El comisario de los Mossos que desoyó la alerta yihadista de la CIA es “parte medular del 1-O”

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El mayor Josep Lluís Trapero, el ex director de los Mossos Albert Batlle y el ex comisario de Información Manel Castellví.
Carlos Cuesta

Los documentos de los Mossos incautados por la Policía Nacional delatan al mismo comisario que desoyó las alertas yihadistas de un atentado en La Rambla de Barcelona como el mismo hombre que, casualmente, era “parte medular” del 1-O y de la politización de la policía autonómica.

Su nombre es Manel Castellví del Peral. Es el responsable de la Comisaría General de Información. Lo era con Josep Lluis Trapero. Y, según las conclusiones de la policía en base al material incautado a los Mossos –al que ha tenido acceso OKDIARIO–, era la cabeza de una “Comisaría General de Información de los Mossos” reconvertida en una unidad que “obedeciendo consignas políticas, se ha constituido en la parte medular y de confianza para la implicación de la Policía de la Generalitat en los proyectos separatistas”. Así de rotundo y de claro es el calificativo que le hace la Policía.

Y es que “cabe destacar que la documentación transportada [en las furgonetas que pretendían destruir el material sensible de los Mossos en una incineradora] pertenencia en su totalidad, procedía y había sido gestionado por la Comisaría General de Información del Cuerpo de Mossos”.
Es más, “los funcionarios que la transportaban pertenecían a esa misma unidad” y en el lugar donde fueron interceptados los documentos “se personó a los pocos minutos el intendente perteneciente a la misma Comisaría para interesarse por lo que ocurría”, revelan los policías en su informe.

El comisario Castellví, pese a ello, sigue actualmente en el cargo en pleno 155. Pero es más. Es que Manel Castellví es el mismo comisario que tuvo conocimiento –a través de un diplomático del consulado norteamericano de Barcelona– de la alerta de la CIA sobre la posibilidad de que el verano pasado hubiera un atentado en La Rambla. En concreto, el que hubo. Pero él y su equipo decidieron que la advertencia no era creíble.

Castellví es uno de los hombres sin los que es imposible explicar el pasado de los Mossos, el presente y su deriva. Ha ocupado los cargos de jefe de la provincia de Gerona –una de las plazas con más movimiento separatista– y en 2006 fue ascendido a comisario jefe de la región metropolitana norte de los Mossos.

Ascenso a la cúpula de la mano de Mas

Posteriormente escalaría a subjefe de la Comisaría General Territorial, con lo que, bajo su coordinación quedaban todas las comisarías de Cataluña. Pero su ascenso a las alturas llegaría con Artur Mas, quien le señaló directamente como responsable de Información en 2011.

Castellví llegó con la misión de infiltrar a los radicales antisistema que habían mostrado su capacidad cercanos el Parlamento catalán. Y él lo hizo gracias a una persona: Miquel Bertrán, la punta de conexión de los Mossos con el Centro de Seguridad de la Información (Cesicat) -el CNI catalán-. La duda ahora es hasta dónde llegó esa capacidad de infiltración en colectivos, si sólo se usó con los antisistema o si, como apunta la información incautada por la Policía Nacional a los Mossos, esas técnicas extendieron a otros colectivos, momentos e intereses.

Y es que bajo el mando de Castellví también ha estado la famosa  Unidad Central de Recursos Operativos, una unidad que saltó claramente al espionaje político, tal y como han confirmado a OKDIARIO fuentes policiales. Una unidad, de hecho, a la que se imputan en estos momentos las principales labores de seguimiento y espionaje a políticos y asociaciones constitucionalistas realizadas en Cataluña durante los años previos al golpe del 1-O.

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