Gobierno Pedro Sánchez

Sánchez pierde a sus aliados y fía su supervivencia al ingenio de su jefe de gabinete

De los socios de investidura que le llevaron a Moncloa, a Pedro Sánchez ya no le queda ni los independentistas ni Podemos; tampoco entre los que le llevaron a Ferraz, que casi dos años después, prácticamente ni se hablan con el Presidente.

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El jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo
Joan Guirado

Pocas personas influyen tanto sobre el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como su jefe de gabinete, Iván Redondo. Fue él, el lunes, quién convenció al jefe del Ejecutivo de la necesidad de convocar elecciones lo antes posible, ante el escenario de ingobernabilidad que se dibuja una vez que este miércoles los Presupuestos Generales del Estado sean rechazados por el Congreso de los Diputados. Redondo se ha convertido ahora en el principal y prácticamente único apoyo de Sánchez, que por el camino ha ido perdiendo a todos los que en algún momento han confiado en él.

La famosa frase entonada por dirigentes socialistas de que en la Cámara baja existe «una mayoría que apoyó la moción de censura», en las últimas horas, ha quedado en nada tras ejemplificar los partidos independentistas su no apoyo a las cuentas públicas del gobierno de Sánchez. A esos 19 votos menos con los que cuenta hoy el PSOE de los partidos que apoyan al Govern de Quim Torra, hay que sumarle los 71 de Unidos Podemos que, una vez rechazadas las cuentas, también dejarán de apoyar al ejecutivo, según avanzó Pablo Iglesias a Sánchez hace justo una semana.

Sin la confianza de los que le dieron su voto durante el debate de la moción de censura para convertirse en Presidente, Sánchez podría encontrar respaldo en su propio partido para superar el mal momento político por el que pasa el mandatario, pero las luchas internas y su «obsesión en él mismo», en palabras de un diputado del PSOE en el Congreso, hace que ni entre sus propias bases encuentre el respaldo necesario a las decisiones que va tomando.

Iván Redondo se ha convertido ahora en el principal y prácticamente único apoyo de Sánchez

Las concesiones al independentismo para intentar conseguir su apoyo a la tramitación de los Presupuestos, que acabó en humillación al Gobierno tras rechazar el Govern de Quim Torra la figura del relator, han hecho mella dentro del PSOE. Los principales barones socialistas, con el manchego Emiliano García Page y el aragonés Javier Lambán al frente, se han pronunciado públicamente contra la política de su jefe respeto a Cataluña. Como también lo ha hecho abrumadoramente la ex presidenta de Andalucía y actual líder del partido en esa comunidad, Susana Díaz -con quién mantiene un desencuentro total desde las primarias a la secretaria general-.

Pero Sánchez ha perdido los apoyos no sólo dentro del PSOE, también dentro su propio Consejo de Ministros. Uno de sus principales valedores en el último congreso de los socialistas celebrado en 2017, secretario de organización del partido y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, hace semanas que no comulga con el Presidente del Gobierno. Sánchez le abroncó en privado por decir que se podían avanzar las elecciones ya a esta primavera ya hace semanas, y eso provocó que el titular de Fomento se ausentara por ejemplo, de actos tan importantes como el Día de la Constitución. Tampoco la relación con su vicepresidenta, Carmen Calvo, una de las personas más cercanas a él en los últimos meses, pasa ahora por sus mejores momentos.

Experto en resistencia, Sánchez ya sólo se aferra a su intuición y a la de su gurú en la Moncloa

Sus incumplimientos constantes también han provocado que los sindicatos, adalides de la izquierda, volvieran a protagonizar el pasado viernes algo más típico con gobiernos de derechas. En el palacio de Vista Alegre de Madrid, UGT y Comisiones Obreras reunieron 10.000 personas bajo el lema ‘Menos Palabras y Más Hechos’ en los que advirtieron al ejecutivo socialista que la paciencia y la confianza se les estaba agotando, tras no dar cumplimiento a muchas de las cosas pactadas durante estos meses.

Sin la capacidad de confiar en ellos sobre cual debe ser el camino a seguir a partir de ahora, Pedro Sánchez lo fía todo a su jefe de gabinete a pesar de que eso le genere más fricciones y tensiones en el cuartel general de los socialistas, en el número 70 de la calle Ferraz de Madrid. Redondo fue quien este lunes presentó un informe argumentando el avance electoral pese a que el partido que dirige Sánchez no comparte esta idea. Experto en resistencia, el presidente del Gobierno se aferra ahora a su intuición y a la de Iván Redondo, con el ‘Manual de Resistencia’ bajo el brazo, para improvisar para mantener el poder.

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