ENTRAMOS AL CONVENTO EN EL QUE VIVEN LAS HERMANAS CON LA MONJA INDEPENDETISTA

Las compañeras de Sor Lucía Caram: «Nosotras no somos independentistas, ¡viva España!»

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OKDIARIO ha entrado al convento en el que vive la monja argentina independentista, Sor Lucía Caram, junto a otras cuatro monjas de clausura y un ayudante. Se encuentra en Manresa, a una hora de Barcelona; y sus compañeras, desde luego, no comparten las ideas independentistas de la polémica religiosa.

Nos atiende el ayudante de las cinco monjas de clausura que residen en el convento. Según entramos, lo primero que vemos es propaganda electoral de partidos independentistas, entre los que destaca la de ERC. Seguimos andando entre muros austeros, hasta que entramos al lugar en el que rezan a diario las hermanas. Un lugar pequeño, algo más moderno que el resto del convento, pero igual de parco en decoración. Alrededor únicamente hay libros, crucifijos y algún que otro cuadro de tintes religiosos. Por supuesto, ni un ápice de independentismo.

Entre los libros, hay varios sobre la Iglesia catalana. Pero no tenemos tiempo de entrar en detalle pues el ayudante de las clérigas anda con algo de prisa. Es precisamente ahí donde nos cuenta que Sor Lucía es la más joven de las cinco, toda vez que varias de ellas superan los 90 años, mientras que la polémica monja argentina apenas supera los cincuenta. En bajito, con cierta sorna, quien nos enseña el recinto nos dice que en las lápidas de las religiosas que durante años han ido pasando por el convento sólo se ven apellidos catalanes. “No hay ni uno en castellano, o andaluz. Nada”, explica.

“¿Va a venir a decirme lo que es mi país? Tenemos unos debates que no veas. Pero conmigo no puede. ¿A un andaluz le vas a decir ahora que no está en su tierra o qué?”

Aprovechamos la ocasión para ir al grano, y le preguntamos si las cuatro mujeres que acompañan a la monja independentista comparten sus ideas rupturistas. “No. Ellas no. Eso sólo Sor Lucía”, responde mientras se va enfervorizando por el asunto. “Ella es Argentina. ¿Y va a venir a decirme lo que es mi país? Tenemos unos debates que no veas. Pero conmigo no puede. ¿A un andaluz le vas a decir ahora que no está en su tierra o qué?”, dice indignado.

Con mucha amabilidad, el ayudante de las hermanas continúa enseñándonos todos los rincones en los que viven las cinco monjas, y donde el protagonista es, de nuevo, la sobriedad. Pero también nos cuenta anécdotas de la zona: “Hay una montaña en la que nos orientamos los manresanos -pese a que es andaluz-, los colegios hacen muchas excursiones por ahí, donde por cierto hay un ‘banderolo’ catalán que han tirado no sé cuántas veces ya”.

El hombre cada vez se va ‘calentando’ más con el asunto secesionista. “Nosotros ya estamos hartos de los trapos. Estamos cansados. Esto es un aburrimiento. Yo nunca había vivido esto”, insiste. Entonces, le volvemos a preguntar acerca de Sor Lucía y sobre si tiene debates al respecto con ella. “Yo voy con ella siempre. A lo mejor va a dar una charla a un pueblecillo de cien habitantes. Va a todas partes. De Lérida, de Tarragona, de Gerona… Y claro, en coche hay una hora y media. Pues hablamos. Ella me llama ‘españolito’. Y yo la escucho y le digo: “¿Ya has acabado?”. Porque yo no opino así”, señala.

«Ella me llama ‘españolito’. Y yo la escucho y le digo: ‘¿Ya has acabado?’ Porque yo no opino así»

“Todo esto siempre con educación. Porque los independentistas van de que son los más educados del mundo. ‘Somos gente de paz, somos gente de paz’”, continúa explicando el ayudante de las monjas que, por cierto, se declara lector de este periódico.

Al rato, una vez hemos recorrido varios puntos del convento, conocemos a Juana Mari, monja compañera de Sor Lucía. Dulce, amable y con una sonrisa constante en los labios, nos cuenta que es de Navarra. Cuando le explicamos que el motivo de nuestra visita pasa por conocer a Sor Lucía, nos señala que es algo complicado topar con ella. De hecho, nos cuenta una anécdota que nos hace ver lo difícil que es verla: “Ayer era su santo. Que aquí se celebran mucho los santos. Pues no la vimos en todo el día”.

“Ayer era su santo. Que aquí se celebran mucho los santos. Pues no la vimos en todo el día”

Sor Juana Mari nos reconoce que debaten con ella sobre el asunto secesionista, y que ya están más que acostumbradas a la deriva de Sor Lucía. “Llevamos ya 22 años, si no estamos ya acostumbradas…”, se resigna, aunque reconoce que se respetan, y que se quieren mucho. “Ella tiene su forma de ver algunas cosas en las que no coincidimos, pero bueno, no pasa nada”, afirma.

Al rato de charlar con Sor Juana Mari, nos cuenta que ellas no quieren que se meta en asuntos políticos. “Ha dicho frases y alguna vez se ha equivocado, es verdad. Pero bueno”, espeta antes de contarnos que son muchos los políticos que han pasado por el convento para hablar con ella. Desde Rovira o Pujol, hasta Millo, el actual delegado del Gobierno en Cataluña.

“Yo no soy independentista, yo quiero que viva España”.

Cuando nos marchamos, la hermana nos acompaña a la puerta, manteniendo su impecable sonrisa. Pero, antes de irnos, nos suelta la perla: “Yo no soy independentista, yo quiero que viva España”.

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