Zapatero cree que la reforma constitucional «no será fácil» y reivindica el estado autonómico

José Luis Rodríguez Zapatero
José Luis Rodríguez Zapatero.

El ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha afirmado hoy que la reforma de la Constitución de 1978 «ni va a ser fácil ni va a estar cerca», aunque sí sería conveniente porque permitiría poner al país «a punto en su debate político y conciencia política, y eso siempre es bueno».

Momentos antes de impartir en Oviedo una conferencia «En torno a la reforma de la Constitución», el expresidente ha señalado en declaraciones a los medios de comunicación que él «sería partidario de una reforma que abarcase los temas fundamentales», pero que «se puede reformar lo que se puede reformar».

«No podemos decir a los ciudadanos que la reforma es fácil y está cerca» porque las posiciones políticas de independentistas y Ciudadanos, o del PP y PSOE, en temas sociales, están muy alejadas.

Ha incidido en que la reforma que sería conveniente abordar «necesita su tiempo» y que, aunque son ya ocho los años que se lleva hablando de hacerlo, aún no ha habido una reunión, una convocatoria de todos los partidos para hablar de eso.

Para Zapatero, hay que tener en cuenta que en 1978 aún no había conciencia de igualdad de género, no se había instaurado la era digital «que lo condiciona todo hoy en día», ni había conciencia a favor de las personas con discapacidad, de los derechos inalienables de la mujer o matrimonio homosexual, cuestiones que deberían incorporarse a la Carta Magna.

Las garantías jurídicas de los derechos sociales va a ser uno de los grandes temas a abordar, junto al de la convivencia territorial en un país que, según Zapatero, tiene en la diversidad «su gran activo, su gran fortaleza», y a la vez, su mayor riesgo.

En este punto, se ha mostrado convencido de que para encontrar el encaje de Cataluña los independentistas deben asumir que lo que han intentado «no sirve, que es un fracaso y que deben abandonar la idea de repetirlo», y los partidos constitucionalistas deben «saber escuchar, persuadir y atraer, en vez de imponer, excluir y descalificar».

«Los mejores demócratas son aquellos que intentan convencer no los que intentan descalificar por muy convencidos que estén de que sus ideas son negativas», ha subrayado el expresidente que considera que lo positivo de la crisis vivida en Cataluña es que ya ha producido y «los independentistas ya saben que ningún país, región u organización del mundo les ha reconocido».

En su opinión, España debe decir a esa parte que es Cataluña que está dispuesta a «hacer lo que sea para que nos entendamos, que quiere que se quede, que la respeta, aprecia y está dispuesta a «hacer lo posible para escribir juntos la historia de España».

De las elecciones andaluzas, ha señalado que espera que el resultado que salga de las urnas venga «con sosiego y sabiduría a ratificar que estos 40 años han sido muy buenos para España y que la senda de progreso se mantenga», mientras que de las generales se ha limitado a señalar que se celebrarán cuando lo decida el presidente.

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