Juicio del 1-O

Romeva niega ser independentista y dice que «manifestarse no es alzamiento»

El ex conseller catalán de Asuntos Exteriores Raül Romeva ha defendido durante su declaración este martes ante el tribunal del 'procés' en el Tribunal Supremo que la concentración del 20 de septiembre de 2017 frente a la Consejería de Economía "no es un alzamiento" y que "la únicas armas fueron las de la Guardia Civil".

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El ex mandatario catalán ha realizado estas manifestaciones tras definirse como un experto en resolución de conflictos y «cultura de paz» y negar «ser independentista», si bien ha explicado que lo «está» por la «ruptura emocional profunda» que le produjo la sentencia sobre el Estatut de Cataluña que dictó en 2010 el Tribunal Constitucional.

También se ha referido Romeva a la ausencia de violencia en relación a la jornada del 1-O, cuando desde el Govern llamaron a la ciudadanía a participar «libre y obviamente de forma no partidista». La situación según ha reconocido el ex consejero fue «tensa en el sentido de preocupación pero había una firme determinación cívica y pacífica de llevar a cabo el derecho a voto», y el único uso de la violencia de forma injustificada fue a su juicio el empleado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Romeva ha realizado estas afirmaciones en respuesta a las preguntas de su abogado Andreu Van Den Eynde, tras rechazar responder a las preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal, de la Abogacía del Estado y de la acusación popular ejercida por Vox, a la que se ha referido veladamente en un momento de su diatriba, que ha tenido un carácter muy político y que no ha sido cortada por el tribunal.

Las primeras preguntas del abogado Van den Eynde se han dirigido a destacar la «cultura de la paz» sobre la que ha pivotado toda la carrera de Romeva, que llegó a ERC tras ejercer cargos por ICV -fue europarlamentario de esta coalición de izquierdas-, después de ser objetor de conciencia, dar clase sobre relaciones internacionales, coordinar campañas para la paz en Bosnia-Herzegovina de la Unesco y publicar varios libros sobre paz y seguridad.

El punto de inflexión para «estar independentista» lo ha situado el ex consejero en 2010, cuando según ha relatado se bajó «del barco del federalismo» para subir al de la república catalana a causa de la sentencia de Estatut, que ha calificado de «dramática» y obra de «un tribunal politizado» de tan sólo diez magistrados, al no sustituirse a los recusados o que habían fallecido.

«Me defino como demócrata, republicano y europeísta y ahora «estoy» independentista porque defiendo un derecho basado en la no discriminación que no va contra nadie», ha manifestado, para añadir que mientras quienes defienden «unos valores por encima de una circunstancia» están siendo juzgados, «quienes amenazan la Europa de los derechos y las libertades se sientan en el banquillo de la acusación», en clara alusión a Vox.

Romeva también ha empleado gran parte de su intervención en defender que el derecho de autodeterminación, al afirmar no está prohibido en la Constitución, por lo que considera que «es cuestión de voluntad política encontrar la forma de ejercerlo».

Así, ha reconocido que «durante toda su vida» ha hablado «sin ningún problema y sin ningún rubor» sobre el derecho a decidir en Cataluña, también como eurodiputado y como consejero del Govern de la Generalitat.

«Sí, yo he defendido el derecho a la autodeterminación, pero es que no es delito», ha insistido Romeva a las preguntas de su abogado, y tras subrayas que «la autodeterminación no va en contra de la Constitución española».

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