Los críticos del PDeCAT quieren echar ahora a Pascal para entregar el partido a Puigdemont

Marta Pascal
Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT. (Foto: Efe)
Joan Guirado

Los sectores críticos del PDeCAT se reunieron casi clandestinamente este pasado viernes en Ullastrell (Barcelona) para diseñar su estrategia de cara al congreso que la formación celebrará los días 20, 21 y 22 de julio en la capital catalana. Moment Zero, Generació Llibertat y Llibergència tienen poco que ver entre ellos, más allá de las ansias de recuperar el poder que perdieron en el congreso fundacionales del PDeCAT en 2016.

Pero estas facciones unen ahora sus fuerzas con un objetivo común: echar a la coordinadora general Marta Pascal y entregar el partido a Carles Puigdemont para que lo diluya en la fórmula de Junts per Catalunya.

Entre los promotores de esta rebelión interna están los responsables del proceso de reconversión de Convergencia al PDeCAT. Así, estrategas como Jordi Cuminal, ex diputado y ex mano derecha de Artur Mas, está en la cocina de este golpe contra la dirección actual tras organizar un congreso fundacional en el que llevó a votación entre la militancia varías propuestas de nombres filtradas anteriormente a la prensa, y que no había comprobado si podían ser admitidas en el registro de partidos del Ministerio del Interior.

Cuminal, junto al alcalde de La Seu d’Urgell Albert Batalla -uno de los promotores también de esta rebelión- llegaron a anunciar que abandonaban su escaño y rompían el carnet del PDeCAT el pasado mes de octubre, durante las horas en las que Puigdemont se mostraba dispuesto a convocar elecciones en lugar de declarar la República.

Junto a estos dos nombres, se encuentran también el del alcalde de Molins de Rei Joan Ramon Casals, que sopesa presentar su candidatura a coordinador general frente a Pascal, o los alcaldables en Granollers y Rubí, Alex Sastre y Víctor Puig. Aunque cuentan con un fuerte aparato mediático,  con la contribución de algunos medios de comunicación que colaboran con  estos sectores a raíz del paso de Cuminal por la Dirección General de Comunicación de la Generalitat- no tienen un gran apoyo entre las bases.

Aún así, los críticos están dispuestos a plantar cara en el congreso y a llevar a la plaza pública la división interna que hay en el seno del partido y del independentismo. Con Puigdemont autoalejado directamente del proceso, renunciando a presidir el partido como le propuso Pascal para reconciliar sensibilidades, estas facciones del PDeCAT intentarán auparse al poder.

De no conseguirlo, en su planificación se contempla la creación de un partido nuevo -se reunieron en Montserrat hace unas semanas para sentar las bases- que emularía a la CUP en la radicalidad independentista pero desde posiciones de centroderecha y liberales.

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