Familia Franco

Los Franco logran retrasar la entrega de dos esculturas del Pórtico de la Gloria al Ayuntamiento

La familia asegura que la propiedad de las esculturas fue una cesión del Ayuntamiento a Franco

El consistorio gallego niega que los herederos del dictador tengan un título que acredite su propiedad

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Los Franco retrasan la entrega de las esculturas del Pórtico de la Gloria al Ayuntamiento de Santiago

Los Franco retrasan la devolución al Ayuntamiento de Santiagio de las dos esculturas del Pórtico de la Gloria que poseen en el Pazo de Meirás. La familia del dictador consigue su objetivo en la primera batalla del procedimiento abierto por el consistorio gallego contra ellos.

Esta semana se iniciaba el proceso judicial por el que el Ayuntamiento de Santiago de Compostela reclama la titularidad de las esculturas de los profetas Abraham e Isaac -obra del Maestro Mateo- a los herederos de Franco. El consistorio solicita al juzgado que condene a los Franco a devolver sendas figuras para que sean expuestas en el Museo de la Catedral compostelana. Los hijos del dictador han conseguido aplazar un mes la decisión jurídica. 

Los Franco poseen dos esculturas originarias del autor del Pórtico de la Gloria y actualmente dentro del Pazo de Meirás. Las figuras, compradas por el Ayuntamiento de Santiago en 1948 a su anterior propietario, permanecen en el patrimonio de la familia Franco tras una adquisición que, según el consistorio, «no respalda ninguna documentación».

El Juzgado de 1ª Instancia nº 1 de Madrid debía resolver este lunes sobre la cuestión previa planteada por la familia Franco, en su respuesta a la demanda municipal, presentada inicialmente contra Carmen Franco.

El fallecimiento de la hija del dictador en 2017 provocó que la reclamación fuese reformulada hacia los herederos de la misma, sus 7 nietos, quienes han asegurado en sede judicial que no pueden ser requeridos, para devolver las figuras, dado que no han aceptado, todavía, formalmente la herenciaLos Franco indicaron al tribunal que, por tanto, el destinatario de la misma debía ser Luis Felipe Utrera-Molina, el testaferro universal designado. 

Los Franco poseen dos esculturas originarias del autor del Pórtico de la Gloria dentro del Pazo de Meirás

Ante tales alegaciones, la jueza ha decretado el aplazamiento de la vista hasta el próximo 19 de Noviembre. Fecha en la que la familia del dictador deberá acreditar documentalmente que todavía no son, como aseguran, los propietarios de las figuras escultóricas -de Abraham e Isaac- reclamadas. 

Durante la comparecencia, finalmente suspendida, la juez preguntó al abogado de los Franco sobre la noticia publicada este verano en OKDIARIO, en la que se informaba acerca de cómo uno de los herederos habría transmitido su parte correspondiente de la herencia, de ambas esculturas y del Pazo de Meirás, a una sociedad mercantil. Hecho que el letrado de la familia reconoció a la magistrada.

Se refería con ello a Francis Franco Martínez-Bordiú, que comunicó a la Xunta de Galicia su intención de vender a una de sus empresas -Pristina, S.L. dedicada al sector inmobiliario- su porcentaje del Pazo de Meirás. Lo hizo en cumplimiento de la obligación de notificar cualquier tipo de actuación comercial sobre el Pazo, a la institución autonómica, en base a lo previsto en la Ley de Patrimonio Cultural al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC). 

En dicha operación de transmisión, Francis Franco habría incluido las dos figuras en discusión, así como la parte alícuota del inmueble, en su sociedad mercantil. De manera que, actualmente los propietarios de dichos bienes son los 6 nietos de Franco y de la empresa con sede en Madrid -de la que Francis es administrador único- lo que complica el trámites jurídico para el Ayuntamiento de Santiago, que deberá replantear la reclamación.

El escrito de demanda

El Ayuntamiento de Santiago presentó una demanda a la familia Franco, en base a la documentación acreditativa que demostraría que el consistorio de la capital gallega es el legítimo y legal titular de las mismas. Según el regidor santiagués, el ente municipal compró las figuras en 1948 al conde de Ximonde, Santiago Puga, por un valor de 60.000 pesetas, para integrarlas en el patrimonio artístico de la ciudad.

En los documentos aportados por el gobierno local al juzgado se refleja el acuerdo de compraventa, según el cual se estableció una indemnización de 400.000 pesetas para el vendedor y sus herederos en el caso de que ambos altorelieves perdiesen la condición de titularidad pública.

El propio escrito de demanda, redactado por el abogado del Ayuntamiento, refleja que, tras la adquisición, ambas piezas se ubicaron al pie de la escalera principal de la sede del consistorio, en el Pazo de Rajoy. Y que sería durante la visita oficial del dictador a la ciudad, el 25 de julio de 1954, con motivo de la ofrenda al Apóstol Santiago, cuando los Franco manifestaron al regidor de la ciudad, Enrique Otero, su interés por adquirirlas.

El actual alcalde, Martiño Noriega, asegura que no existe documento formal que justifique tal adquisición. La familia Franco, por su parte, insiste en que se trato de una «cesión», del entonces regidor Otero, a su abuelo y justifican por tanto que las mismas se encuentren en el Pazo de Meirás y defienden que permanezcan allí.  

El alcalde habla de “artimaña”

El alcalde podemita de Santiago, Martiño Noriega, ha calificado de “artimaña jurídica” y “chapuza” la posición de los Franco y considera que es una muestra más de sus “estrategias dilatorias”.

Noriega asegura, también, que una vez iniciado el procedimiento puede “esperar unas semanas más” para demostrar que lo que sucedió con las esculturas “fue un robo de patrimonio público para una familia particular en un contexto de dictadura política”.

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