La Generalitat ordenó a los Mossos que aumentaran el espionaje a C’s tras dispararse en las encuestas

Carlos Carrizosa
Carlos Carrizosa. (Foto: Ciudadanos)
Carlos Cuesta

La Generalitat ordenó a los Mossos d’Esquadra que aumentaran el espionaje a C’s al ver su auge político. Tenían órdenes de seguirles porque, al ser constitucionalistas, les consideraban un peligro para el golpe. Y porque los separatistas confirmaron que “el número de personas vinculadas a Ciudadanos crecía en los últimos años”, tal y como recogen los dosieres que elaboraron los Mossos. Y es que, los agentes autonómicos, no sólo realizaban anotaciones sobre su actividad, agenda, o relaciones.

También realizaban seguimiento del auge del partido, tal y como demuestran las notas incluidas en sus archivos por los Mossos.“Han sabido movilizar personas mediáticas relacionadas con medios de comunicación”, anotaron los Mossos en sus informes sobre Ciudadanos. Unos comentarios que parecen más propios de analistas políticos que de agentes de policía. Y es que la UCRO, la unidad de policía autonómica catalana que se encargaba de su espionaje estaba especializada en las investigaciones a políticos y personas influyentes de la vida pública.También les preocupaba que Ciudadanos arrastrarse a “políticos en activo de partidos de centro derecha”.

Y les preocupaba porque todo ello demostraba su auge en Cataluña. Algo que iba en contra de los intereses golpistas.Los medios de espionaje a Ciudadanos, de hecho, fueron en aumento a medida que ganaba peso el partido. Y a medida que las notas de los Mossos delataban a su cúpula policial y política ese avance del partido de Albert Rivera.

El aumento de dotación llegó al punto de que se tuvo que unir la “UNIF BCN Grupo de Información Interior”, como reflejan los informes, para dar mayor cobertura a los seguimientos.Susana Beltrán, Carlos Carrizosa, Francesc de Carreras, Francisco Sierra o el propio Albert Rivera, todos ellos de Ciudadanos, sufrieron las consecuencias de esa preocupación y del incremento de medios. Porque la Generalitat ordenaba dotar de los medios suficientes las labores de control para buscar material con el que adelantarse a los movimientos y atacar al partido naranja.

Relaciones con Societat Civil Catalana

Uno de los puntos que más preocupaban a los Mossos eran las estrechas relaciones entre gente de Sociedad Civil Catalana y Ciudadanos. Una pesadilla para ellos que les llevó a recoger notas de infinidad de encuentros y reuniones entre militantes de uno y simpatizantes de la otra.

Los Mossos, en esa obsesión, grabaron conversaciones de alto cargos del partido que hoy encabeza el bloque constitucionalista en Cataluña: Ciudadanos. En concreto, una de las conversaciones sobre las que han aparecido reseñas en la documentación incautada por la Guardia Civil a la policía autonómica comandada en esas fechas por el mayor Josep Lluís Trapero se refiere a una charla mantenida por uno de los secretarios de la Mesa del Consejo General de Ciudadanos con un miembro de la Policía Nacional.

Dentro de los documentos entregados a los jueces figura un “extracto de conversación” mantenida por un destacado miembro de Ciudadanos el día 23 de mayo de 2017, meses antes del registro judicial al Departamento de Economía del 20 de septiembre, y del golpe de Estado separatista con referéndum ilegal incluido del 1-O. Es decir, en la fase de máxima tensión de los golpistas y cuando se estaban cerrando los detalles de los sistemas ilegales de votación y de la creación de las “estructuras de país”, como los golpistas les llamaban.

La persona grabada era uno de los miembros destacados de la Mesa del Consejo General del partido de Albert Rivera. Uno de los nombres es el de David Heredia, pero no es el único. La Guardia Civil tiene ya pruebas concluyentes de que los Mossos que fueron puestos a disposición de los políticos constitucionalistas como servicio de escolta acabaron pasando información a los separatistas dentro de unas labores, que realmente eran de espionaje político y no de escolta. Semejante trato fue dado a miembros de Ciudadanos y del PP.

Y la Guardia Civil tiene también evidencias de que los seguimientos y espionajes generalizados fueron la tónica en el caso de asociaciones constitucionalistas como Sociedad Civil, donde el espionaje detectado afecta a numerosos altos cargos y donde se llevó la palma uno de los presidentes más activos, Ramon Bosch.

Tal y como adelantó OKDIARIO, los espionajes formaron parte habitual de una estrategia de desprestigio político y de cobertura a la Generalitat. Así, la Benemérita tiene la evidencia de que ha habido grabaciones a la ex novia de Jordi Pujol hijo, Victoria Álvarez. Porque lo importante era tener controlados a todos aquellos que pudieran poner en peligro el golpe.

Fuentes policiales han confirmado igualmente seguimientos a la Policía el mismo día del 1-O; comunicaciones de los movimientos de las fuerzas y cuerpos de seguridad para frustrar sus actuaciones bajo orden judicial y tendentes a intentar frenar el referéndum ilegal; y hasta el intento de adquisición de 800 armas largas sin permiso del Ministerio del Interior para armar una unidad de los Mossos. Toda una serie de actividades que retratan un cuerpo altamente politizado y que colaboró con los propósitos del Govern separatista.

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