Cataluña

El Gobierno amenaza a los independentistas con prohibir por ley los indultos a políticos

El Gobierno de Pedro Sánchez quiere mantener 'viva' la reforma de la ley, que presentaron ellos mismos, para conservar intacta su capacidad de indultar.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d) y el portavoz del ERC, Joan Tardà, en el Congreso de los Diputados. (Foto: EFE)
Pedro Sánchez conversa con Joan Tardà, en la pasada legislatura.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Sea cual sea la fecha de las elecciones -algo que se decidirá tras la votación de las enmiendas a los Presupuestos Generales, el miércoles- Pedro Sánchez tiene clara una cosa: que, para su propia supervivencia, necesita mantener vivo el apoyo del independentismo. Bien para sostener la actual legislatura, o, en su caso, para articular acuerdos tras unos nuevos comicios.

En un escenario de alta incertidumbre, el presidente socialista trata de articular ahora un discurso «patriota» difícil de digerir, pero con una baza: la posibilidad de negociar el indulto de los dirigentes golpistas.

El indulto, al fin y al cabo, es una prerrogativa del Gobierno, y manejable, al contrario de lo que ocurre con la Fiscalía. Sería una opción difícil de explicar a la opinión pública, sí, y con un elevado coste electoral. Pero menos imaginable sería para la misma opinión pública entender los tejemanejes de la Justicia, y la anulación de la causa por rebelión, como le reclaman los secesionistas. La posibilidad de conceder la medida de gracia ya ha sido sondeada desde el propio Gobierno y también desde el PSOE, con Meritxell Batet -la ministra ‘para Cataluña’- y Miquel Iceta como abanderados.

La reforma del indulto

En este contexto, adquiere especial importancia la reforma de la ley del indulto, que se tramita en el Congreso, y que presentaron los propios socialistas ya en 2016 para prohibir indultos a condenados por violencia de género y corrupción. El ‘revés’  para el partido de Sánchez es  la enmienda del PP que pide eliminarlo también en el caso de delitos graves, como la rebelión.

El PSOE-que preside la Mesa de la Comisión de Justicia y tiene mayoría en ella, con ERC- han tratado de dilatar en todo lo posible el curso de esa reforma y, sobre todo, el debate de esa enmienda.  Ahora, más si cabe, quieren mantener viva su capacidad para maniobrar, una vez se conozca la sentencia del ‘procés’. Es decir, ya con vistas al verano.

El PSOE, que reclamó hace semanas abrir una ronda de expertos -la mayoría, afines a mantener intacta la prerrogativa- tiene aún la opción de retirar esa reforma. O bien alterarla tanto que se cambie su sentido original. Es decir, prescindiendo de la opción de indultar a maltratadores y corruptos, y manteniendo un texto de mínimos.

Esto es, una propuesta de exigencias meramente procedimentales, como obligar al Gobierno de turno a motivar debidamente la concesión del indulto, exigir «razones de justicia, equidad, utilidad pública o debida reinserción social del condenado» y que la concesión se haga por Real Decreto, publicado en el BOE. Punto.

Libres para negociar

Eso dejaría manos libres a Sánchez para negociar la gracia de los golpistas, a cambio de su apoyo a la legislatura. En fuentes socialistas se admite que «a ellos sólo les interesa que estemos nosotros en La Moncloa», en referencia a que las concesiones serían impensables con cualquier gobierno de PP, Ciudadanos y VOX. En el propio partido se especulaba días atrás con que una foto multitudinaria de la  manifestación del domingo en Colón llevaría a los secesionistas a repensar su voto a los Presupuestos.

Entre tanto, el independentismo sigue ofreciendo a Sánchez una ventana de diálogo, siempre y cuando en el papel del acuerdo conste la «concreción en el relator internacional» y el «derecho de autodeterminación», como este lunes afirmó el presidente catalán, Quim Torra.

En una entrevista en Catalunya Ràdio, Torra aseguró que será «fiel» al «mandato» de la autodeterminación, por lo que insistió en las condiciones para que ERC y PDeCAT puedan levantar el veto sobre los Presupuestos. El dirigente independentista animó a Sánchez a «tener el valor de romper («con la pinza del viejo y rancio PSOE») y escuchar el clamor de la democracia y la libertad de los pueblos».

Este lunes, la agencia EFE informó por sorpresa de que Sánchez bajara el 14 de abril como posible fecha para las elecciones. Esa convocatoria ha sido, en principio, descartada desde La Moncloa, donde la consideran «precipitada». El escenario aún está por decidir: aunque es cierto que desde hace unos días gana fuerza la opción del ‘superdomingo’ del 26-M, cuando se celebran autonómicas y municipales, también lo es que existen partidarios de llegar a otoño. E incluso de sostener al máximo una legislatura ya inerte.

En Twitter, el presidente socialista ha afirmado que «la independencia de Cataluña ni es constitucional, ni la quiere la mayoría de catalanes, que están con el autogobierno. Esto es, convivencia, diálogo y Constitución» y ha  reprochado también que «la política hace extraños compañeros de cama», en referencia a que ERC y PDeCat voten lo mismo que PP y Ciudadanos para que sus Presupuestos no salgan adelante.

La Moncloa salió al paso de los rumores de adelanto afirmando que «el presidente y todo el Gobierno están concentrados en este momento en la defensa del proyecto de Presupuestos Generales del Estado».

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