Jordi Pujol declaró al juez que no regularizó su fortuna en Andorra por «miedo»

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Jordi Pujol y Marta Ferrusola, el pasado 10 de febrero, a su llegada a la Audiencia.

El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol insistió ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata que siempre se mantuvo «absolutamente al margen» de la fortuna oculta en Andorra porque tenía «responsabilidades que no encajaban con que existiese esa situación».

En su declaración íntegra del pasado 10 de febrero en la Audiencia Nacional, el molt honorable de la Generalitat se ciñó estrictamente a lo que en su día esgrimió ante la comisión de investigación del Parlament y la magistrada de Barcelona que investigó la fortuna oculta y se limitó a atribuir los fondos de Andorra a un legado que su padre Florenci dejó a su esposa y a sus siete hijos.

En su declaración, Pujol blandió repetidamente la palabra «miedo» para justificar que durante décadas guardara en secreto la existencia de la fortuna, por temor a las consecuencias políticas que podían acarrearle.

Según Jordi Pujol, también fue el «miedo, otro tipo de miedo» a futuras represalias por su actividad política lo que llevó a su padre Florenci a dejar un legado a su esposa e hijos, herencia a la que el presidente de la Generalitat aseguró que «había sido muy contrario» porque no creía «prudente» que se constituyera.

Pujol admitió que, tras dos administradores previos, el legado acabó siendo gestionado a partir de 1993 por su hijo Jordi, aunque precisó: «No sé cómo lo manejó, ni me interesaba, por protección mía. Yo tenía responsabilidades que no encajaban con que existiese esa situación».

«Yo fui contrario a la constitución de este legado, por temor, porque además no correspondía hacerlo a alguien que pensaba dedicarse a la actividad pública, de forma muy extrema quise siempre mantenerme absolutamente al margen de ese tema», remachó el expresidente de la Generalitat.

Pujol reconoció al magistrado que «habría sido bueno legalizar» el legado de su familia, pero, como ya avanzó en su carta de confesión, adujo que no encontró «nunca el momento». «No tenía que tomar yo esa decisión, por las consecuencias que hubieran tenido para mí indirectamente, pero hubiera sido así, como se ha demostrado», añadió.

El ex presidente catalán confesó a De la Mata que siempre le pareció «un riesgo excesivo, temerario» el legado de su padre, aunque añadió: «Por respeto a mi padre retiro la palabra temerario, no quise participar».

Según Pujol, nunca participó en ninguna de las conversaciones y reuniones que mantuvieron sus hijos para acordar cómo gestionar los fondos de Andorra y «lo máximo» que su esposa le pudo decir es: «mira, hemos hecho unos cambios», a lo que él respondía: «no quiero saber nada de eso».

El presidente y fundador de CDC explicó que el legado se había gestionado «con una actitud de secretismo muy grande», porque así lo impuso su padre y la familia acordó mantenerlo. «Miren, en la historia reciente europea es muy habitual que se lleven con extremado secretismo ese tipo de operaciones, que hace que estos fondos ocultos se pierdan», agregó en su declaración al juez.

Pujol hijo se hizo cargo

Cuando su hijo Jordi asumió la gestión de los fondos, insistió Pujol, él siguió manteniéndose al margen «con la misma intensidad y rotundidad», hasta que en 2014 su esposa e hijos acordaron regularizar la fortuna.

«Entonces yo digo, muy bien, ese dinero no lo he considerado nunca mío, lo único que yo haré es que explicaré cuál es el origen, esto es la carta del 25 de julio (de 2014)», relató Jordi Pujol. «Yo hice exactamente todo lo que me pidió mi hijo», llegó a declarar el ex líder del catalanismo.

«En las demás no participé, no tuve ninguna reunión, ningún talón, ninguna cuenta, ninguna orden, no participaba en las decisiones», abundó el ex presidente de la Generalitat.

Un ardid para proteger a su hijo

En relación con el escrito incluido en el sumario en que admite ser propietario de una de las cuentas de Andorra, Jordi Pujol reconoce que fue un ardid para evitar que Mercè Gironès, esposa de su primogénito y también imputada, se hiciera con una parte de los fondos ocultos en el proceso de divorcio.

Pujol reconoció que, «dejando de lado el tema judicial, no es para vanagloriarse» de esa cuestión, pero explicó que con esa carta intentó «preservar» un dinero que venía de la época de su padre para que no formara parte de la «partición» acordada con Gironès.

«Agradezco a mi mujer e hijos realmente esa especie de aislamiento que mantuvieron. Todo el mundo sabía que yo quería que esto se regularizara pero no había las condiciones para hacerlo», sostuvo.

A preguntas del juez De la Mata, negó que cuando ocupaba responsabilidades políticas hablara con sus homólogos andorranos de los fondos ocultos: «los andorranos son muy cautos… pidieron mi opinión sobre algún tema de la UE, el ingreso en la UE, cuando tenían que hacer una constitución nueva, ellos que son muy cautos, nunca hablaban de temas de otro tipo, en ese caso concreto, la discreción también la tenía yo».

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