El Supremo dejará hoy en prisión a Forn y ‘Los Jordis’: sólo los excarcelará si tras formar gobierno cumplen la ley

Los Jordis
Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, máximos dirigentes de la ANC y Òmnium, respectivamente. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El Tribunal Supremo mantendrá en prisión hoy a Jordi Sànchez, Jordi Cuixart y Joaquim Forn ante el riesgo de reiteración delictiva y, por lo tanto, de que vuelvan a alentar el golpe separatista. Las pruebas y evidencias cosechadas hasta el momento respaldan esta postura. Una decisión que sólo se alterará ya, no por declaraciones y compromisos de buen comportamiento, sino, en caso de que tras formarse gobierno en Cataluña demuestren que, realmente, su comportamiento es acorde a las exigencias de acatamiento de la legalidad y de respeto a la Constitución. La exigencia es compartida por la Fiscalía, que mantendrá la petición de prisión hoy.

En el caso de Jordi Sànchez, presidente de la Asamblea Nacional Catalana, el riesgo de reiteración delictiva es evidente a la vista de las últimas declaraciones realizadas, incluso estando en la cárcel y, además, porque no ha renunciado a mantener su carrera política dentro de partidos que siguen defendiendo como institución el golpe: Sánchez está dentro de la lista votada de diputados de JxCAT y ha sido elegido como número dos por Barcelona, sólo por detrás del propio Carles Puigdemont-.

El responsable de ANC durante el 1-O ha dejado constancia de su actitud golpista incluso en el día a día de la prisión. A Sánchez se le ha tenido que asignar ya hasta cuatro compañeros distintos de celda ante las quejas reiteradas de que es “un pelma con el separatismo, es insoportable con el tema catalán”, según palabras del personal al corriente de su estancia en la cárcel de Estremera.

Jordi Sánchez, además, figura en el sumario y en las investigaciones de la Guardia Civil como uno de los miembros del organismo máximo golpista -el Comité Estratégico- y como uno de los instigadores de uno de los actos violentos que provocan, de hecho, que el golpe pase a ser calificado dentro del tipo delictivo de rebelión, por incluir comportamientos violentos: el asalto a los coches de la Guardia Civil el 20 de septiembre. Por si fuera poco, ha sorteado los controles de la prisión para enviar mensajes en plena campaña electoral de apoyo a los partidos golpistas.

Jordi Cuixart no se encuentra muy lejos de la situación de Sánchez, aunque es verdad que su comportamiento en prisión ha sido menos reiterativo en la defensa del golpe de estado. Cuixart, además, no se presentó a las elecciones con lo que su riesgo de reiteración es menor desde el punto de vista de su actividad dentro de un partido. Pero, sin embargo, como presidente de Òmnium Cultural, encabeza una de las organizaciones que mantiene el pulso permanente en la defensa de una pretendida legitimidad del Govern ilegal y golpista. Incluso las colectas de su organización están siendo investigas por posible inclusión de dinero negro como vía para costear su propia defensa jurídica.

El ex consejero de Interior Forn era el máximo responsable político de los Mossos, los mismos que llegaron a espiar a la Policía Nacional y la Guardia Civil durante el transcurso del 1-O para evitar que pudiesen frustrar el referéndum ilegal. Él es, en última instancia, el autor del plan de omisión plena del deber de atajar los delitos de rebelión, sedición y malversación que sucedieron durante aquellos días en Cataluña por parte de los Mossos y, lejos de actuar contra el delito, puso a agentes de la policía autonómica al servicio de los golpistas, según reflejan las investigaciones de la Guardia Civil que ha ido publicando de forma sistemática OKDIARIO. Forn, además, ha sido electo.

Con todo ello, el dibujo penal es claro. Y su traslación al Pleno de investidura del Parlamento catalán también. Porque los separatistas deberán contar con la posibilidad de tener que prescindir de los votos de Sànchez y Forn en la votación de la que dependerá la formación del Govern. Y, por lo tanto, teniendo en cuenta la posibilidad adicional de que los cinco fugados a Bruselas tampoco voten, la mayoría en el Pleno de Investidura puede depender de los Comunes-Podemos de Ada Colau.

A partir de ese momento, será cuando se pueda evaluar de nuevo la situación penitenciaria de los Jordis y Forn. Porque, más allá de las palabras, los hechos acumulados avalan el golpismo reiterado de los tres acusados y, por lo tanto, el hecho de que para tumbar esa evidencia fáctica sean necesarios otros hechos: los de acatamiento de la ley una vez formado el Govern.

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