La «acción directa» de ANC y Òmnium: retirada de fondos y ataques a las oficinas de Caixa y Sabadell

Jordis recurso Supremo
Jordi Cuixart (Òmnium) y Jordi Sànchez (ANC), a las puertas de la Audiencia Nacional antes de entrar en prisión. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

La decisión de Caixa y Sabadell de sacar de Cataluña sus sedes sociales no ha sentado bien a los máximos activistas del golpe de estado. Hasta el punto de que los brazos callejeros del movimiento separatista -ANC y Òmnium- han decidido movilizar a su gente para conseguir que los «traidores» sufran ya la «acción directa»: el castigo correspondiente por no haber sido leales, según ellos, al proceso de ruptura de Cataluña con respecto a España. La medida elegida: ataques a las oficinas y retirada de los fondos. Es decir, hacerles un boicot en toda regla, pero desde Cataluña.

Las dos asociaciones, que siguen funcionando a pleno rendimiento pese al encarcelamiento de sus líderes -Jordi Sánchez y Jordi Cuixart-, están siguiendo a pies juntillas las órdenes dictadas por la CUP: castigar de todas las maneras posibles a las dos entidades financieras.

La primera medida en esta dirección, de hecho, la adoptó la propia CUP. Una de sus líderes, Eulàlia Reguant, fue la encargada personalmente de trasladar al Govern la exigencia de que deje de trabajar con «La Caixa, El Banc de Sabadell y el BBVA». La explicación trasladada a la Generalitat incorporaba un argumento antisistema. Según la anticapitalista y separatista, las entidades financieras siempre han estado y estarán del lado del mantenimiento del statu quo, «porque son statu quo». Por ello, la CUP propuso sustituir estas entidades privadas por un banco público, de forma que se vaya sustituyendo gradualmente su presencia en las cuentas oficiales por un Institut Català de Finances reconvertido en verdadera banca pública. Por supuesto, según los grandes expertos económicos de la CUP, semejante barbaridad económica, debería ser compatible con la ficha bancaria europea ligada al Banco Central Europeo.

ANC y Òmnium han ido más allá y han hecho la interpretación de esta medida llevada a la versión callejera. Y para ello han empezado a movilizar a su gente para que, además de que estas entidades desaparezcan de la esfera pública, lo hagan también en la esfera privada. Y, puesto que por ahora no se puede contar con un banco público catalán, han optado por empezar a pedir que se retiren los fondos de las dos entidades catalanas: Sabadell y Caixa, por considerarlas «traidoras».

Los planes de acción directa se suman a otros, ya fuera del ámbito financiero, y que se centran en la toma del control de los puertos y aeropuertos, por ejemplo, como mecanismo para hacer efectiva la independencia de Cataluña, puesto que, según ellos, no es suficiente con una simple declaración de independencia.

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