Entrevista con Maribel

La heroína de la «playa separatista» a OKDIARIO: «Si yo coloco una bandera de España me comen viva»

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Maribel bajó a la playa de Llafranc el pasado domingo 20 de mayo para buscar a unos amigos y se encontró un panorama desolador. Un arenal inundado de cruces amarillas. Como ella misma lo define «un cementerio». Un niño pequeño le preguntó por qué había tantas tumbas y quién se había muerto. La pregunta la entristeció y la irritó a partes iguales. «No se ha muerto nadie» contestó «es un juego de mal gusto».

Hablo con ella en una larga conversación y descubro lo que ya habíamos visto en un vídeo que se ha hecho viral en las últimas horas, una mujer normal y corriente que con gran coraje se dirige a quienes están incomodando a toda una playa en una tranquila jornada festiva. «Una cosa es la política y otra muy diferente son las faltas de respeto y de educación hacia las personas. Para mí las cruces simbolizan a los muertos, la pérdida de nuestros seres queridos, nuestros padres, nuestras madres, a los que echamos de menos y a quienes lloramos. Estaban haciendo burla de algo tremendo. Resultaba ofensivo», recuerda.

«Las cruces simbolizan a los muertos. Estaban haciendo burla de algo tremendo. Resultaba ofensivo»

«Las cruces empezaron a colocarse coordinadamente desde primera hora y a mediodía, seguían», me cuenta. Fue entonces cuando se acercó a uno de los 4 individuos que continuaban clavando maderos en la arena y le preguntó educadamente en catalán: «La playa es un sitio público de todos y para todos ¿qué estáis haciendo? ¿qué significa todo esto?». Recibió una contestación brusca: «Nada. Déjame».

Su sorpresa aumentó al descubrir que tenían permiso del Ayuntamiento para hacerlo, como ellos mismos le confirmaron. «No daba crédito». Llamó a la policía, impotente ante aquella escena dantesca y la actitud de sus promotores, ellos mismos la animaron a hacerlo entre risas desafiantes. «La policía local recibió decenas de llamadas ese día, también los mossos, mías y de todos los demás bañistas. Pero absolutamente nadie apareció en ningún momento, alegando que todo estaba autorizado por el Ayuntamiento de Palafrugell al que pertenece la playa. Nos lo dijeron abiertamente».

«Nosotros la bandera española no la podemos llevar ni en un polo para hacer deporte»

Aparte de las cruces había plantadas banderas independentistas. «Si nosotros colocamos una bandera española en la playa se nos comen vivos. Nosotros la bandera española no la podemos llevar ni en un polo para hacer deporte. Me da mucha vergüenza tener que decirlo pero es así. Aunque resulte incomprensible para muchos». Reflexiona con rabia y tristeza.

«Esto se nos ha ido de las manos. Dicen que no son violentos pero provocan y ponen el dedo en la llaga para hacer daño». Maribel no encuentra justificación ni explicación sensata para la situación que se está viviendo en Cataluña. «Es tristísimo que siendo Cataluña un sitio tan bonito tengamos que estar tantos enfrentados por la tontería de unos cuantos».

Sin duda esto parece haber sentado un precedente. A raíz del vídeo y de su alcance viral, el Ayuntamiento de Palafrugell gestionado por ERC, ha adquirido una dimensión inesperada. Una pequeña playa de una pequeña localidad de escasos 350 habitantes, familias que se conocen entre ellas y que siempre han convivido y disfrutado de un entorno privilegiado, convertida en la cuna de la españolidad espontáneamente reivindicada por una mujer sensata y valiente.

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