Ayuntamiento de Cádiz

El ‘botellódromo’ de Cádiz gestionado por Kichi no tiene control de acceso de menores

El pasado mes se produjo una agresión en los alrededores a un joven que tuvo que ser operado.

El lugar se ha ido deteriorando por la falta de vigilancia y el aumento de la violencia

El  ‘botellódromo’ de Cádiz gestionado por Kichi no tiene control de acceso de menores
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Cádiz dispone de un botellódromo donde los jóvenes pueden consumir bebidas alcohólicas en la calle sin ser multados por ello. El ayuntamiento presidido por Jose María Gónzalez ‘Kichi’ no ha colocado ningún tipo de vigilancia para impedir que los menores accedan a esta zona.

El espacio está en funcionamiento desde la legislatura anterior, cuando la alcaldía estaba en manos del PP. El Ayuntamiento de Cádiz, a través de su Delegación de Juventud, estableció este lugar al decidir con distintos colectivos que se trataba de una necesidad. «El debate lo siguen centrando los jóvenes que de nuevo ponen sobre la mesa la necesidad de un espacio de ocio nocturno donde relacionarse donde el alcohol, si bien no juega el papel principal, también es protagonista”, decidieron los grupos de trabajo que establecieron las normas del mismo.

Sin embargo, con el paso del tiempo y la entrada de Podemos en el poder, el lugar se ha ido deteriorando, con una progresiva falta de vigilancia y un aumento de la violencia dentro del mismo y en sus alrededores.

El botellódromo gaditano no cuenta con sistema de seguridad, lo que permite a los menores usar este espacio para consumir bebidas alcohólicas sin vigilancia de ningún tipo.

Además, la violencia ha aumentado. Hace menos de un mes, un joven fue agredido en la zona que rodea al botellódromo. El agredido sufrió una rotura de pómulo y tuvo que someterse a una cirugía maxilofacial.

Las quejas se centran en la falta de presencia policial en el lugar a pesar de tratarse de un lugar ciertamente conflictivo por la naturaleza de sus actividades.

Un informe elaborado por los grupos de trabajo que prepararon el recinto en sus comienzos recoge todas estas necesidades. Sobre todo la necesidad de «mayor seguridad» y de que la «la Policía Local realice controles más exhaustivos para evitar el consumo de alcohol en menores y la venta de drogas».

Además, añade que «también es necesario que patrullen a pie en la zona donde se concentran los usuarios para evitar el vandalismo y casos de acoso y agresiones».

Proyecto sin continuidad

La página web del ayuntamiento muestra que el proyecto no ha tenido continuidad desde el pasado mes de octubre.

Con anterioridad  se realizaban reuniones periódicas en las que se discutía con distintos colectivos la viabilidad del botellódromo y sus aplicaciones más allá de zona de ocio libre de multas.

Según fuentes consultadas por este medio, el gobierno se ha desentendido por el momento de estos encuentros.

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