El Gobierno cuenta con estudios del 21-D que muestran que la Movilización está elevando el voto separatista

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La directora de campaña de Junts per Catalunya, Elsa Artadi (c), junto a varias de sus compañeras, durante la presentación de la candidatura que encabezan el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el presidente de la ANC, Jordi Sánchez, actualmente en prisión (Foto: Efe)
Carlos Cuesta

Los estudios internos del Gobierno muestran que la movilización de voto en Cataluña de cara al 21D no está siendo tan beneficiosa como se pensaba para los partidos constitucionalistas. Al revés. Los datos de los que dispone el Ejecutivo revelan que, a medida que avanzan los días y se acerca la votación, es el bloque de partidos separatistas el que está sacando partido de esa movilización y tensión extra. La preocupación del Gobierno, de hecho, pasa ahora por la posibilidad de que JxCAT llegue a subir hasta el punto de competir o incluso adelantar a ERC, algo que se ve con notable gravedad por la sensación de oportunidad perdida que puede generar en la población constitucionalista.

Las encuestas revelan, en consecuencia, una situación en la que –independientemente de cuál acabe siendo la primera fuerza en voto– el bloque separatista no se estaría derritiendo como algunos podrían haber llegado a pensar. Y donde, además, se abre la posibilidad de un Gobierno regional en minoría -formado por JxCAT y ERC- y apoyado por los Comunes o CUP; o, directamente, integrado por esas fuerzas. La tendencia de reactivación de este voto alimenta igualmente la posibilidad de que se pudiesen repetir elecciones: precisamente por el interés que podrían tener los partidos separatistas de cosechar más voto en unas segundas elecciones autonómicas.

El auge del partido de Puigdemont preocupa especialmente en los cuadros del Gobierno. Y es que ven que su función de liderazgo podría verse reforzada, un factor que explicaría la presencia permanente de Artur Mas, como ya está constatando la Guardia Civil, en todos los actos del golpe del 1-O.

La versión del Ejecutivo encaja con los informes que están recibiendo internamente los separatistas y especialmente en JxCAT. Conocen su escalada y saben que pueden adelantar a ERC. De ahí su deseo de realizar una “traca final” -como le llaman- por medio de la aparición de Puigdemont al cierre de campaña en Cataluña, tal y como ha adelantado OKDIARIO.

En las aspiraciones del partido de Mas y Puigdemont figura, así, la posibilidad de no tener que contar con el PSC y limitarse a cerrar pactos o apoyos con los puramente separatistas o antisistema. En JxCAT, de hecho, no dudan en ningún momento de que si necesitan -con voto afirmativo o abstención- el respaldo de los Comunes o de la CUP, lo van a tener.

Entre las claves de esta reactivación final de JxCAT estaría el predominio del mensaje en Cataluña, que sigue estando basado en los medios públicos, intoxicados durante décadas por la Generalitat y que siguen inyectando su cargo de sectarismo. Hay que recordar que el freno a la anunciada intervención de TV3 fue solicitado y negociado por enmienda del PSOE durante la tramitación de la aprobación en el Senado del artículo 155 de la Constitución.

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