Álvaro de Marichalar a OKDIARIO: «Los Mossos me secuestraron durante diez horas en las que me torturaron y drogaron»

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Álvaro de Marichalar, hermano de quien fue el marido de la Infanta Elena, fue «secuestrado» en la Generalitat el pasado 26 de octubre durante más de diez horas por ocho Mossos d’Esquadra que, según relata en exclusiva para OKDIARIO, le torturaron, lincharon e incluso drogaron. El ex cuñado del Rey Felipe VI acudió a una manifestación independentista aquel día con pancartas constitucionalistas y, según su versión, existen vídeos que pueden probarlo todo, incluso las inyecciones.

OKDIARIO: ¿Por qué has decidido venir a Cataluña?

Álvaro de Marichalar: Hay que venir donde está realmente el problema. Yo soy navarro, donde hemos vivido mucho tiempo y se sigue viviendo todo lo que significa la imposición mafiosa de la corrupción llevada al último estadio ya. Todo esto del nacionalismo y todos estos procesos, son procesos mafiosos. Procesos de economía escondida… El 3, el 9%…

Los ladrones quieren irse de rositas, no ser juzgados, y para eso se tienen que independizar de la justicia que les puede llevar a la trena. Y no quieren que pase. Para ello, no les importa arruinar al país, arruinar a la gente, robar el honor, la nación, el respeto, la concordia…. Les da igual con tal de que se perpetúen en su mafia y conserven lo que nos han robado estos políticos repugnantes que están presos por ser ladrones y ser corruptos.

OKDIARIO: ¿Qué sucedió en la Plaza Sant Jaume?

A.M.: En la Plaza San Jaime yo me manifesté durante 15 días con muchas personas nacionalistas. Personas que son nuestros compatriotas, no son nuestros enemigos, son nuestros adversarios, nunca enemigos, siempre amigos.

El 26 de octubre, en otra manifestación más de las muchas en las que estuve, una de mis pancartas cayó, y un mozo de escuadra, en vez de devolvérmela, me la confiscó. Eso volvió a producirse por segunda vez, volvió a confiscármela y, después, me secuestraron porque no hubo ningún motivo de detención legal, luego fui secuestrado de la vía pública, me metieron dentro de la Generalidad, yo creía que me iban a llevar a ver al consejero de Interior, el señor Forn, con quien había estado tres días antes. Pero no.

«Espero por el bien del cuerpo de los Mossos de Escuadra, por el bien de las Instituciones catalanas y españolas»

Me llevaron a un sitio, me empezaron a torturar, a pegar, a linchar, durante una hora y media. Hemos conseguido algunas imágenes, no las del linchamiento todavía, esas las hemos pedido en sede judicial, y espero por el bien del cuerpo de los Mossos de Escuadra, por el bien de las Instituciones catalanas y españolas, que esas imágenes salgan a la luz pública, espero que salgan. Porque si esas imágenes en las que me lincharon a mí, en cuadrilla, ocho individuos vestidos de Mossos d’Esquadra, si no salen a la luz pública, será un escándalo europeo de magnitud alucinante.

O sea, tú imaginate que a un nacionalista le ocurre lo mismo en La Moncloa, y que la Guardia Civil lo secuestra y desaparece diez horas, y que le torturan durante hora y media y esas imágenes desaparecen. ¿Dónde estaría España? Pues donde va a estar como no aparezcan esas imágenes. Espero que aparezcan, y que los responsables cumplan por los presuntos delitos de odio, de haberme apaleado, de haberme vejado, de haberme violado mis derechos fundamentales humanos y de todo lo que significa lo que ocurrió el 26 de octubre dentro del Palacio de la Generalidad, ni más ni menos, con el Presidente ahora huído cobardemente en Bélgica, justo en la planta de arriba.

OKDIARIO: Has llegado a decir incluso que te llegaron a drogar…

A mí me pincharon. Me tumbaron boca abajo, me esposaron por la espalda, estuve ahí inmovilizado durante una hora. Y durante 25 minutos me estuvieron pinchando en los pulgares, sobre todo en el derecho y, no se qué me pincharon, pero me pincharon, eso está claro. De hecho, dije durante veinte minutos “no me pinchen, no me pinchen, que me están pinchando”… Pero saldrá en las imágenes. Pedí auxilio a alguna gente a la que podía ver malamente, porque estaba aplastado con la cabeza al suelo, pero se podía ver a alguna gente que andaba por ahí, que pedía un auxilio que en varias ocasiones me denegaron. Nadie me auxilió.

«Espero que los responsables cumplan por los presuntos delitos de odio, de haberme apaleado, de haberme vejado, de haberme violado mis derechos fundamentales humanos»

El corazón se me disparó, y me fui a hacer unas pruebas a Estados Unidos, a los tres días, donde tenía que ir por una conferencia que tenía contratada desde hacía un año, y ahí los médicos determinaron una serie de informes médicos que hemos entregado en sede judicial. Así de claro.

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