin embargo, algunas mutaciones o combinaciones de mutaciones pueden proporcionar al virus una ventaja selectiva, como una mayor transmisibilidad a través de un aumento en la unión del receptor».

Informe del Instituto Carlos III.

Subraya que «del mismo modo, existe preocupación acerca de la aparición de una variante que escape al efecto de los anticuerpos neutralizantes generados tras una infección previa o tras la vacunación, lo que podría condicionar casos de reinfección o pérdida de la eficacia vacunal».

El estudio aclara, además, que «las variantes podrían asociarse con un descenso de la sensibilidad de determinadas técnicas diagnósticas, aunque la mayoría de estas técnicas utilizan varios genes diferentes para evitar este efecto».

Evolución del virus

El Instituto relata la evolución del virus y los motivos de su preocupación, ya trasladada al Gobierno: «En el verano 2020, la variante con la mutación D614G en la proteína S, con mayor capacidad de transmisión, se impuso a nivel global (2–7). En otoño, Dinamarca comunicó un brote importante en granjas de visones en las que se detectó una cepa de SARS-CoV-2 con mutaciones en la proteína S que hicieron temer por la propagación teórica de variantes con mayor capacidad de transmisión o virulencia o un menor efecto de los anticuerpos neutralizantes frente a las cepas que ya habían circulado; aunque finalmente ninguno de estos hechos pudo ser constatado. La introducción del virus en nuevas especies animales podría acelerar su evolución, lo que podría tener un impacto potencial en las estrategias de vigilancia y de control».

El Carlos III no elude el caso concreto de la cepa británica y sostiene que «en diciembre de 2020 se ha detectado una nueva variante en el Reino Unido (RU) perteneciente al linaje B.1.1.7 (denominada VOC 202012/01) con mutaciones múltiples en el gen S de la proteína de la espícula y en otras regiones genómicas. Esta variante se ha extendido rápidamente por algunas regiones de RU y se ha detectado también en numerosos países a nivel mundial. A pesar de que esta variante no se ha relacionado con una mayor virulencia ni parece que escape del efecto del sistema inmune, sí hay evidencia importante de una mayor transmisibilidad y se ha puesto en relación con el aumento de la incidencia de casos de COVID-19 en el RU».

Además, añade que «el 18 de diciembre de 2020, Sudáfrica anunció la detección de una nueva variante del linaje B.1.351 (denominada 20H/501Y.V2), debido la mutación N501Y. Esta misma mutación está presente en la VOC 202012/01 aunque el análisis filogenético indica que es diferente a la variante 501Y.V2. Esta cepa desplazó al resto de variantes circulando en Sudáfrica desde el mes de noviembre, lo que indica que pudiera tener una mayor capacidad de transmisión sin que hubiera evidencia de mayor virulencia. A finales de diciembre, la variante se había detectado ya en 4 países».

Es más, «Japón también ha notificado a principios de enero de 2021 una nueva variante en cuatro personas procedentes de la Amazonía brasileña. La nueva variante pertenece al linaje B.1.1.28.1 y presenta 12 mutaciones en la proteína de la espícula, entre ellas la mutación N501Y (como la variante británica y la sudafricana) y la mutación E484K (como la variante sudafricana y que se ha descrito previamente como una mutación de escape a la neutralización de anticuerpos monoclonales)».

Variante brasileña

Brasil, por último,»también ha informado de la presencia de esta nueva variante en varias secuencias (13 de 31) de la región de Manaos (en la Amazonía) (13) recogidas en la segunda mitad de diciembre del 2020, por lo que la dirección de transmisión se supone haya sido desde Brasil a Japón”.
El informe concluye con un realista mensaje: “La aparición de variantes que aumenten la transmisibilidad del virus, su virulencia o que escapen a la acción de los anticuerpos neutralizantes generados tras la infección natural o la vacuna, constituyen un problema de salud pública de primer orden que puede repercutir de forma importante en el control de la pandemia”.

Lo último en España

Últimas noticias