Elecciones generales

Los trackings de Moncloa vaticinan una caída de PP, C’s y Podemos, un ascenso del PSOE y una subida brutal de Vox

Trackings de Moncloa
Trackings de Moncloa
Carlos Cuesta

Los trackings de Moncloa han terminado de convencer a Pedro Sánchez de que es un buen momento para cortar la breve legislatura y convocar elecciones. Y es que el seguimiento permanente que llevan a cabo sus equipos de la evolución de la intención del voto marcan en estos momentos una caída de C’s y de Podemos, un auge del PSOE, una moderada caída del PP y una clara escalada de Vox.

El último factor determinante de la decisión de adelantar elecciones ha sido, de hecho, la evolución de la expectativa de voto de Ciudadanos: más en concreto, su fisura provocada por el acuerdo de Gobierno en Andalucia –con el beneplácito de VOX– y por el respaldo a los actos de PP y Vox, como la manifestación del 10-F por la unidad de España y la Constitución. Y es que las dos vertientes de voto –centro derecha y centro izquierda– que conviven en ese partido han empezado a ser incompatibles con la polarización del clima político provocada por las cesiones a los separatistas de Pedro Sánchez y la consiguiente respuesta del centro derecha en las calles y en los Parlamentos nacional y regionales.

Por ello, la unión de votantes diferentes en Ciudadanos se ha resquebrajado según los indicadores de Moncloa y eso, creen ellos, les abre una posibilidad de recuperar parte del voto perdido hacia este partido hace tiempo. Y, como poco, puede hacer que la suma de gobernabilidad en el centro derecha se complique, piensan desde el PSOE.

El PP, por su parte, ha amortiguado la caída de los últimos tiempos. Los indicadores de Moncloa, en contra de encuestas privadas más optimistas con la marcha de la formación de Pablo Casado, siguen dándole una leve caída.

Pero a efectos de formar bloque de gobernabilidad -tanto con mantenimiento, como con leve caída-, lo cierto es que el comportamiento del PP se ve amortiguado por la escalada de VOX. Los trackings marcan, aquí, sin miramientos ni matices, un claro ascenso del partido de Santiago Abascal. Un avance que puede compensar, de hecho, la caída de Ciudadanos.

Hay que tener en cuenta, además, que el centro derecha, por primera vez cuenta con tres fuerzas con peso más que significativo, mientras que en la izquierda los matrimonios de tres fuerzas potentes -más allá del enlace obvio de PSOE con Podemos- son un tanto más dudosos: juntar a Ciudadanos con Podemos es complicado; y ERC, tercera fuerza que se uniría sin problemas tras las elecciones a PSOE y Podemos, no tiene peso relativo.

Pero lo cierto es que Sánchez sabe que esa tendencia de auge del voto de centro derecha es ya una realidad y, efectivamente, es muy probable que la única ventana de oportunidad que le quede a corto y medio plazo sea precisamente la de aprovechar que Vox aún está en pura fase de crecimiento y no ha alcanzado todavía su tamaño máximo; que Ciudadanos empieza a tener muy difícil mantener sus dos almas unidas en un momento en el que la tensión y polarización política crece; y que el PP está empezando ahora, gracias a Pablo Casado, a romper la inercia negativa dejada por Mariano Rajoy. Es decir, que Sánchez aún puede aprovecharse de que el proceso de acomodo y crecimiento del centro derecha no ha finalizado todavía.

A todo ello se le une que el PSOE lleva marcando desde noviembre un auge de voto, propiciado precisamente por la llegada de votantes de Podemos. Y es que la formación morada se encuentra sumida en una potente crisis que ha hecho que parte de sus electores hayan vuelto a mirar al PSOE. El casoplón de Iglesias y las guerras internas en Madrid y otras plazas, así como la fisura de Íñigo Errejón, han roto este partido y los socialistas se pueden aprovechar de ello.

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